Los teléfonos celulares nos han invadido, 4 recomendaciones para que no destruyan tu vida

Seguir estas recomendaciones te ayudará a ti a tus adolescentes a dominar el uso del celular y a desarrollar nuevos modales de cortesía y urbanidad.

Emma E. Sánchez

Desde que los teléfonos celulares invadieron nuestra vida cotidiana un sinnúmero de fenómenos sociales han aparecido, provocando todo un cambio en nuestra forma de aprender, de relacionarnos y de comunicarnos.

La generación más joven adoptó la tecnología de manera natural y sin ningún inconveniente y la anterior, en su mayoría, se subió al tren por necesidad, para luego, al igual que los jóvenes, disfrutarla y abusar de ella hasta el grado de correr riesgos de salud, y dar cabida a nuevas problemáticas familiares y sociales.

¿Cómo no perder el control de la tecnología en nuestra vida y retomar las formas sociales y valores que tanto nos hacen falta? Menuda pregunta. Por lo pronto, al respecto considera estos cuatro puntos para tus hijos y para ti y llévenlos a la práctica:

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1. Es para tu comodidad, no para esclavizarte

Uno de los problemas más grandes que nos ha traído el uso de los teléfonos celulares es el abuso en su tiempo de uso. Es común que los adolescentes los utilicen para jugar o chatear hasta la madrugada, pero los adultos no se quedan atrás…

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Si quieres revertir esta situación, recuerda esta máxima: ¡Úsalo, que no te use a ti!

2. No se usa en los siguientes lugares

En la iglesia, durante el sermón, la misa o las oraciones; en los bancos, porque te pueden pedir que te retires y en caso de negarte y seguir utilizando el teléfono, un oficial o vigilante puede detenerte; en el cine una vez que inicia la película, y lo mismo sucede en el teatro; y por último, ¡en el baño! Aunque no lo creas, muchos celulares están repletos de ¡heces fecales! Por cierto, limpia y desinfecta tu teléfono con frecuencia.

3. Si no eres médico, policía o rescatista, apágalo por la noche

Y aún estos profesionales tienen guardias y momentos de descanso. Apagar tu celular antes de irte a dormir te evitará tener la tentación de usarlo o estar escuchando alertas, mensajes y correos a deshoras. Si tu excusa es que surja una emergencia, créeme, hay más formas de comunicarse y ponerse en contacto contigo. Si definitivamente desconectarte no te es posible, domina tu deseo de contestar o leer todo lo que entra a la hora que sea. Tú mandas, reitero, y el celular está para servirte no para usarte.

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4. Las personas son importantes y merecen respeto

No hay nada más incómodo que estar hablando con alguien que no te pone atención porque está revisando su celular. Si estás en una comida o sostienes una conversación no es correcto que te distraigas con el celular. Si debes atender una llamada inevitablemente, discúlpate y atiende la llamada aparte o aún mejor: recházala y comunícate más tarde.

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Una excelente opción: algunas familias están colocando sus teléfonos en una canastita mientras comen para evitar distraerse, de esa manera han vuelto las pláticas en familia y los buenos momentos.

Los niños y los jóvenes aprenden con el ejemplo, y si muestras respeto por ellos, ellos mostrarán respeto por quienes les rodean. Si usas tu celular con prudencia, ellos lo harán también, porque hay que dar primero para luego exigir.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.