Las tareas escolares no aseguran el éxito profesional y personal, según los expertos

Expertos aseguran que las tareas escolares no aseguran que los hijos adquieran un real conocimiento. Entonces, ¿sirve hacer la tarea?

Adriana Acosta Bujan

Seguramente en más de una ocasión te habrás preguntado ¿por qué los maestros dejan tanta tarea?, ¿Parece que no tienen otras actividades por las tardes, más que evaluar? En realidad, hacer los deberes escolares puede generar angustia, fastidio, aburrimiento, preocupación y cansancio, tanto para los niños como para los padres, puesto que hacerla forma parte de las responsabilidades y obligaciones de la vida, ¡Se tiene que hacer y punto!

Muchos estudios pedagógicos de la educación tradicional aseguran que las tareas son indispensables para que los estudiantes refuercen sus conocimientos adquiridos en la clase y así puedan más fácilmente despejar dudas al respecto de cada tema.

Como profesional de la educación, coincido con los expertos, quienes aseguran que en cierto modo el argumento es correcto. Las tareas se deben dejar a los estudiantes solo con pocos ejercicios de repaso en algunas asignaturas que lo ameriten, como por ejemplo las relacionadas con el área de las ciencias exactas (matemáticas, física, química, estadísticas entre otras), ya que el conocimiento se reforzará mucho mejor cuando se repasa.

Por otra parte, en el área de humanidades no será necesario dejar tareas, ya que son asignaturas que cuentan con la facilidad de adquirir sus conocimientos conforme las experiencias de la vida cotidiana. Esto no quiere decir que no se asignen tareas como tal, sino que se trabaja conforme a proyectos, para que los estudiantes pongan en práctica su pensamiento crítico, reflexivo y al mismo tiempo desarrollen otros tipos de habilidades que cada uno tiene.

El impacto de las tareas en el rendimiento escolar

Lamentablemente, la mayoría de los estudiantes hacen las tareas para cumplir con un porcentaje de su calificación, por mera obligación y no porque deseen en verdad adquirir conocimientos; en esta parte las tareas ya no cumplen con su objetivo primordial, convirtiéndose solo en un instrumento para evaluar el trabajo y no el aprendizaje adquirido. Incluso, cuando los deberes son complicados es más probable hacer trampa.

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Cuando existe una sobrecarga de tareas escolares se derivan varios efectos negativos en los estudiantes, como poca socialización familiar y relaciones públicas, se deja de realizar ejercicio, se tienen pocas horas de esparcimiento y entretenimiento y en ocasiones es causante de trastornos de sueño, lo que provoca aumentar los niveles de estrés y ansiedad.

Por tal razón, será importante que los profesores tomen en cuenta estos efectos negativos para que modifiquen el objetivo de sus tareas, realizando estrategias novedosas y creativas que permitan a los alumnos impulsar y motivar su curiosidad por la investigación y adquisición de conocimientos, basados en los diversos modelos educativos proporcionados por las instituciones de educación.

Estrategias para docentes y padres

Sin duda, los profesores son los encargados de facilitar el aprendizaje a los estudiantes; sin embargo, los padres podemos contribuir en que esos conocimientos adquiridos sean realmente útiles para la vida de nuestros hijos, transformando la teoría en práctica, creando dudas, incertidumbre y motivación para aprender cosas nuevas y diferentes. ¿Cómo hacerlo?

1 De la teoría a la realidad

Todas las tareas de cualquier asignatura pueden ser un tanto fastidiosas por la complejidad de la información; incluso para los estudiantes se convierte en algo repetitivo y algunas veces sin sentido. Sin embargo, la idea es que al realizarlas se pueda sacar provecho de ese conocimiento en la utilidad de la vida cotidiana.

Esa será tarea para los padres en caso de que el profesor tenga un método de educación tradicional. Por ejemplo: si la materia es de física, será valioso investigar sobre la velocidad y la altura de los aviones, incluso transformar ese conocimiento a planear unas vacaciones familiares ¿Cuánto tardarán si desean viajar a tal destino en auto o por avión?

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Ahora será mucho más sencillo hacer que ese conocimiento aburrido o tarea se transforme en algo divertido, con el uso del internet, tutoriales, videos y demás.

2 Motivación e imaginación

Como docente, y por mi experiencia profesional, puedo decir que una de las maneras más divertidas, fáciles y sencillas para transmitir la información es conociendo los gustos, aficiones e intereses de mis alumnos. De esta manera puedo asignar un proyecto que les llame la atención, evaluando sus habilidades, destrezas y fortalezas, entre otros aspectos, como la solución de conflictos y el trabajo en equipo.

Así también los padres pueden contribuir a que esas tareas ordinarias sean aprovechadas al máximo, motivando la imaginación de sus hijos. Por ejemplo: cantar las tablas de multiplicar, inventar una canción de la Segunda Guerra Mundial, incrementar el vocabulario, hablando en familia, utilizando palabras y sinónimos que aprendieron en la materia de español, entre otras ideas.

3 Incentivos

Sabemos que el incentivo número uno de cada estudiante es obtener una calificación aprobatoria, al cumplir con sus tareas escolares. Sin embargo, deberá existir otra motivación o incentivo en casa para que los hijos se esfuercen al realizar sus deberes.

La idea es que todos los estudiantes y los padres vean a las tareas como algo que deben hacer pero que al final de cuentas obtendrán una recompensa deseada.  Por ejemplo, “¡cumpliré con mis tareas porque al final del año escolar obtendré el videojuego que tanto deseo!”

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4 Se pueden cambiar de reglas

Para formar los buenos hábitos y valores en los hijos, es necesario enseñarles que las tareas se deben realizar a cierta hora del día, de lo contrario no podrán disfrutar de su tiempo libre para divertirse.

Los padres podemos jugar con esas reglas implementadas en casa, tal vez, manejando los horarios o dando un día libre a los hijos para que ellos realicen sus tareas sin necesidad de presionarlos.

5 Herramientas útiles a la mano

Colores, cuentos, una buena señal de internet, una computadora, lápices, plumas, hojas, música relajante, un espacio limpio y ordenado, son los factores básicos que todo padre debe considerar tener para que sus hijos que realicen sus tareas.  Así, los deberes se realizarán de manera rápida, cumpliendo con el objetivo principal que es reforzar el conocimiento del aula.

Para muchos, lo ideal sería que los profesores no dejasen tareas a sus estudiantes, sin embargo eso se logrará con el paso del tiempo, cuando los maestros dejen de utilizar métodos tradicionales. Como padres podemos ayudar a los hijos a que esas tareas cotidianas se conviertan en verdaderos conocimientos significativos en sus vidas.  Motívalos a investigar y resolver sus propios cuestionamientos, para desarrollar su pensamiento crítico y fortalecer otras áreas de aprendizaje.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.