Hermanita mayor sopla en la panza de su hermana bebé que moría y algo insólito pasa

Tratar de leer esta historia sin derramar una lágrima es imposible; el ‘soplido de la vida’.

Mariel Reimann

Poppy Smith se encontraba al borde de la muerte luego de haber sufrido un daño cerebral que la dejó al borde de la muerte. Pero, como sus padres lo creen y lo afirman, “el amor de hermanas” va mucho más allá de lo que la ciencia espera basándose en síntomas y estadísticas.

“El soplo de la vida”

Así lo ven los padres de Poppy.

Poppy fue diagnosticada con hipoxia cerebral con sólo 2 años y según los médicos y lo reportado por Up Social, los médicos no le daban mucho tiempo de vida. Casi sin esperanzas y viendo a su bebé en una cuna de hospital con su cuerpo como si ya no tuviera vida, su hermana mayor se acercó a ella y cambió la historia.

Poppy, hasta ese momento se encontraba en un estado casi inconsciente, pero luego de que su hermana sopló en su pasita, inesperada y casi inexplicablemente, la bebé sonrió.

Los avances de la niña, más allá del pronóstico de los médicos

La risa de Poppy, fue el primer gran paso hacia su recuperación. En sólo unos días, ella comenzó a mejorarse increíblemente y según lo reportada, ella ha vuelto a gatear y a hablar como lo hacía antes del accidente.

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Mecey Smith, su hermanita, se lleva todo los elogios de sus padres, ya que consideran que su gran amor salvó la vida de su hermana.

Según lo relatan Stephen y Amy Smith, los padres de ambas ninias, Poppy nació sólo pesando un kilogramo y estuvo internada por 3 meses luego de nacer. Desde allí su salud sólo empeoró y fue diagnosticada con el Síndrome de Morbious, una enfermedad que ataca a los músculos y nervios faciales, alterando su correcto funcionamiento.

Según la ciencia ella ni siquiera sería capaz de sonreír, pero Dios o el destino tenía algo muy diferente en su futuro

A pesar de que mientras estaba internada al borde de l muerte y según las palabras de su madre “ella no podía sentir nada y no estaba respondiendo ni cuando ponían una gigantesca luz frente a sus ojos. La abrazamos, pero ella sólo moraba como si no estuviéramos allí. Nunca había sentido un dolor así en mi vida. La angustia era irreal”.

El milagro

Luego del soplido de su hermana en su pancita y su sonrisa, sus padres comenzaron a tener fe y ver esto como una reacción de la pequeña. Llamaron a un sacerdote para que la bendijera y notaron movimientos en sus brazos, pero los médicos, una vez más les dijeron que lo más probable es que se tratara de reflejos espinales.

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Pero su madre sabía que se trataba de algo más que sólo reflejos

Hoy Poppy, según lo relata The Mirror y Up social, se encuentra caminando con la ayuda de un andador y sus padres están juntando fondos para llevarla a Italia a que reciba la terapia apropiada para que ella pueda valerse por ella misma.

Cuando la fe y la esperanza es lo único que queda, a lo mejor estamos en frente de lo más poderoso que los seres humanos tenemos

No por nada el mundo está lleno de dichos que afirman que ‘la fe mueve montañas’. Cuando todo parece abandonarnos, esa fe, ese sentimiento en nuestro interior, esa sensación de que aún hay esperanzas, es lo que nos mantiene a flote, es lo que nos deja seguir aún cuando el viento sople en contra y todo indique lo peor.

La mamá de Poppy sabía que los pequeños progresos de su hija “eran algo más que sólo reflejos”. Ese instinto, esa pequeña luz que se mantiene encendida en el interior que nos dice que sigamos, que aún la batalla no ha terminado, esa es la luz de la fe que indiscutiblemente puede mover montañas.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.