¿Les falta compromiso como padres?

La adolescencia es una etapa muy sensible para el ser humano, especialmente en estos tiempos. Por lo tanto, el acompañamiento de los adultos puede ser vital. ¿En verdad estás comprometida con tus hijos?

Emma E. Sánchez

Cada año escolar que pasa, el número de padres de adolescentes que asisten a las reuniones escolares baja considerablemente. Cuando se platica con ellos buscando las razones del poco interés que muestran al no participar con sus hijos, es muy común escuchar que sus adolescentes ya son lo suficientemente grandes para hacerse responsables de sus tareas, actividades extracurriculares, que ya no les gusta que vayan a verlos a sus partidos deportivos y que no les gusta que sus amigos los vean con sus padres “como niños chiquitos”. Y escudándose en estas razones, aunadas a las largas jornadas de trabajo y compromisos personales, los padres se alejan de sus hijos y solo van a la escuela cada año a inscribirlos o cuando ya tienen problemas serios.

Los maestros y consejeros escolares se quejan del poco interés y la falta de compromiso de esos padres de familia, luego los mismos padres los culpan y responsabilizan de no educar a sus hijos correctamente, entonces la lucha no termina y los jóvenes son los únicos perjudicados como siempre.

¿Te suena familiar todo esto?

Los adolescentes necesitan de la presencia de sus padres en esta etapa de vida para consolidar su formación en todo sentido. Es la etapa donde se despierta un especial interés por las drogas, el alcohol, el cigarro y el sexo. Los jóvenes están en la búsqueda de su vocación pero al mismo tiempo carecen de voluntad, falta de identidad y la apatía les gana en todo. A continuación te presento algunas recomendaciones que te podrán ayudar a mostrar tu compromiso y amor sincero por tus hijos.

1. En la casa se educa, en la escuela se enseña

Si tu hijo es mal educado o grosero, créelo, no es responsabilidad del maestro, es tuya. El maestro le va a enseñar química y biología, pero si tu hijo es incapaz de sentarse, mostrar respeto a sus compañeros o hacer la tarea en casa, entonces el balón está en tu cancha. Es tu responsabilidad educar y disciplinar a tu hijo.

2. Conoce a los padres de los compañeros de tus hijos

Asiste a las reuniones de padres de familia y ubica a los padres de otros compañeros. Preséntate y -de ser posible- mantengan una línea de comunicación para hacer un frente común. Es muy común que a esta edad los chicos mientan y se cubran unos a otros, inclusive que usen a otro padre de familia para lograr sus propósitos no siempre sanos. Si los muchachos van a salir contacta a los padres de otros chicos y verifica que todo esté en orden.

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3. Acompaña a tus hijos a sus presentaciones y deportes

Un joven siente el apoyo y confianza de sus padres cuando éstos no solo le acompañan en sus juegos y actividades extracurriculares, sino que en las mismas le dan ánimos, no críticas. Ofrécete a llevarlo, traerlo, asistir a sus actividades artísticas o de su interés, dale su espacio para que conviva con otros jóvenes y mantente cerca.

4. Mantén comunicación electrónica con los maestros

Mensual o bimestralmente manda un correo a sus profesores para saber cuál es su conducta y su aprovechamiento escolar, sus desafíos y las cosas que está haciendo bien. De las cosas más difíciles de tratar con un padre es decirle al final del año que su hijo no aprobó un curso y darse cuenta que él es el último en enterarse de los problemas del hijo.

Una vez al año, haz una cita y entrevístate personalmente con alguno de sus maestros o asesor académico.

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5. Establece un canal de confianza y diálogo con tus adolescentes

Un joven es responsabilidad de un maestro un año o unos cuantos meses solamente, pero para un padre su hijo es eso, su hijo, para toda la vida. Nadie hará por tus hijos lo que tú mismo no estés dispuesto a hacer. Por lo tanto, mantente cerca de ellos en esta etapa crucial de vida.

Si algo te falto hacer o lo hiciste mal en la infancia de tus hijos, la adolescencia es la segunda oportunidad que necesitas tener para corregir los errores del pasado. No la dejes pasar. Lo que no inviertas en tiempo y afecto en estos días será lo que te reclamen los problemas que en el futuro te generarán tus hijos como adultos inadaptados. No lo olvides.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.