¿Llegaste a la cima? Estás equivocado

La lección que nos deja la campeona en Racquetbol, la mexicana Paola Longoria. Siempre hay cosas por las cuales luchar. ¿Llegaste a la cima? No te creo.

Arturo Leonardo

La autocomplacencia o el miedo a intentar cosas nuevas puede ser una forma de morir en vida. Hay tantos planes por realizar, pero a veces se necesita únicamente un pequeño empujón para llevarlas a cabo. ¿Piensas que ya hiciste todo lo que tenías que hacer en esta vida? Bueno, te contaré entonces una historia sobre una deportista mexicana llamada Paola Longoria.

Inicio difícil

Longoria practica un deporte que no tiene la proyección mundial de la que gozan otras disciplinas como el futbol o el futbol americano. Paola Longoria es campeona de raquetbol.

La mexicana, con 25 años, es toda una celebridad en el deporte. Primero, se animó a practicar una disciplina que –como ya especifiqué– no tiene el empuje de otras, y eso significó no poder realizarlo en cualquier parque o jardín. Fue necesario invertir recursos económicos, algo en que sus padres evidentemente la apoyaron.

Cuando Longoria comenzó a darse a conocer en el raquetbol, las jugadoras más experimentadas le dieron varias lecciones: la derrotaron en múltiples ocasiones; sin embargo, ella fue aprendiendo los secretos de su deporte, nunca quitó de su mente el objetivo que tenía y entonces llegó mayo de 2001.

Llegar a las nubes

En ese mes y año Longoria se volvió imbatible: la mexicana no perdió un solo partido. Fue puesta a prueba en 152 ocasiones y en todas salió avante, impuso récords en la disciplina en las divisiones femenil y varonil. Nadie había logrado quedar invicto en 152 partidos y ganar, además, 37 títulos de forma consecutiva.

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Lo de Longoria era impresionante, al nivel de dominio que tuvo Michael Jordan en el basquetbol de los años noventa o aquel Pelé en el futbol de los cincuenta y sesenta. Longoria era garantía de triunfo y, por si fuera poco, es una muchacha educada, amable, siempre atenta.

Tuve la oportunidad de charlar con ella en alguna ocasión y su mirada nunca se despegó de la mía: te muestra respeto, seguridad y conocimiento, pero a su vez humildad y sencillez.

Los pies en la tierra

Cuando todo estaba listo para que Paola Longoria luciera con su público en los Juegos Centroamericanos de Veracruz 2014 llegó el torneo de Stockton. Longoria perdió ante su eterna rival Rhonda Rajsiic. ¡Rhonda había sido derrotada al menos una treintena de veces por Longoria!

Aquí hay dos lecciones maravillosas del deporte: la primera, Rhonda nunca dejó de competir, una y otra vez fue derrotada por Longoria pero el espíritu de competencia siempre la mantuvo firme hasta derrotar a su rival.

Después de que perdió y quedó truncada su marca, Longoria fue cuestionada y a su vez reconocida. Los medios mexicanos nunca dejaron de lado lo que había ofrecido, pero… un momento, esto no se ha terminado.

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El próximo objetivo

“Sabíamos que podía pasar, cada vez que piso una cancha está latente la posibilidad de ganar o de perder; sin embargo, me acostumbré a ganar, y el que llegara una derrota no lo esperaba, no quería que pasara y ahora que pasó a tomarla como un aprendizaje. De las derrotas también se aprende y se levanta uno con más fuerza para seguir adelante“, dijo Longoria días después.

Lo interesante viene ahora, después de imponer el récord y ser la deportista más dominante, ¿qué podría seguir? La respuesta fue monumental: “La estadounidense Michelle Gould tiene el récord de siete temporadas como número uno del mundo, yo voy por mi sexta, así que esa es la marca que quiero igualar y superar, porque solamente se perdió un partido y como deportista de alto rendimiento tengo que darle la vuelta a la hoja”, dijo Longoria.

Una lección que espero puedas tener muy presente: siempre habrá motivos por los cuales seguir luchando, es decir, nunca pienses que has conquistado la cima.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.