Hijos en movimiento son hijos sanos

Si tu hijo gusta de las actividades físicas, los deportes, salir a caminar para buscar insectos o jugar con sus amigos, ¡felicidades! Tienes un hijo sano, normal y de los que quedan muy pocos...

Emma E. Sánchez

Hace algunos años, en las reuniones escolares con padres de familia era muy común escuchar a las madres quejarse de lo inquietos que sus hijos les parecían, de las muchas actividades físicas que realizaban y que a pesar de ello, al final del día seguían con energía y sin muchas ganas de irse a dormir. Hoy, tristemente la queja entre los padres de familia está encaminada hacia el tiempo que los niños pasan frente a la computadora, la televisión y las redes sociales, con todas las consecuencias que esto ha acarreado: sobrepeso, bajo desempeño escolar, cyber acoso y otra atrocidades en línea.

¿Cómo y cuándo fue que esto nos sucedió?

Como muchas otras cosas, estos problemas son la consecuencia de cuando los padres nos olvidamos de nuestra principal y más importante función: la de ser padres. Cuando esto sucede, muchas veces cedemos nuestra responsabilidad a la comodidad de la televisión y callamos nuestras culpas regalando sofisticados equipos electrónicos a niños que deberían estar jugando en jardines.

¿Qué podemos hacer para revertir los efectos de nuestro descuido?

1. Retoma el control

Cuando nos preguntamos por qué mi hijo hace esto o aquello, la respuesta es fácil: porque tú se lo permites. Así de simple, así de sencillo. Entonces, si quieres cambios en los hábitos de tus hijos, comienza por retomar la dirección y el liderazgo de tu familia. Reúnete con ellos y juntos platiquen de los problemas que se generan por pasar tanto tiempo sentado frente al televisor y propongan algunas soluciones para que juntos puedan cambiar esos hábitos familiares. Los niños siempre tienen muy buenas ideas, así que no te sorprenda que te pidan pasar más tiempo juntos y salir a jugar.

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2. Establece rutinas apropiadas a las edades de tus hijos

En función a la edad de tus pequeños y las actividades familiares, establece rutinas que incluyan horarios donde los chicos puedan ver televisión, hacer las tareas, colaborar en la limpieza del hogar y salir a jugar o practicar un deporte. Cuando organices el tiempo, recuerda que la solución no es llenarles el día de actividades, pues inclusive los ratos de ocio bien encausados son necesarios y pueden hacer maravillas por los niños en cuanto al desarrollo de su creatividad y el mantenerlos en movimiento.

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3. Establece tiempos de convivencia, recreación y actividad física

La convivencia familiar es fundamental para la adquisición de buenos hábitos y costumbres sanas. Tómate tiempo al día o a la semana para salir a caminar con los niños, jugar en el parque, desarrollar habilidades de campismo y supervivencia o enseñarles un juego de mesa. Si dejas un rato el auto y usan la bicicleta para ir juntos a dar la vuelta cerca de casa, recibirán gran beneficio tú y tus hijos. Para los niños y adolescentes es muy importante el movimiento, así que no dejes que se queden aletargados durante horas y procura que tengan actividades que les sean atractivas y les brinden conocimientos útiles para la vida diaria, no para quitarnos la responsabilidad de su cuidado y educación.

4. De ser necesario, toma medidas serias

Hay ocasiones en las que el establecimiento de rutinas no es suficiente, pues los malos hábitos ya se han incorporado tanto a la vida del individuo, que es casi imposible arrancarlo del sillón o quitarle la computadora. En estos casos, se deben tomar medidas igual de serias y drásticas, como pasar por un periodo de abstinencia electrónica, que con los adolescentes puede ser el inicio de una recuperación en el establecimiento de reglas y horarios. Cuando pienses en tomar medidas serias, procura que estas no se lleven a cabo de manera violenta o que dañen lo más preciado que tiene una familia: la confianza y las buenas relaciones. No prometas lo que no estés seguro de cumplir y si estás seguro de hacerlo, mide las consecuencias de lo que pueda pasar con tu decisión. Sé prudente y agota otros recursos.

5. Visita al médico, nutriólogo o especialista correspondiente

Por muy extraño que parezca, hay hábitos tan perniciosos que llegamos a requerir ayuda profesional. No temas consultar a un experto en el tema o a otros padres de familia y maestros para saber cómo han resuelto problemas con la adicción a las redes, a la pornografía, el abuso escolar, el sedentarismo crónico, la mala nutrición y algunos otros trastornos alimenticios. El primer paso lo das cuando aceptas que tienes un desafío en casa y el segundo, cuando comienzas a moverte buscando soluciones.

Mantener a tus hijos en movimiento, no se refiere únicamente a la actividad física, se refiere a todo su ser y en todos los aspectos de su vida. Cuando las aves hacen sus nidos y ponen sus huevos, a lo largo del día los mueven suavemente de un lado al otro, los cambian de posición y los acurrucan infinitamente hasta verlos nacer. Sin este proceso, los preciados pollitos perderían su sana formación dentro del huevo y no estarían preparados para la vida fuera del nido. Lo mismo sucede con nuestros niños y lo que nosotros hagamos con ellos antes de que salgan del hogar.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.