Hay peleas y conflictos en el mundo, pero no te permitas emprender una guerra matrimonial en tu hogar

¿Qué imagen de familia pueden tener los niños cuando ven que los padres se faltan el respeto mutuamente?

Marta Martínez Aguirre

Hace unos días, la imagen de un niño de cinco años, de nombre Omran Daqneesh, nacido durante la guerra de Siria, recorrió el mundo. Repetidas veces, hemos visto su carita sangrando y su mirada perdida, aturdido por los bombardeos. Y es que la guerra desfigura las vidas y mutila los sueños.

Quizás tú y yo vivimos en lugares donde la guerra es tan sólo una imagen en el televisor; sin embargo, en el trabajo con parejas veo a menudo escenas de dolor, mutilación y vacío. Algunas parejas pelean, levantan la voz y discuten con violencia, instalando en el hogar un clima de tensión y enemistad, parecido a una guerra.

A menudo los hijos son quienes salen heridos de estas disputas, y se preguntan ¿cuándo acabarán los gritos y las amenazas?, ¿por cuánto tiempo más tendremos que hacer de intermediarios entre nuestros padres?, ¿cuándo dejarán de mentirse el uno al otro?, o ¿algún día volverán a hablarse?

¿Qué imagen de familia pueden tener los niños cuando ven que los padres se faltan el respeto mutuamente?, ¿qué idea de comunicación van a tener si uno de los padres le dice al hijo, “Dile que no quiero cenar”, estando en la misma casa? Hay muchas causas por las que puedes discutir con tu pareja, pero ninguna de ellas amerita que se maltraten el uno al otro.

Para resolver los problemas se necesitan algunos elementos que me gustaría compartir contigo:

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El hogar es un santuario privado

No inicies una discusión fuera del hogar. Cuando peleas frente a otros, muchas veces uno de los dos se coloca en posición de víctima y el otro no quiere darse por vencido frente a los demás; pero ten por cierto que ninguno de estos caminos conduce al encuentro.

Tu hogar es un santuario, de modo que una vez que estén en casa busquen un lugar para conversar a solas, sin testigos y donde los niños no sean vulnerados en su sensibilidad. Los estallidos de ira, enojo y rabia no son buenos espejos donde tus hijos puedan verse reflejados. Cuando los niños atestiguan las discusiones de sus padres se ven expuestos al dolor y la tristeza, pero sobre todo a la culpa, porque generalmente toman partido por uno y luego se sienten culpables por no haber defendido al otro.

Es alguien diferente a ti

Para amar hay que conocer. Te enamoraste de alguien diferente a ti, por lo tanto tiene sus propios gustos, opiniones, valores y pasiones. Esa persona con la que convives y amas es otra distinta a ti y, por lo tanto, es en el reconocimiento y en la aceptación de esas diferencias que nace y crece el verdadero y profundo amor.

El amor nace en el conocimiento de las diferencias mutuas. Con el paso de los años esa otra persona tiene que seguir diferenciándose para ser ella misma, y lo distinto a ti será lo que te siga asombrando y conmoviendo en lo más profundo de tu ser.

El gran secreto está en vivir en armonía aún a pesar de lo diverso. Dice Sergio Sinay, logoterapeuta argentino, que es necesario ejercitar la escucha, la mirada, la aceptación y la palabra: la escucha te va a permitir oír y entender, la mirada para verle tal como es, la aceptación para estar abierta a esas diferencias y la palabra para expresar, preguntar y exponer tus sentimientos y emociones.

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Soluciones

Quizás ya te has dicho anteriormente, “No volveré a cometer los mismos errores” y, sin embargo, luchas contigo misma para lograr la armonía familiar a sabiendas de que tú eres una de las promotoras de las discusiones. Una de las formas más eficaces para evitar el ocaso del matrimonio es enfocarse en la búsqueda de soluciones y no en ver quién agrede más o mejor.

Quizás si tu punto débil es la ironía, la burla o el sarcasmo, haz un pequeño ejercicio mental y pregúntate cómo te sentirías si esas palabras llegaran a tus oídos, es decir, que fueran dirigidas a ti en particular.

Algo que puede orientarte en buscar soluciones es identificar tus emociones y compartir con tu pareja tu estado emocional, “Me estoy enojando, voy a hacer silencio unos minutos y luego retomamos el tema”.

La empatía es una gran aliada en temas de conflictos, ponerte en el lugar del otro te permite entenderle. La guerra es un tormento que daña muchas vidas, por eso, no hagas de tu matrimonio una batalla particular que destruya tu vida y la de quienes te rodean, sobre todo porque los amas y quieres lo mejor para ellos.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: