Lo que a ti te acompleja, a él lo enamora

En los últimos años, las cirugías estéticas aumentaron considerablemente alrededor del mundo. Los estándares de belleza femenina marcaron el rumbo y las mamoplastías de aumento y la liposucción obtuvieron los primeros puestos en el ranking.

Hasta hace unas décadas atrás, el prototipo de mujer era otro. Caderas más anchas, curvas más redondeadas y no existía esa obsesión por la delgadez que nos venden los medios hoy. Y aunque haya un movimiento feminista que nos inspira a querernos como somos, aún nos cuesta mucho desarraigar esa cultura que nos empuja a querer ajustarnos a los cánones de belleza que se nos imponen.

¿Te quieres como eres?

A través de los años he aprendido a amar mi cuerpo tal cual es. Sin embargo, es inevitable sentirme fastidiada con aquel pantalón que ya no me entra o con aquella camisa que ya no me sienta como antes. 

Subí unos kilos y mi cuerpo ya no es el de mis 20. Pero cada vez que me miro al espejo no me siento disconforme, pues aprendí a amar este envase. Y entonces me pregunto ¿para quién quiero bajar esos 2 o 3 kilos? No pretendo que este sea un texto más de autosuperación, pero sí quiero compartir algo contigo, que seguramente ya lo sabrás:

A él le encantas así

Con tu rostro sin maquillar, con tu piel blanda y serena, con esa pancita que alojó a tus bebés, con esas pequeñas arruguitas alrededor de tus ojos. A él le enamora verte tan madura, tan llena de vida y experiencias.

Él no ve los 3 kilos que aumentaste el último mes, sino la felicidad de haber compartido juntos las últimas cenas. Tampoco ve que tu cabello está perfecto, le vuelve loco la forma divertida en la que lo atas desprolijo a tu nuca cada vez que te despiertas.

Esa parte que tú pasarías por las manos de un cirujano es la que tu amor desea tener entre las suyas cada noche, mientras te besa tiernamente. Claro que las chicas de la TV son bonitas y atractivas. Pero, ¿acaso tú no te enamoras cada día de él aunque suspires por el galán de la novela?

Los hombres huyen de las mujeres inseguras de su cuerpo

Les agota que estemos todo el día quejándonos de nuestro cuerpo o ajustándonos a rajatabla a una dieta con la que nos ven sufrir. Mantenerse en peso es saludable y debería ser un hábito de vida, pero cuando pasa a ser una obsesión puede acarrear problemas personales y de pareja.

Si estás en plan de verte siempre fantástica “para él”, debes saber que ese no es el camino. En primera medida, debes querer hacerlo para sentirte bien contigo misma, y en segundo lugar, nunca la obsesión por el cuerpo debería ocupar todos nuestros objetivos y metas de vida. 

Cuando comienzas a amarte y aceptarte como eres, irradias luz. Y esa es la luz que enamora. Ponte en forma si te hace sentir bien, come saludable, maquíllate y arregla tu cabello, pero que no se te vaya la vida en ello ni te acomplejes por no “encajar” en las medidas perfectas que nos quieren vender.

¿Cómo superar un complejo?

La mayoría de los complejos que tenemos con nuestro cuerpo se remontan a experiencias pasadas, en nuestra infancia o adolescencia, cuando se nos impone una forma de ser o parecer que no siempre podemos alcanzar.

Los puntos de comparación van cambiando según la época y las culturas, pero cada uno de ellos dictan un estereotipo que nos llevan a sentirnos inferiores a los demás. En el camino tortuoso a superar ese complejo es donde más sufrimos, y si no se supera, puede acompañarnos toda la vida.

Superar un complejo depende en gran medida de la autoaceptación y de un entorno cariñoso que nos ayude en el proceso.  Pero además, para superar un complejo necesitaremos aceptar que no siempre podremos gustar a todos y que el mundo es un amplio abanico de subjetividades.

Vuelve sobre tus pasos y abraza a tu niña interior

Un gran ejercicio por cierto es abrazar a nuestra niña interior, ayudarla a crecer y a salir de la vergüenza y del miedo a mostrarse a los demás. En muchos casos, algunas personas necesitan buscar ayuda psicológica para superar los complejos con su cuerpo, y otras tantas lo superan conforme la vida las va madurando.

Cualquiera sea tu caso, tarde o temprano aprenderás a quererte y a superar aquel complejo que no te deja mostrarte al mundo como quisieras. Si es algo pequeño tal vez lo soluciones simplemente cuidándote un poquito más, saliendo a correr, haciendo ejercicios o colocándote tus cremas de noche. Son caricias que te mereces, pero que debes hacer por placer y jamás por querer “encajar” o agradar a los demás.

Enamórate de ti

Trátate con cuidado. Quiérete y valórate. Que las palabras que te dices a ti misma sean de cariño y que construyan en tu alma un muro fuerte e indoblegable. 

Que cada día que te mires al espejo tu sonrisa irradie tanta luz que no te deje ver aquello que te acompleja y no suma. 

Y que encuentres una amor que te quiera así, como eres. Bella… por dentro y por fuera.