“La Gloria”, la serie coreana con una escalofriante trama de la vida real

El daño causado por el bullying deja daños imborrables, pero de ti depende que sean cicatrices de guerra o que sigan siendo heridas que aún sangran.

Erika Patricia Otero

De una forma u otra, todos nosotros estamos familiarizados con el bullying. Es triste que sea así porque quiere decir que pese a lo terrible, es más habitual de lo que debería.

El bullying no es una acción limitada al ámbito escolar; es más, es un hecho que también tiene lugar en muchos lugares de trabajo. Tanto niños, adolescentes, jóvenes y adultos sufren acoso; lo sé porque personalmente lo he vivido en todos estos lugares. Por esto, sé de cuenta propia que como víctima de bullying, desarrollas sentimientos de baja autoestima; esto además de que te sientes humillado y desesperanzado.

Es tan terrible, que muchas series de televisión le han dado notoriedad para que las autoridades al fin hagan justicia. Es importante que esto suceda porque el bullying está acabando con la estabilidad emocional de muchas personas.

El bullying en los medios de comunicación

Con lo anterior señalado, recientemente se estrenó en la plataforma Netflix una serie coreana que se llama “Gloria” (The Glory).

No es la primera serie que expone de manera amplia esta problemática social. La relevancia radica en que expone de manera cruda el bullying y lo que este genera en una persona. Además, el caso que expone está basado en un suceso de la vida real ocurrido 2006.

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La serie plasma la historia de Moon Dong Eun. Ella es una mujer que, mientras asistía al bachillerato, fue víctima de bullying por parte de sus compañeros; especialmente una de ellos: Park Yeon Jin.

Park Yeon Jin es hija de ricos; en cambio, Moon Dong Eun procede de una familia pobre que poco se interesaba por ella. Park Yeon Jin junto a otros cuatro amigos eran los acosadores del colegio.

Cuando alguien puede ayudar, pero no lo hace

Lo que hace peor la historia es que algunos profesores eran conocedores de que Yeon Jin y compañía eran acosadores; pese a eso, al ser hijos de ricos o amigos de esa chica, pasaban por alto los ataques a diferentes estudiantes.

Lo que estos bullies hacían era elegir al azar a cualquier estudiante y lo hacían foco de humillaciones. Una de sus víctimas cometió suicidio. Ella estaba tan humillada y sin ayuda de parte del profesor a cargo, que no aguantó más.

Moon Dong Eun no fue presa fácil. Ella se opuso fervientemente a los ataques, pero eran 5 contra una niña de 16 o 17 años. Las agresiones llegaron a tal punto, que Dong Eun fue quemada con una pinza de rizar el cabello. Las quemaduras fueron en distintas partes del cuerpo; su rostro fue el único que no fue tocado. Ella denunció este hecho al maestro, pero este, no solo golpeó a Dong Eun frente a otros maestros; sino que de nuevo pasó por alto los ataques de Yeon Jin. Pese a esto, Dong Eun recibió ayuda de la enfermera escolar, pero no fue suficiente.

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El desdén de los padres de Dong Eun era tal, que recibieron dinero de parte de los padres de la acosadora para que callaran. El resultado fue que Dong Eun fue abandonada. Como resultado, ella dejó de ir a la escuela porque debía trabajar para mantenerse y salir adelante; fue lo que hizo.

Con el tiempo retomó estudios e ingreso con buenas notas a una buena universidad y se graduó de profesora. A pesar de eso, Dong Eun fue dedicó 22 años de su vida a planear la peor de las venganzas en contra de quienes le hicieron daño.

El bullying y la venganza

Como víctima de alguien que se creía mejor que yo porque tenía más dinero; dan deseos de hacerle pasar un mal rato. A pesar de eso, la vida me enseñó que los bullies se condenan solos.

Sé que la venganza parece el camino rápido para sacar el dolor del daño ocasionado, pero no es la mejor elección.

A Dong Eun, le tomó 22 años de su vida planificar paso a paso su desquite. Sí, en parte, pero el sacrificio fue mayor. ¿Por qué? porque ella no se permitió amar a nadie, divertirse y hacer una vida fuera de su objetivo final: la venganza.

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Eso por lo general es lo que ocurre cuando una persona es vengativa; todo lo que se propone gira en torno a hacer daño para hallar remedio a su dolor. Mientras se enfoca en esto, lo que pasa es que deja de lado lo que realmente vale en la existencia: amar, vivir, disfrutar, aprender.

Muchas personas hemos sido víctimas de malos tratos, acoso, difamaciones, pero pocos optan por el camino complicado de la venganza. Otros más sabemos que la vida se encarga de poner a cada persona en su lugar.

El poder de perdonarse

Puede ser que tras la venganza sientas que lograste desquitarte de los malvados. Sin embargo, lo que ocurrió es que te has convertido en otro malvado más. Quizás en este caso lo mejor es perdonar, pero esto abre otra arista.

Mucho se dice de la gran fuerza que otorga perdonar a quienes nos han hecho daño; aun así, ¿Dónde queda el poder que da perdonarse a sí mismo?

Recuerdo que cuando me acosaban, yo no dirigía mi ira hacia quienes me dañaban. Ellos eran personas que siendo adolescente creía que eran amigos, ¡vaya amigos!. Yo hasta los excusaba y justificaba; sin embargo, con el paso del tiempo me culpé por haber permitido aquel abuso. Fue cuando me reprendí más duro por haber sido “tonta”. Tuvo que pasar un largo proceso de sanación para que me diera cuenta que no era culpable de lo que me habían hecho; pese a eso, era responsable de mi progreso y felicidad como persona.

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Perdonarme y decirme a mí misma que de mi dependía mi vida fue un gran abrir de ojos. Cuando al fin me perdoné por cómo yo me había tratado, mi vida comenzó a cambiar paulatinamente.

El proceso no es fácil. Lo que debes entender es que mereces ser feliz a pesar del pasado horrible que viviste. Ese es el comienzo de una nueva era para ti.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.