Mi esposo, su próstata, el cáncer y yo

Muchos hombres se dan cuenta de que tienen problemas con su próstata, pero solo unos cuantos acuden al médico y salvan sus vidas. Un dato interesante es que un gran porcentaje de los que superan el cáncer fue porque sus esposas los ayudaron.

Emma E. Sánchez

Como la gran mayoría de los cánceres, el de próstata, en su etapa inicial, no presenta ningún síntoma en particular hasta que ya ha avanzado considerablemente. Algunos varones comienzan a darse cuenta de que algo no anda bien, pero lo hacen a un lado para atender otras preocupaciones; luego lo olvidan y dejan pasar las llamadas de advertencia que su cuerpo les manda y para cuando buscan a un médico, en muchas ocasiones ya es demasiado tarde.

Sonia, Alberto y el tercero en discordia

Esta pareja cumplió 32 años de casados. Eran un matrimonio feliz y estable, y quienes estaban a punto de convertirse en abuelos. Hace un par de años, Alberto comenzó a tener dificultades para orinar, experimentaba dolor, ardor y su flujo urinario era lento. Inicialmente pensaron que se trataba de una infección urinaria, Alberto se procuró algunos remedios caseros y luego olvidó el tema.

El cáncer de próstata también puede presentar otros síntomas como estos cuatro

  1. Necesidad continua de ir al baño

  2. Presentar sangre en la orina

  3. Perder el control sobre el flujo urinario

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  4. Dolor en la cintura, cadera o hasta las costillas

Alberto experimentaba dolor y malestar, pero para no preocupar a Sonia no se lo dijo, se hacía el fuerte y seguía con sus labores habituales y su trabajo. Las cosas entre la pareja comenzaron a tornarse un poco tensas, pues Alberto ya no quería salir, se sentía muy cansado con demasiada frecuencia; el momento más agudo llegó cuando las relaciones íntimas desaparecieron entre ellos.

Sonia se había mantenido al margen de la situación confiando en la palabra de su esposo hasta que, en cierta noche, lo confrontó, le planteó la situación. Al principio él negó todo, decía que eran exageraciones, pero los hechos eran contundentes. Alberto se desmoronó junto a su esposa y le confió su temor a estar enfermo y padecer alguna disfunción eréctil.

Sonia y Alberto acudieron al doctor juntos y mediante pruebas de laboratorio y otros estudios, descartaron que se tratara de alguna hiperplasia prostática benigna, cuyos síntomas pueden ser muy parecidos al cáncer prostático; luego, el diagnóstico final: Alberto padecía cáncer de próstata.

A partir de ese día Sonia y Alberto se comprometieron mucho más el uno con el otro, cambiaron su dieta y forma de vida sedentaria a una más activa, Alberto comenzó a bajar de peso, a seguir todos los tratamientos que el médico señalaba y cuando no funcionaron, aceptaron juntos la cirugía que, al final, erradicó la enfermedad y previno una metástasis.

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La vida íntima de esta pareja cambió, como ellos dicen, radicalmente, pues desarrollaron nuevas y mejores formas de demostrar su amor y consideración el uno por el otro. Quienes les conocemos coincidimos en que hoy ambos están en su mejor momento de vida como pareja. Pasar por esta enfermedad le enseñó a Alberto a confiar todavía más en su esposa, a expresar sus sentimientos y a cuidar de sí mismo de una mejor manera. Sonia ha dejado atrás la tristeza y cualquier otra preocupación para dedicarse a ser feliz junto con su esposo e hijos. El desafío fue complejo, pero ellos aprendieron a ser más fuertes que eso.

El cáncer es posible de vencer y cuando se tiene el respaldo y amor de una familia, todo lo bueno puede suceder.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.