Mamá también es mujer

El ser mamá cambia nuestras vidas, y damos todo de nosotras, pero debemos recordar que si no estamos nutriendo a la mujer, como un coche sin gasolina ya no tendremos más que dar.

Denhi Chaney

Existen pocas cosas que pueden impactar nuestra identidad de una forma tan radical como el convertirnos en madres. Es común que en el momento en que nos volvemos mamás nos olvidemos de nuestros otros roles que tenemos tales como el ser mujer, hija, hermana y hasta esposa. Este cambio es de esperarse debido a que nunca antes habíamos sentido ni experimentado un inmienso amor hacia un nuevo ser. De hecho, nunca antes, nada ni nadie había dependido completa y únicamente de nosotras y muchos menos un bebé tan pequeñito y frágil.

Con el paso del tiempo y con las desveladas, nos damos cuenta de que todo lo que hacemos durante el día y la noche es dar de nosotras mismas, la mayoría del tiempo sin esperar nada a cambio. Damos de nuestro tiempo, dedicación, amor, ternura y paciencia pero llega el momento en que como los automóviles, se nos termina la gasolina y dejamos de funcionar. El llegar a tal extremo no quiere decir que debemos terminar en el hospital a causa del cansancio. Este cansancio físico y emocional muchas veces se manifiesta de una manera diferente y nos hace dejar de disfrutar nuestro rol como madres. Cuando llegamos a este punto nos sentimos insatisfechas con lo que estamos haciendo, nos enojamos mucho más rápido con nuestros niños y nuestro relación con nuestra pareja se vuelve estresante. En este momento es cuando podemos darnos cuenta de que se nos ha acabado la gasolina y de que es hora de recordar que no solamente somos madres, sino también mujeres.

En ocasiones cometemos el error de pensar que si pensamos primero en nosotras mismas estamos siendo egoístas. Esto no es verdad, ya que si no estamos bien con nostoras mismas, no tenemos nada que dar a los demás. Cuando nos cuidamos a nosotras mismas le estamos haciendo un favor a nuestra familia, ya que solamente así podemos dar lo mejor de nosotras y desempeñarnos en cada uno de los roles que que tenemos como mujeres.

Aunque cada mamá es distinta y tiene sus propios intereses y necesidades, existen cuatro elementos vitales que no debemos descuidar en nuestra vida. Tal vez nos cueste trabajo implementarlo en nuestra rutina diaria pero se trata de que con el tiempo podamos llegar a alcanzar un balance para poder funcionar a nuestro óptimo potencial. Estos cuatro elementos vitales se los describo a continuación:

1. Dormir

Es importante tratar de fijar una hora razonable para dormir cada noche y así obtener el descanso que nuestro cuerpo necesita. El dormir bien hace toda la diferencia del mundo en nuestra vida, ya que nos ayuda a sentirnos mejor física y emocionalmente.

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2. Comer

Debemos de comer adecuadamente especialmente cuando tenemos niños pequeños. Si no es imposible sentarnos a comer, es importante tratar de tener a la mano frutas, semillitas, barras de granola o comida que sea fácil y rápida de hacer y sobre todo, que sea nutritiva. De esta manera podrás comer fácilmente mientras estás haciendo otra cosa. El saltarse una comida afectará tu nivel de energía, tu estado anímico y qué tan bien descansarás en la noche al dormir.

3. Meditar

Hacer el tiempo para leer un buen libro, pensar, meditar, escribir o simplemente cerrar los ojos y descansar nos ayuda a reenergizarnos durante el día. Puedes pedirle a alguien que cuide a tus niños por un rato o puedes enseñar a tus niños a que a cierta hora del día deben estar en su cuarto descansando tranquilamente y sin hacer mucho ruido. También podrías aprovechar la hora de la siesta de los niños para hacerlo y aunque media hora es lo ideal, cuando estamos teniendo un día difícil, cinco minutos de tranquilidad harán toda la diferencia y te recargarán las pilas.

4. Hacer ejercicio

Al parecer este es un punto débil para la mayoría de las mujeres, pero cuando cuidamos nuestro cuerpo estamos cuidando de nuestro estado emocional y nuestro espíritu. Fíjate una meta que funcione para ti, si por el momento solamente puedes hacer ejercicio una o dos veces por semana está bien, un poco es mejor que nada. ¡Sé creativa! Llévate a los niños a correr contigo, haz ejercicio en casa mientras están en la escuela. Hay muchas formas para empezar pero lo importante es continuar haciendolo.

Por último les reitero que el ser madre conlleva muchas responsabilidades y nos añade un rol más a nuestras vidas pero esto no quiere decir que debemos renunciar a nosotras mismas. El ser mujer es maravilloso, y podemos ser creativas, emprendedoras, y hacer una diferencia en la vida de los demás. Así que toma el tiempo para cuidar a la mujer que todas llevamos dentro, la cual tiene sueños y aspiraciones. De esta manera estarás cuidando a la mamá y esposa que los demás necesitan y si conoces a una mamá que está agotada, no olvides compartirle este artículo para ayudarle a encontrar balance en su vida.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .