Lo que tus amigas no te cuentan: efectos secundarios del embarazo

¿Cuáles son algunas de las cosas que le pasan a una mujer embarazada y a su cuerpo que las amigas no te dicen? Con franqueza y honestidad, he aquí algunas verdades.

Wendy Jessen

¡Felicitaciones! Si estás esperando un bebé o pensando en quedar embarazada, es un momento para celebrar. Con esta nueva experiencia, muchas preguntas pueden surgir. ¿Cómo es en realidad? ¿Cuáles son algunas de las cosas que le pasan a una mujer embarazada y a su cuerpo que las amigas no te dicen? Con franqueza y honestidad, he aquí algunas verdades. Los efectos secundarios del embarazo – algunos son de conocimiento común, algunos pueden sorprenderte.

  • “Náuseas” es una broma. Debería llamarse: “enfermedad donde tienes suerte si solo dura todo el día por 12 o 13 semanas”. Bienvenidas a tener algo que te hace sentir peor que la gripe y que dura de 13 a 40 semanas.

  • Tu esposo o pareja estará encantado con tus pechos más grandes, eso hasta que se dé cuenta que no puede tocarlos porque los tienes sensibles.

  • El pequeñín que está creciendo, aunque es más chiquito que tu puño, te absorberá toda tu energía y te dejará con una fatiga extrema.

  • Una puede suponer que habrá algo de aumento de peso, pero no los 20 a 50 kilos que aumentan algunas mujeres. Si por casualidad eres una de esas mujeres que apenas sube de peso y casi ni se ve embarazada, pues tienes mucha suerte. Siéntete libre de comer una hamburguesa y ya que estás, tómate un helado. Mejor aún, si estás embarazada (sin importar tu peso) te mereces un helado.

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  • El embarazo te da un apetito voraz: vas a querer comer por dos (equipos de fútbol, quiero decir). Más adelante en el embarazo, no vas a poder comer tanto a la vez, así que estarás comiendo más a menudo (casi todo el tiempo).

  • ¿Recuerdas esas citas anuales para las pruebas de papanicolaou, esas donde sales sintiéndote violada? Al final de tu embarazo (y especialmente después del parto), el que alguien te ponga la mano en tus partes privadas no te va a parecer tan malo.

  • La pérdida de control de la vejiga te pondrá nerviosa al estornudar, toser, reír, correr, saltar o casi cualquier cosa que pueda ponerle algo de presión a la vejiga, y será así incluso después de que nazca el bebé. Familiarízate con los ejercicios de Kegel y el cruzar de piernas para mantener el control.

  • Las estrías no sólo se pueden producir en tu vientre, sino también en los muslos, las pantorrillas, los brazos y los pechos. Espero que te gusten las rayas de tigre.

  • La gente, incluso extraños, van a tocar, acariciar y hablar con cualquier barriga embarazada. Si una persona te toca sin permiso, tócales su vientre a ellos. Eso les ayudará a darse cuenta de que están invadiendo tu espacio personal.

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  • Amigos, familiares, conocidos y extraños te harán preguntas personales. En la tienda, el gimnasio, la iglesia o en cualquier lugar la gente sentirá la necesidad de hacerte preguntas personales sobre tu embarazo. Fecha de espera, nombre, cuánto tiempo lleva el embarazo, el sexo del bebé y prácticamente cualquier cosa que se les ocurra.

  • Familiares, amigos, conocidos, y desconocidos, todos bien intencionados te van a dar consejos, sin importar si los quieres o no. Toma las buenas ideas y olvídate del resto. Diles: “Gracias, voy a considerarlo” y deja el asunto.

  • Los bebés dan patadas. Y patean duro. Te vas a preguntar si tienes un “futbolista-boxeador-ninja-porrista” creciendo dentro de ti. Desde fuera te ves como que tienes a un alien a punto de salirse de tu vientre, como en la película.

  • Los cambios de humor llegan a toda máquina debido a los cambios hormonales. Estás feliz. Estás triste. Estás llorando durante los comerciales cursis. Cualquier pequeñez o comentario te van a hacer dar un ataque de rabia.

  • Sueños raros a menudo acompañan el embarazo. Considera la posibilidad de documentarlos y escribir un libro al respecto. Podría convertirse en el próximo best seller de ficción y fantasía para chicas adolescentes y mujeres maduras.

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  • La privación del sueño es un pequeño regalo que tu nuevo bebé trae para ayudarte a recordar tu adolescencia o tus días en la universidad en que te quedabas hasta tarde “voluntariamente a propósito”.

  • Puedes recuperar tus abdominales de acero, pero tendrás problemas para verlos bajo tu nueva capa de piel arrugada y floja.

  • Ya sea que elijas amamantar o no, tus pechos producirán leche. Cuando esto suceda, tus pechos se volverán excepcionalmente grandes, y te dolerán. A menudo la leche te empezará a gotear o salpicar inesperadamente. Es como si fueras una fuente, pero no lo eres. Se llama congestión mamaria.

  • ¿Te duele estar de pie, sentarte, caminar, etc.? Esto podría ser resultado de la ciática. Es un dolor en cualquier parte desde tu espina dorsal hasta abajo en las piernas.

  • Debido a la inflamación de los vasos sanguíneos podrías sentirte congestionada todo el tiempo y es probable que ronques como una motosierra. Consíguele a tu pareja un buen par de tapones para los oídos.

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  • Todo lo que tiene que ver con tus regiones inferiores no será normal durante bastante tiempo. Acabas de hacer pasar una sandía por un espacio del tamaño de un limón, ¿Qué esperabas? Cuando por fin puedas usar el baño normalmente, caminar sin dolor y no tengas que andar secándote, ¡celébralo!

Sin duda, hay muchos más “efectos secundarios” del embarazo – la pérdida o crecimiento del cabello, hemorroides, antojos, cambios de humor, entre otros que pueden surgir, u otras mamás puedan añadir a esta lista. Si ya has tenido hijos, entiendes lo que digo y creo que mucho de esto te causa gracia porque ya lo pasaste. Si no es así, no te preocupes, va a ser divertido más adelante, cuando te puedas reír sin mojarte.

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Traducido por Amiel Cocco de “20 side effects of pregnancy: What your girlfriends won’t tell you” por Wendy Jessen.

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