Las graves consecuencias de mentirles a los niños

Erika Patricia Otero

Para nadie es secreto que todos los niños, a diferencia de los adultos, son muy ingenuos. En esa ingenuidad hay una magia maravillosa; sin embargo, esto les hace víctimas fáciles de adultos maliciosos.

La verdad es que los padres a veces “engañan” a sus hijos. No digo que lo hagan con mala intención; no creo que ningún padre que ame a sus hijos mienta para sacar provecho de la situación. Lo que sí digo es que mentirles a los niños, los expone a personas con malas intenciones.

Es fácil comprender que deseas mantener ilusión la cuando le dices que a su hermanito lo “traerá” una cigüeña. También se entiende que quieras mantener la fantasía de la navidad cuando le cuentas que Papá Noel es quien trae los regalos. Como sea, a la larga, el niño sabrá que éstas eran “mentirillas” y las va a aceptar sin reproche.

Pese a esto, muchas otras “mentirillas” que los padres dicen a sus hijos pueden ser realmente dañinas para sus pequeñas vidas.

Por ejemplo, escondiste el regalo que ibas a dar a tu esposa por su cumpleaños. Lo escondiste, pero tu hijo lo encontró, para que no lo cuente, le dices enojado : “si lo cuentas, se abrirá la tierra y te comerá”. ¿Qué pasa con el niño?, varias cosas, entre estas, que tendrá miedo a contarte las cosas.

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¿Por qué algunos padres mienten a sus hijos

La realidad es que eso es algo que difiere de familia a familia. Algunos padres mienten para evitar problemas. Otros más les dicen mentiras “blancas” a la espera de que llegue la edad correcta en la que deban enterarse de ciertas cosas. Y algunos otros lo hacen por pura costumbre; se lee terrible, pero es cierto.

La realidad, es que esos padres en particular, restan importancia a la información que proporcionan a sus hijos. El problema llega cuando esos pequeños repiten esas mismas mentiras a otros niños creyendo que es verdad.

Hace poco escuché la historia de una chica que contó cómo sus maestros se habían reído de ella a consecuencia de una mentira que le contaron sus padres. Contó que un día preguntó cómo venían los niños al mundo. Sus padres le contaron que se necesitaba de dos personas que se quisieran mucho; entonces, esas dos personas se besaban y así era como los niños nacían.

Al tener 4 años ella iba al jardín de infantes. Allí tenía un amiguito que a ella le gustaba mucho. Un día ese niño le dio un beso y le dijo que la quería mucho. En su inocencia y recordando lo que sus padres le habían dicho, salió corriendo asustada y llegó llorando al salón. Su maestra se acercó y le preguntó por qué lloraba; así que ella muy emocionada le dijo: “estoy embarazada”. Obviamente la profesora le preguntó la razón, a lo cual ella le dijo que su amiguito le había dado un beso en la mejilla. Riendo a más no poder la maestra llamó a los padres de la niña y los 3 rieron de lo que la niña había creído.

Consecuencias de mentirle a los niños

Aparte de que se presta para que tus hijos sean el hazme reír de unos cuantos; también los hace susceptibles de abusos. Otra cosa de la que pueden ser víctimas los niños, es de “recibir” información errónea de parte de inescrupulosos.

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En efecto, hoy en día cualquier persona puede decirle a tus hijos con muy poco tacto, las cosas que tu por vergüenza evitas.

No hay necesidad de engañar a tus hijos. Si te da vergüenza hablar de ciertos temas, basta con permitirle que busquen en internet lo que tanta curiosidad le causa; desde luego, bajo tu supervisión. El punto es cuidar que tenga la información necesaria para calmar su curiosidad, pero no tanta como para que “sepan” ciertos temas antes de tiempo.

Es mejor que actúes de esta manera; de lo contrario, si insistes en engañarlos, lo que pasará a largo plazo es que dejarán de tomarte como una fuente digna de confianza.

Aparte de esto, hablarle a los niños con la verdad les ayuda no solo a ser siempre honestos; sino que además tendrán un desarrollo cognitivo y emocional óptimo.

Cómo hablar con tus hijos sin recurrir a las mentiras

Es claro que hay temas de temas. No todas las cosas que cuestionan los niños son un reto intelectual o moral; así que básicamente a la mayoría de cosas que pregunten vas a poder ser sincero. Ahora bien, cuando sientas que no puedes ser tan sincero como te gustaría, puedes recurrir a las recomendaciones que te daré.

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Piensa antes de responder:

Dile que no sabes, y que vas a buscar para poder ayudarlo. Esto te dará el tiempo necesario para encontrar la manera adecuada de hablar de temas “delicados”.

Habla con naturalidad

Cuando le restas malicia a un tema, el niño va a tomarlo con naturalidad. Habla con claridad sobre el tema; seguro te está preguntando porque algún otro niño le adelantó información. A ti solo te queda restarle malicia. No les cuentes historias de abejas o besos; eso podría prestarse para que sea la burla de otros.

No hables con tu hijo cuando estés de mal genio

Solo vas a desquitarte con el niño. Dile que espere un momento y que pronto hablarán de lo que necesite

Por último, solo me queda decirte que tu hijo valorará mucho que le hables de lo que sea que pregunte con franqueza. Te lo digo porque mis padres me hablaron siempre claro de los temas más bochornosos y esto me ayudó a verlos como personas dignas de fiar. Jamás me he visto en la necesidad de engañarlos y me siento muy feliz porque eso fue algo que ellos me enseñaron.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.