Los hijos indomables, tercos y caprichosos son un DIAMANTE en bruto, según los expertos; te contamos porque tu hijo es oro en polvo

Si eres de esos padres que se desespera con su hijo terco, respira dos veces y ayúdale a tener un futuro brillante. Los hijos indomables, tercos y caprichosos, son una piedra en bruto.

Erika Otero Romero

Yo era de esas personas que cuando veía a un niño porfiado, terco o caprichoso me molestaba, pues jamás creí que ser obstinado fuera una cualidad; pero algo que leí hace poco me hizo cambiar de opinión.

La escritora Lynnette Sheppard, en un artículo exclusivo para el Huffington post, nos cuenta cómo por la terquedad de sus hijos estaba perdiendo la paciencia y a punto de tomar una fuerte acción disciplinaria con uno de ellos, una señora colmada de la sabiduría que solo pueden dar los años le enseñó que el hecho de que sus hijos fueran dueños de un carácter fuerte, antes que ser un castigo, era una gran bendición. Este texto fue el que hizo que mi concepto respecto a los niños tozudos cambiara.

Cuando los peques toman el control

Si analizamos la perspectiva de tener un hijo con un carácter recio y pensamos en cómo puede ser eso una cualidad en lugar de un “defecto”, al principio puede que no tenga ni pies ni cabeza: los chicos tozudos son niños que quieren que se haga su voluntad, se oponen a cualquier situación que vaya en contra de sus deseos y, si es el caso, para hacerse entender bien pueden ponerse a gritar y a hacer pataletas en la mitad de la calle sin importar qué tantos bochornos o corajes le hagan pasar a sus madres y padres. ¿Qué tiene de bueno que los niños tomen el control de la casa? Acá la respuesta:

Pese a lo anterior, los invito a ver el lado positivo de todo el meollo. Si un niño quiere hacer su voluntad es porque eso en lo que se empecina es algo que quiere, por lo tanto, luchará con ahínco por lograrlo; si lo ponemos de esa manera y se le da un vuelco positivo a ese comportamiento, ese deseo de alcanzar algo que se anhela será la fuerza que impulse a una persona a lograr metas altas en la vida; ejemplo, una familia bien instituida, una buena carrera profesional y un empleo o negocio de éxito, y esto solo por nombrar los más comunes deseos humanos.

Dedicación, perseverancia y disciplina

Por supuesto no hablamos de niños que obtienen todo con rabietas y berrinches. Hablamos de esos niños que quieren algo y no cesan de esforzarse hasta lograrlo; niños con perseverancia, y es esa exactamente la diferencia entre las personas que logran lo que se proponen y las que no. Imagina que vas por la calle con tu hijo de cuatro años y de repente (pese a todas las advertencias hechas en casa) tu hijo quiere un dulce y tú le dices que no, que él acaba de tomar el desayuno y que es muy temprano para comer dulces. El pequeño entonces empieza a llorar y se niega a retirarse del mostrador donde vio el caramelo; tú lo jalas un poco, e incluso lo alzas en brazos para poder llevártelo y empieza a revolcarse en tus brazos. ¿Comienzas a desesperarte? ¿Qué haces? O bien lo regañas o para callarlo le compras el dulce, aunque no se lo des en el mismo momento, ¡ajá! Logró su objetivo, no todas las veces resulta, pero qué duda cabe que funciona, ¡funciona!

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¿Cuantas madres en la actualidad y las de antaño, no se han visto en esa posición? Me arriesgaría a decir que incluso tú, que en este momento lees este artículo has pasado por ello. Yo, que no soy madre, pero soy profesional en Psicología no lo había visto alguna vez de esa manera, pero lo he pensado y analizado mucho.

Cómo criar un hijo testarudo

No se trata de que ya que tienes hijos de carácter fuerte no los corrijas solo porque eso sería coartar su naturaleza, se trata más bien de redirigir esa energía en lograr objetivos o metas claras; por ejemplo, sacar buenas notas en la escuela o ser un excelente bailarín o deportista, entre otras metas.

Tener hijos tercos puede ser desesperante y una tarea de 24 horas al día, pero darles ocupaciones extras en casa o extra clase les permitirán canalizar ese tipo de energía, que puede ser incluso hasta agotadora para ellos mismos.

Te invito a que te colmes de paciencia en la crianza de tus hijos “indomables”, que les des las oportunidades de crecer física, emocional y cognitivamente, permitiéndoles tener todos los recursos que puedas ofrecerles para que encuentren un objetivo en sus vidas y se empeñen en alcanzarlo.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.