Las dolorosas y falsas monedas del amor

Para toda moneda verdadera, existen decenas de monedas falsas. ¿Cómo distinguir el amor verdadero de sus dolorosas imitaciones? Aquí te cuento cómo.

Por: Érika Otero Romero

Muchos autores han hablado sobre los grandes dolores y decepciones del amor. Y lo han hecho al punto de que más que creer que se trata de un sentimiento que conduce al mayor de los éxtasis, este termina siendo peor que una enfermedad terminal. Y en eso de “sufrir por amor”, además, soy una experta.

Muchos sufrimientos los generamos nosotros, porque en infinidad de ocasiones confundimos emociones y sentimientos con el AMOR VERDADERO; pero, para poder distinguirlo, valdría la pena darle un significado, si es que esto se puede hacer. Podríamos decir que el amor verdadero es aquel que carece de egoísmo, que busca hacer feliz a la otra persona antes que a uno mismo, que busca el beneficio del ser amado. Sobre todo, antes que esto ocurra, debemos ser capaces de amarnos a nosotros; es cosa de lograr un justo equilibrio, y lo ideal es que sea correspondido de la misma manera, de modo que ninguna de las partes salga “perdiendo”.

Existen, sin embargo, “distorsiones” de este sentimiento. ¿Quieres descubrirlas y saber si en algún momento de tu vida has experimentado alguna de estas variantes, o si en la actualidad estás pasando por alguna? Son las dolorosas y falsas monedas del amor ¡Te sorprenderás de lo que vas a encontrar!:

¿Has sentido o has sido víctima de una especie de amor que se caracteriza por un exceso de sentimientos, actitudes y acciones irracionales que hacen que no disfrutes tu relación de pareja por lo intensos y apremiantes que son? Si es así, te presento al AMOR MANÍACO.

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¿Quién no ha tenido un amor platónico? Este tipo de afecto es conocido como AMOR IMPOSIBLE, y muchos sabemos de qué trata: amar a una persona que ni siquiera sabe que existimos, o que aunque sepa que ocupamos un espacio en este mundo para él no somos más que “alguien del montón”; sí, trágico y doloroso, pero cierto.

Me atrevería a decir que este es el que aqueja a las personas tímidas. Si tú, bajo ninguna circunstancia, te atreverías a declarar tu amor, aunque tu vida dependiera de ello, entonces eres del grupo que sufre el SÍNDROME DE CYRANO. ¡Bienvenido a vivir tu amor a través de otros!

En una ocasión tuve un amor de este tipo: quien “padece” de AMOR DISOCIADO tiene la creencia de que está enamorado de varias personas y a cada una las ama de manera diferente. Los hombres son los más propensos a sufrir este tipo de afecto; en este caso, tienden a catalogar a las mujeres en dos grupos: las santas, puras y benévolas, con las que nunca podrán tener una relación aunque las amen; y las aptas para producirles placer íntimo. No sobra decir que el hombre que lo padece no ama a ninguna de las dos mujeres.

Por otro lado, ¿quién no ha sobrellevado un AMOR FÓBICO? Saliendo de la adolescencia lo experimenté, al enamorarme de manera absurda de alguien a quien jamás me atreví a decirle nada. Este “tipo de amor” se caracteriza por estar locamente enamorado de alguien, pero, a la vez, se huye del amor y ni siquiera se es capaz de plantearse tener una amistad con la persona querida, pues el miedo al rechazo es tal que preferimos MERODEAR y “ESQUIVAR” a nuestro ser amado, por temor a sufrir una decepción.

¿Alguno ha vivido un amor en el que la persona que queremos únicamente es capaz de amarse a sí misma? Si así es, les presento al NARCISISMO MORBOSO. Por lo general, quienes lo experimentan son personas pobres en afectos, que se muestran distantes y son incapaces de demostrar admiración por una acción o cualidad ajenas; carecen de habilidad para detectar el estado de ánimo de otra persona y, por último, sus romances son fugaces.

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¿Quién no ha idealizado al objeto de su afecto? Muchos lo hemos hecho, y esto recibe el nombre de BOVARISMO. Este ocurre cuando se exageran de forma irracional las virtudes y cualidades del ser amado; altera la realidad, atribuyéndole virtudes que es posible que ni tenga; si la persona enamorada es más o menos estable se sentirá frustrada cuando descubra la verdadera imagen de su amado; en cambio, si es una persona inestable, vivirá “ciegamente” el amor, e incluso sufrirá.

El siguiente es un “amor” exclusivo de las mujeres en el que se ve a la pareja como un niño: lo sobreprotege, lo mantiene siempre vigilado y se desvive por agradarle. Llega a renunciar a su propia satisfacción personal por satisfacer al hombre que ama; esto se conoce como EL SÍNDROME DE WENDY.

Y en el intrincado camino del amor, ¿quién no se ha dado en la cara con los celos? La CELOPATÍA son los celos llevados al extremo, que son excesivos y enfermizos. Estos, por lo general, tienen su origen en el complejo de inferioridad que se pretende superar mediante una manifestación posesiva de la relación. Este mal puede llegar a ser responsable de una buena parte de los casos de violencia doméstica.

Encontrar el amor de verdad es una tarea titánica, pero no imposible; enseña a tus hijos a amarse y a respetarse. Estos principios básicos los guiarán en una búsqueda que para algunos ha sido ardua, pero con suerte ellos saldrán triunfantes y no desfallecerán en el intento.

Erika Otero es profesional en Psicología de la Universidad de Ibagué. Tiene experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo

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