Lo que callamos las mujeres

Las mujeres somos fuertes y vencedoras, pero también vulnerables ante el amor que damos a nuestra familia.

Adriana Acosta Bujan

Las mujeres somos fuertes, valientes, luchadoras e invencibles a pesar de que algunas veces podemos aparentar ser frágiles y débiles, no es así (bueno la mayoría de las veces). Somos madres, hermanas, hijas, esposas, nueras, amigas y trabajadoras; tenemos la capacidad de amar incondicionalmente y de ayudar a todo aquel que lo necesite. Tenemos un corazón enorme y contamos con la bendición de ser dadoras de vida.

Tenemos muchas virtudes y cualidades; en realidad no existen palabras para describir lo afortunadas que somos al ser mujeres en este mundo. Sí, somos grandiosas y muy entregadas en lo que hacemos, entregamos en cuerpo y alma nuestro amor a la familia, ya que es nuestra fortaleza y la que nos motiva para luchar cada día.

Dentro de nuestra fortaleza, también existen cosas que nos hacen ser vulnerables, como el amor. Ese sentimiento tan puro que damos a nuestros seres queridos y que por alguna razón cuidamos como un tesoro. El amor que sentimos nos provoca algunas veces callar cosas y dejarlas ocultas dentro de nuestro corazón para evitar herir a los que amamos.

Un silencio oculto

Muchas mujeres se han convertido en la base fundamental que solidifica y fortalece la unión en sus familias, tanto de los hijos como en su matrimonio. Es por ello que se vuelven superheroínas, como si tuvieran poderes sobrenaturales y mágicos, que las ayuda a resolver todos los problemas y que las hacen ser invencibles y fuertes ante cualquier adversidad.

Es como ponerse un caparazón que las protege y cuida, para poder ayudar a sus seres queridos. Al final de cuentas, las mujeres siempre desearán que las personas que aman sean felices, incluso, algunas veces, sacrifican su propio bienestar con tal de que ellos se encuentren bien. Es por ello que suelen callarse algunas cosas, para garantizar una felicidad que muchas veces no está en sus manos asegurarse.

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Pero, ¿qué callan las mujeres?

1 ¡Un resfriado!

Algunas mujeres suelen callar y ocultar algunas enfermedades que pueden ser pasajeras y no graves; por lo común dejamos pasar cualquier malestar o dolor físico con tal de seguir adelante para no preocupar a nuestros seres queridos. En realidad tenemos un umbral del dolor que es inexplicable; aguantamos todo dolor, a menos que sea algo grave que realmente nos deje sin fuerzas y recostadas en cama.

Cualquier jugo milagroso, receta de la abuela, vitaminas y un buen descanso lo cura todo. Así que no es necesario alertar a nuestra familia, ya que podemos tener el remedio para curarnos.

2 ¡El salario mágico!

Tal vez sea una habilidad que muchos desconocen que tienen algunas mujeres, pero en realidad somos capaces de estirar un salario al máximo con tal de proteger el bienestar familiar. Lo más importante es asegurarse que la familia tenga lo necesario para poder estar bien, como comida, vestido, trasporte, herramientas para estudiar y trabajar entre otras cosas. Callamos cuando existen problemas económicos, incluso hasta sacrificamos algunas cosas para que rinda mejor el dinero. Podemos decir que muchas mujeres son buenas administradoras ya que tienen la responsabilidad de administrar los gastos del hogar.

3 ¡Se me metió algo en el ojo!

Lo común es ocultar y callar los sentimientos de tristeza, desesperación y preocupación ante la familia y seres queridos. Por ser la fortaleza que une y ayuda a la familia debemos aparentar ser fuertes, aunque el mundo se venga abajo. Tal vez, lloramos en silencio, en un lugar tranquilo donde podamos dejar fluir las emociones y sentimientos sin que nadie las vea, pues no deseamos que nuestros seres queridos se preocupen por ellas.

Con eso no me refiero a que no lloremos, sí, lo hacemos, pero evitamos hacerlo por un largo tiempo.

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4 ¡Quiero más!

Suele pasar que algunas veces tenemos mucho antojo de comer algo y podemos acabar con dos platos de comida; sin embargo, cuando no estamos en confianza, reprimimos nuestro deseo de devorar eso que nos gusta. Existen mujeres que cuidan su apariencia física y por tal razón también suelen ocultar sus verdaderas ganas de alimentarse salvajemente.

Sea la razón que sea, y porque la sociedad así lo ha creído, las mujeres no comen tanto como los hombres, así que se deben cuidar las apariencias; incluso en el matrimonio. Recuerdo que una vez mi marido me preguntó sarcásticamente ¿te vas a comer todo eso?

5 ¡Sí, ya voy!

Todas las mujeres que son madres pueden darme la razón; para los hijos la mamá nunca se cansa y debe de estar disponible las 24 horas del día (cuando son pequeños). Por más cansadas que estemos y agotadas, siempre vamos a tratar de hacer todo lo posible por cumplir con nuestras responsabilidades, ya que así es como nos sentiremos bien con nosotras mismas.

Recordemos que para las mujeres lo más importante es el bienestar familiar, así que por alguna razón el cansancio se transforma en energía para cumplir con ese objetivo.

5 ¡Un poco de inflamación!

Ningún hombre en el planeta  tiene idea de lo que las mujeres sentimos cuando tenemos nuestro periodo. Algunas mujeres tienen fuertes cólicos al grado de tirarlas a la cama, sin ganas de hacer nada, otras no tanto; pero lo que sí es una realidad es que no es nada agradable estar al pendiente todo el tiempo. Así que las mujeres callamos nuestro verdadero sentir al tener el periodo menstrual.

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Como dirían muchos hombres, las mujeres somos una caja de sorpresas, aparentamos ser frágiles y delicadas, pero somos fuertes, vencedoras y maravillosas, unas verdaderas guerreras ante la vida y que siempre velarán por el bienestar y la felicidad de sus seres queridos.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.