Los insospechados efectos del contacto físico

Erika Patricia Otero

Necesitamos del contacto físico. Todos necesitamos ser abrazados aunque sea una vez al día. Esto parece algo sencillo; sin embargo, para el mundo en el que vivimos hoy, no lo es.

No es solo por cuestiones de salud; es porque no hay tiempo, o las pantallas hacen de las relaciones humanas algo cada vez más distante e intangible. Pese a esto, la realidad es que las personas necesitamos del contacto físico. Por medio de este expresamos afecto, cercanía e incluso complicidad.

La ciencia, sobre el contacto físico

Un estudio llevado a cabo en el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, explicó que los bebés tienen altas probabilidades de morir por falta de contacto físico.

Además, el doctor David J. Linden, autor de “Tacto: la ciencia de la mano, el corazón y la mente”, expuso que el contacto físico es fundamental para el desarrollo de la inteligencia y de las capacidades cognitivas.

Si bien es cierto que depende de la persona, el lugar y el momento; permitir que otras personas nos tomen de la mano o nos abracen es de suma importancia para nuestra salud.

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A continuación expondré varias razones por las cuales permitir que nos toquen y tocar a los demás es importante.

1 Efectos positivos en la salud

La piel es el órgano de los sentimos más grande que poseemos. Por esto, es importante que sea “alimentado” de la forma adecuada.

La manera correcta de nutrirlo es a través de el contacto físico adecuado. Un abrazo, una caricia, incluso una palmada amistosa son un gran estimulante para la salud.

¿Cómo ocurre lo anterior? te preguntarás. Pues bien, una caricia reduce la segregación de cortisol, que es la hormona del estrés. Al disminuir los niveles de estrés, el sistema inmunológico se fortalece haciendo que enfermemos menos.

2 Mejoran crecientemente las relaciones personales

Al tocar a alguien se da una conexión genuina con esa persona. Esto sucede, porque quien es tocado levemente mientras habla con alguien, percibe al otro como alguien amable y honesto.

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Algo también interesante, es que la persona que gusta de tocar a los demás mientras charla, es percibida como alguien con mucha confianza y cierto poder. Lo interesante de este último, es que esa sensación de poder o superioridad no es considerado algo que impone; por el contrario, es una superioridad que invita a confiar.

3 Facilita la comunicación

Según concluye un estudio del psicólogo Matther Hertenstein, mediante el tacto se transmite con casi un 78% más de eficiencia lo que sentimos.

Concuerdo plenamente con esto. No hay mejor manera de decirle a alguien que le quieres, le aprecias o que cuenta contigo que un abrazo o que te sujeten la mano.

4 Tiene un gran impacto en las relaciones amorosas

Cuando tenemos atracción por alguien, sentimos esa fuerte necesidad de tener contacto físico. Este contacto hace que entre las partes se comience a establecer esa cercanía y complicidad que aumenta la atracción e incrementa la confianza.

Además, las caricias demuestran afecto y les hace más receptivos facilitando así la conformación de una pareja.

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Aparte de esto, tener contacto físico con la persona que se quiere aumenta la producción de oxitocina. Esta sustancia hace que aumente la sensación de felicidad y bienestar. De esta manera, las caricias y el contacto hace que aumente el afecto que la pareja se tiene.

5 Aumenta la influencia que tienes sobre los demás

Persuadir puede ser usado a favor y en contra; por eso, debes tener cuidado de no aprovechar de mala manera esa capacidad.

Influir en los demás es un arte con el cual se puede conseguir que las personas hagan lo que desees con sutileza. No es manipular; se trata más de convencer.

Quien lo creyera, pero tocar de manera adecuada a una persona de la cual deseas conseguir algo, puede hacer que acceda a tus deseos con facilidad. Es por la anterior razón que debes tener cuidado en la manera como usas el contacto físico.

Lo que ocurre es que al ser tocada una persona, muestra más apertura y aceptación de lo que sea que le pidas.

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Un buen contacto físico se aprende desde la infancia

No es secreto de que hay familias donde el abrazar a los hijos o acariciarlos es algo esporádico. Al ser de está manera, los niños crecen en un ambiente “pobre de caricias”.

Es de esa manera que los niños aprenden a ser fríos y a expresar poco sus afectos. No es que no quieran ser tocados, es que no saben cómo hacerlo o permitirlo.

Abrazar, acariciar y tocar es necesario para crear confianza y estrechar lazos afectivos tanto al interior de la familia como con los amigos.

Sin embargo, para aquellas familias que tienen como un buen hábito el acariciar a sus hijos, deben enseñarles cuáles son las maneras apropiadas en las que pueden o no permitir ser tocados por otros, sean o no familia. Es importante que esto se haga para evitar abusos.

En conclusión, una buena caricia o un abrazo puede sanar tanto el cuerpo como el ánimo. Sea que te sientas cómoda o no con un buen abrazo, siempre es un buen momento para aceptarlo y darle una oportunidad al afecto que se trasmite a través de una demostración física de afecto.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.