La curiosa razón por la que a algunas personas no les gusta el contacto físico

No existe nada que remplace la calidez de un abrazo, el afecto de una caricia y el fulgor de una mirada.

Erika Patricia Otero

Todos conocemos a alguien que no le gusta que lo toquen, o puedes ser tú mismo. Ya se trate de un leve toque o una caricia, la persona que no le agrada que lo toquen, rehúye del contacto como si le pusieran fuego sobre la piel.

Son más comunes las personas que gustan de dar un abrazo o saludar de beso en la mejilla. Ellas por lo regular tienen una vida social más rica y su inteligencia emocional es mejor.

No quiere decir esto que las personas a las que no les gusta el contacto físico sean incapaces de relacionarse; no es así. Posiblemente tengan muchos amigos y relaciones amorosas armónicas y felices. La diferencia es que aunque permiten el contacto físico, son selectivos con las personas a las que les permiten acercarse. No cambia su desagrado, solo lo toleran o se acostumbran a esos toques porque aman y aprecian a esas personas.

Particularmente, yo soy alguien a quien no le agrada que la toquen, menos si el contacto es sorpresivo. Siento como si invadieran mi espacio personal y me escarbaran el alma. Acepto que algunas personas me abracen y muchas veces busco un abrazo, pero son muy pocas a las que se lo permito.

La realidad es que para quienes somos esquivos al contacto físico, nos resulta incómodo o amenazador. Sé que las causas por las cuales no me agrada el contacto físico se deben a mi crianza. Sin embargo, aparte del tipo de crianza recibida, también hay razones culturales y traumas emocionales que hacen que una persona no guste del contacto físico.

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El contacto físico y las relaciones humanas

El contacto físico es de diversos tipos y se recurre a este con diferentes intenciones. Puede tratarse de expresar afecto a través de un abrazo, consolar a alguien que sufre, brindar apoyo o saludar; el contacto físico ayuda a las personas a relacionarse con los demás.

Aunque para algunas personas, recibir y dar un abrazo o palmaditas en la espalda puede ser agradable; para otras personas es algo muy incómodo. Como decíamos antes, hay varias causas:

Amor propio bajo y falta de confianza en sí mismo

Otro aspecto que puede hacer que a una persona le desagrade el contacto físico, puede ser una baja autoestima. La razón es que ven el contacto físico como una amenaza; aún más si la persona sufre ansiedad social.

Mantener la distancia, le permite a quien no le gusta el contacto físico, tener un mayor control sobre la situación. Con esto, la persona evita mostrarse vulnerable; además, tiene la sensación de que está a salvo del rechazo o de un acercamiento emocional muy íntimo.

Conciencia corporal

La relación que tenemos con nuestro propio cuerpo puede influir en nuestro disgusto por el contacto físico. Puede ser que quien huye del contacto físico sienta rechazo hacia su cuerpo o su imagen.

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Si alguien no se siente cómodo con su aspecto -cualquiera sea este- probablemente evite ser tocada por otros. De forma no consciente sentirá que no es digna de ese contacto o se sienta muy expuesta ante sí mismo.

Crianza

Desde mi experiencia personal, puedo decir que cuando era niña el afecto mis padres lo expresaban de maneras muy diferentes. Mientras mi madre nos cuidaba y jugaba con nosotras, mi padre nos llevaba a pasar y regalaba juguetes. Esa era la manera como ellos nos decían a mi hermana y a mí cariño. Ellos también fueron criados de forma similar.

Pese a esto, la crianza de mi sobrino no carece de afecto físico. A él le gusta abrazar y ser abrazado; esto se debe a la manera cómo lo crió mi hermana. Obviamente tiene sus limitaciones debido al Asperger (te lo cuento aquí), pero acepta bien el contacto físico de conocidos.

Algunas investigaciones demuestran lo que expuse antes. Crecer en una familia amorosa físicamente hablando anima a los niños a aceptar y expresar afecto físico. Pasa también al contrario, los padres distantes físicamente, crían hijos que rechazan el contacto físico. Pese a eso, ser criado por padres “fríos afectivamente” no es una determinante de cómo criarán a sus propios hijos.

Cultura

No es difícil entender que hay países donde el contacto físico -y más es en público- es un tabú. Corea del sur es un ejemplo de esto. Allí no es bien visto que las personas se saluden de beso o abrazos; y ni qué decir de los besos en las parejas.

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Fobias y TOC

Rechazar el contacto físico puede deberse también a que la persona tiene fobia a contaminarse de gérmenes. Por supuesto, también puede deberse a un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

Traumas y abusos

No olvidemos que el rechazo al contacto físico puede ser causado por un abuso sexual. Esto hará que la persona esté condicionada a rechazar abrazos o leves toques.

Si para alguien el no poder soportar que le toquen es un problema para establecer relaciones afectivas, tendrá que recibir ayuda terapéutica.

Es importante entender que el contacto físico es necesario para las personas. Abrazar y acariciar es alimento para el alma; además es uno de los tantos lenguajes del amor.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.