La felicidad genuina llega cuando dejas de hacer estas cosas

La felicidad está en lo cotidiano, y muchas veces hay cosas que debemos dejar ir para poder ser verdaderamente felices.

Fernanda Gonzalez Casafús

Hace un tiempo pensaba que la felicidad era un instante que podía escurrirse en un segundo si no lo sabíamos aprovechar. Hoy ,el tiempo y la experiencia me demuestran que la felicidad está en lo cotidiano, y que muchas veces hay cosas que debemos dejar ir para poder ser verdaderamente felices.

Apenas pasé el umbral de los 30, comencé a plantearme muchas cosas en la vida. Y una de ellas es el parámetro de la felicidad. ¿Qué es ser feliz? Lo que para tí es una definición de felicidad no ciertamente lo sea para mí. Pero en algo estaremos de acuerdo, y es que la felicidad son aquellas cosas que nos hacen sentir que la vida vale la pena.

En la sociedad materialista y consumista en la que estamos inmersos sucede que muchas veces se nos dificulta poder ver claramente cuáles son aquellas cosas que nos hacen felices. Y me refiero a esa taza de té calentita entre tus manos cuando ves caer la lluvia por la ventana, esa ducha reconfortante después de un día de trabajo, o esa sensación de bienestar que nos da el abrazo de un amigo verdadero.

A veces es necesario soltar y dejar ir ciertas cosas para que la verdadera felicidad aflore. No quiero sonar utópica ni surrealista, sino que te desafío a que puedas liberarte de todo aquello que mata la felicidad, y luego me cuentas los resultados.

Estas son las cosas que debes dejar ir  si quieres ser feliz

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  1. Culpa

La culpa nos atormenta y no nos deja fluir. Cuando la culpa es infundada, hace que nos nos sintamos merecedor de ciertos privilegios que nos da la vida.

Tú también mereces aquello que la vida te puso en el camino. Ámate y siéntete merecedor de ello.

  1. Envidia

En una sociedad donde se compite arduamente, y se valora el “tener” antes que el “ser” es habitual que nos invadan sentimientos de envidia de aquello que queremos lograr o que queremos obtener. La envidia paraliza, y es una arma que no nos deja ver que nosotros también somos capaces de hacerlo o de lograr nuestros objetivos.

No te victimices. Utiliza todo lo que tienes a tu favor para ponerlo en tu juego de la vida. La envidia amarga el alma y no nos deja observar todo lo bueno que tenemos alrededor.

  1. Miedo

Los miedos son los principales obstáculos en la vida de una persona. En el libro de Og Mandino, “El vendedor más grande del mundo”, su protagonista lucha contra sus miedos más grandes y contra grandes obstáculos que aparecen en su camino,  y al final la recompensa es gloriosamente asombrosa.

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Imagina ésto: tú piensas que serías feliz teniendo tu propio negocio de comidas pero tienes temor que no funcione. Entonces, ese temor hace que te frenes y no emprendas nada. El miedo ha ganado. No dejes que el miedo gane y lánzate ya a tus objetivos.

  1. Consumismo

Tener, tener y tener. Esa parece ser la meta de muchas personas hoy. Muchos vacíos emocionales se llenan con objetos materiales y eso no hace sino acrecentar la sensación de infelicidad.

Claro que no iremos a los extremos. Estamos diciendo que el dinero hace la felicidad cuando cubrimos nuestras necesidades y cuando nos brindamos ciertos gustos. Pero cuando el objetivo es meramente material, y sólo valoramos lo tangible, no estaremos dando lugar a aquellas cosas que realmente importan en la vida.

  1. Viejos recelos

Si aún recuerdas con recelo el daño que te ha ocasionado alguna persona, y no puedes superarlo, ciertamente no están en el camino hacia la felicidad. Nadie puede ser completamente feliz cuando aloja resentimiento en su corazón. No se trata de dejar que la gente vuelva  a herirnos una y otra vez, pero sí de tomarlo como un aprendizaje en la vida, superalo y dejarlo ir.

En mi caso, por ejemplo, alguien allegado me hizo mucho daño. Opté por alejarme por completo de esa persona y recordar esa experiencia como algo que me hizo crecer muchísimo.

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  1. Estereotipos

Aún recuerdo cuando en mi adolescencia hacía dietas para bajar de peso que terminaban con mi buen humor y me volvían irascible.También recuerdo que mi figura era esbelta y no entiendo por qué quería adelgazar más.

Los estereotipos sociales pueden marcar nuestras actitudes al punto de tirar por la borda nuestra felicidad cotidiana. Luego de ser madre gané unos cuantos kilos de más y aún me encuentro luchando contra la balanza. Mi peso es saludable, pero el espejo de la sociedad no dice lo mismo. Soltar los estereotipos puede hacer que veamos la vida con los ojos de la felicidad.

  1. Redes Sociales

De acuerdo a Jean Twenge , profesora de Psicología de la Universidad Estatal de San Diego, todas las actividades que no implican una pantalla se vincularían a una mayor felicidad. Y según un estudio, las personas que renunciaron a las redes sociales por un tiempo, reportaron sentirse más felices.

Mientras más nos enfocamos en ser y parecer en las redes sociales, más acentuaremos la infelicidad. Sucede que vivimos pendientes de lo que mostramos y de lo que vemos en los demás. Si soltamos las pantallas durante unas horas en el día, estaremos abiertos a ver otras cosas que la efusividad de la vida cotidiana no nos deja ver.

  1. Ira, enojo y bronca

No estoy diciendo nada nuevo. pero siempre es bueno recordarlo. Cuando nos sentimos enojados, frustrados y la bronca no nos deja avanzar, no seremos capaces de sentirnos completamente felices.

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Intenta resolver aquella cuestión que te inquieta. Conversa con tu pareja, resuelve tus argumentos con tu jefe, perdona a quienes te hirieron. La mejor forma de sentirnos felices es tener el corazón limpio.

Puedes armar tu propia lista. La felicidad es completamente subjetiva y es un sentimiento difícil de explicar. Intenta ser feliz con las cosas que tienes, con la persona que eres, y con quienes te acompañan día a día en tu andar. La felicidad no debe ser nunca simplemente una meta, sino también el camino. ¡Adelante!

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.