Las palabras no se las lleva el viento, quedan marcadas a fuego en el corazón de quien las escucha

Sanar tus heridas emocionales es muy sencillo, ya que tú tienes el poder de hacerlo con solo expresar palabras positivas.

Adriana Acosta Bujan

“¡Estoy harta de tomar todas las decisiones!, ¡Eres un fracasado!, ¡Te comportas como un verdadero inútil!, ¡Eres el peor error de mi vida!, ¡Estás loco!”. Un millón de insultos y palabras negativas salían de su boca y pensamientos sin darse cuenta; ella poco a poco iba destruyendo con sus palabras el autoestima de su pareja, al parecer guardaba mucho rencor en su corazón.

“¿Por qué siempre te equivocas?, ¡Nunca pones atención!, ¡Eres el peor hijo!, ¡Eres un tonto!, ¿Por qué no sigues el ejemplo de tu hermano?” El pequeño escuchaba todos los días decir de su madre palabras hirientes y negativas; incluso llegó un momento en el cual realmente creyó que no tenía caso seguir viviendo ya que no era capaz de hacer feliz a su madre.

Puedo escribir una larga lista de ejemplos de las palabras negativas que la mayoría hemos escuchado en alguna ocasión. Lamentablemente, muchas veces llegamos a creerlas, ya que son dichas por personas que nos rodean o que realmente queremos y amamos; de lo contrario no tendrían efecto alguno en nuestro sentir.

Las palabras pueden sanar el alma o destruirla

Las medicinas son efectivas para curar cualquier malestar físico, para eso fueron creadas; pero ¿qué cura el dolor mental y emocional? La respuesta son las palabras. Estas tienen un gran poder, incluso las que usualmente nos decimos internamente, de ahí surge la raíz de la sanación.

Tal vez esto no te parezca algo nuevo o insólito, puesto que muchos terapeutas y especialistas lo han confirmado; si logramos cambiar los pensamientos destructivos y transformarlos a positivos,podríamos sanar nuestra mente.

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Suena demasiado sencillo; sin embargo, debe ser un trabajo constante y perseverante, comenzando con nuestros propios pensamientos, esos que nos decimos al mirarnos al espejo, escuchando la voz interna que tenemos, para después escuchar a las personas que nos rodean; solo esas palabras que son positivas y constructivas para nosotros mismos.

También es importante desprenderse de esas creencias falsas y destructivas que formaron nuestra identidad y personalidad desde la infancia y que las hemos hecho reales en la vida adulta. Me refiero a trabajar en la propia autoestima, seguridad y confianza, para así restar importancia a las palabras negativas y a aquellos mandatos que nos han pesado durante mucho tiempo.

Todo tiene un aprendizaje

Desafortunadamente no siempre las cosas que realizamos llegan a salir bien y eso provoca que creamos fervientemente en aquellas palabras hirientes que alguna vez alguien nos dijo, sintiéndonos personas derrotadas, fracasadas e incapaces de encontrar la propia felicidad.

Sin embargo, deberás mantener un enfoque positivo en cada adversidad, encontrando un aprendizaje de los errores, de esa manera, descubrirás la fortaleza y capacidad que tienes dentro de ti.

¿Cómo encontrar lo positivo de las palabras negativas?

1 Comienza por lo positivo

Puede ser que te encuentres en una situación desesperante, totalmente fuera de control de tus emociones; por ello, comienzas a decir palabras hirientes a todo aquel que se pare enfrente; podría pensar que es algo normal de cualquier ser humano. Sin embargo, es de suma importancia aprender a controlar tu tono de voz y lenguaje corporal, ya que lo que pueda salir de tu boca llegará a lastimar a las personas que te rodean.

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Si comienzas a decir lo que te molesta a una persona de forma tranquila y pacífica, lograrás ver que las cosas se resolverán más fácilmente, encontrando soluciones a cualquier conflicto, la clave de todo es mantener una comunicación asertiva.

La psicóloga Livier Nazareth, afirma que no es necesario herir a las personas con palabras negativas para lograr que ellas cambien algún aspecto molesto o perjudicial. El secreto es dar un mensaje positivo minimizando lo negativo. Ella dice que debemos comenzar por halagar a la persona, enfocándonos en el amor y respeto que se merecen;  luego entonces, decir lo que te molesta y finalizar diciendo “gracias”.

Explicado de otra manera, la fórmula será primero halagar, luego decir lo que te molesta, y finalizar con un agradecimiento.

2 Buscando distintas maneras para expresarte

En lugar de llegar a los insultos, tómate un tiempo para encontrar la mejor manera para expresarte. Así como puedes encontrar palabras hirientes fácilmente, también existen palabras o frases que significan lo mismo pero que son menos duras o crueles al momento de decirlas.

Por ejemplo: En vez de decir “Eres un fracasado”,puedes optar por decir “Tal vez deberías analizar aquellos errores y aprender de ellos”. La idea principal es minimizar esas palabras negativas sin perder el sentido en el contexto que se utilicen.

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3 Tú eres la fuerza

Entre más te victimices será fácil creer que eres una persona poco afortunada y privilegiada. Recuerda que solo en tu interior podrás fortalecer la autoestima destruida. Mírate en el espejo y regálate palabras motivadoras, de aliento y de fortaleza.

Nadie absolutamente nadie tiene el poder de cambiarte si no lo haces por ti. Trabaja en lo más profundo de tu corazón y encuentra tus virtudes y fortalezas, esas que tal vez alguien te ha dicho que no las tienes. Ten en mente que eres especial en este mundo.

4 Elimina la negatividad

Definitivamente decir “no” es una negación a algo, por ello es que deberás eliminar de tu vocabulario esa palabra; puedes intentar decir “pronto llegará lo que deseo”, “el perfeccionismo es algo que se puede lograr”, “mis defectos me hacen ser auténtica”. Poco a poco tu manera de hablar y de pensar será positiva de manera automática.

Las secuelas de decir y creer las palabras negativas son devastadoras, incluso, pueden llegar a atentar contra la propia vida, sin ser una exageración. Recuerda que tienes el poder de sanar emocionalmente modificando lo que te dices a ti misma y a otros.

No olvides transformar los comentarios negativos en palabras positivas; tú tienes el control de lo que crees que eres; deja de victimizarte y descubre el poder tan maravilloso que tienen las palabras cuando son edificantes.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.