Las peores cosas que le puedes hacer y decir a tu esposo

Si eres de esas personas que creen que solo las mujeres son víctimas de sus esposos, entonces lee este artículo y cambia tu opinión. Las peores cosas que le puedes hacer y decir a tu esposo.

Erika Otero Romero

A veces se comete el error de pensar que solo las mujeres sufren en un matrimonio a manos de hombres que no saben controlar lo que sale de su boca. Lo cierto es que todos los seres humanos deberían estar claros en que la violencia física, psicológica, sexual, simbólica y patrimonial económica no discrimina raza, género ni edad.

El hombre, al igual que la mujer, necesita escuchar lo que su pareja siente y piensa de él, tanto los buenos sentimientos como los no tan agradables; claro, siempre y cuando sea en “buen plan”; sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas cuando se trata de las relaciones de pareja.

Las mujeres pueden destruir el amor de sus esposos. Así es, en el matrimonio las reglas pueden invertirse ante el menor descuido. No se necesita de mucho empeño para dañar una relación, más bien de lo que se precisa es de desidia y esta puede ocupar de manera rápida el lugar del amor, el interés y la preocupación afectiva por el esposo.

¿Cuáles son las peores cosas que una mujer le puede hacer a su esposo?

1. Humillarlo

Aunque no lo creas, algunas mujeres con poder pueden volverse unas completas tiranas. Esa situación se puede presentar cuando es la esposa quien ha sostenido de manera económica el hogar, y es él quien hace el papel de “ama de casa”, o también cuando su marido no la complace como ella desea en el aspecto íntimo, insinuando incluso que puede serle infiel si él no hace algo para solucionar la situación.

Solución

Advertisement

Considera que en algún momento fuiste tú quien se hizo cargo del hogar y ser la “dueña de casa” es un trabajo de tanta o más responsabilidad que uno fuera. Respecto al desempeño íntimo de tu compañero, considera tus expectativas: si él está pasando por una situación clínica lo adecuado es que los dos acudan con un especialista; también plantéense la idea de consultar a un experto para que los oriente respecto a la situación a seguir. Así como no todo es dinero, en el amor no todo se reduce al aspecto íntimo.

2. Ponerlo en segundo lugar

Antes que nada, es primordial que tengas presente algo: el amor que sientes por tu esposo y el que te inspiran tus hijos es diferente, ante eso no hay ningún tipo de discusión, de modo que no debería haber segundos lugares en esos dos amores. Lastimosamente, la realidad es otra, y hay mujeres que descuidan por completo a su pareja al momento de que llegan los hijos al hogar; craso error si consideras que gracias a tu esposo es que tienes a tus hijos.

Solución

No confundas entre el amor de pareja y el afecto que sientes por tus pequeños. Si la preocupación y entrega por tu compañero es legítima, no habrá lugar para segundos lugares. No olvides que tus hijos en algún momento se irán de casa a hacer sus propias vidas y si eres lo suficientemente entregada a esos dos amores, los mantendrás a ambos en tu vida para siempre.

3. Compararlo con otros hombres de tu vida

Puede parecer una minucia, pero no lo es. Decirle: “No eres tan manitas (hábil con las herramientas para hacer reparaciones) como mi papá” o “Mi hermano a los 15 años bailaba mejor que tú”, e incluso “Mi ex era más detallista”; son frases fatales para la confianza que debe existir entre los esposos.

Advertisement

Solución

Amárrate la lengua por más deseos que te den de comparar; antes bien, ayúdalo a ser consciente de que si bien tiene otros talentos, hay cosas que se salen de sus manos. Piensa que lo que no te gusta para ti, no es bueno para los demás, así evitarás muchos líos.

4. Que lo desautorices delante de tus hijos

Por ser quien tuvo a los hijos por nueve meses en su útero, eso no te da derecho a sentir que eres la única persona en el mundo con poder y sabiduría para educarlos.

Solución

Si no te parece correcto un castigo, háblalo con el padre de tus hijos en privado. Piensa que si le quitas el poder de corregir o educar a tus hijos, el día que ellos tomen una decisión incorrecta tú serás la única causante de ese problema. Así como los dos participaron en la creación de ese ser, los dos deben ser responsables de su educación.

Advertisement

Solo me queda decirte, “No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti”. Esto no solo aplica para familia, amigos y conocidos, aplica también y sobre todo para tu compañero, en cualquier momento y lugar.

Toma un momento para compartir ...

Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.