Mi hijo tiene pesadillas frecuentemente, ¿qué puedo hacer?

Una pesadilla de vez en cuando es normal, pero cuando son tan frecuentes que alteran la vida de los niños, es vital tomar cartas en el asunto.

Emma E. Sánchez

Cuando alguna de mis hijas tenía pesadillas, por lo regular recuerdo haberles dicho: “Solo es un sueño feo, no pasa nada, regresa a la cama y piensa cosas bonitas”, “Es porque cenaste mucho, ve al baño, haz pipí y regresa a la cama” o “Toma este vaso de agua/leche despacito y vas a soñar bonito”.

Este tipo de frases casi siempre funcionaron bien, solamente recuerdo una ocasión en que la niña despertó llorando por un mal sueño y fue sumamente complicado poder relajarla para que volviera a dormir. La pesadilla la había impresionado tanto, que no quería volver a hacerlo hasta que cayó vencida por el cansancio. Fue una noche muy, muy larga que afortunadamente no pasó a más. Pero, ¿qué sucede cuando el sueño y la vida se alteran con las pesadillas? Para responder a esto, es importante que primero reflexionemos en lo siguiente.

Relee: No llames al exorcista, tu hijo se volverá a dormir solo.

Tener pesadillas es normal y son también parte del desarrollo de un niño

Los sueños y pesadillas cumplen la función de dar explicaciones al mundo del niño, al mismo tiempo que le brinda equilibrio en el manejo de sus afectos. En los sueños todo es posible y en las pesadillas se ponen a prueba las emociones. Las pesadillas se manifiestan con más frecuencia entre los 3 y 5 años, pues después de esa edad el pensamiento mágico y el poder que éste tiene para explicar cualquier cosa, comienza a desaparecer. Es ahora el pensamiento lógico el que se desarrollará y las explicaciones comprobables se vuelven lógicas y comprensibles. Este tipo de pesadillas eventuales y en las cuales los niños pueden conciliar el sueño pronto, no deben preocuparte.

Puedes usar alguna frase como las que mencioné al inicio de este artículo para que tu pequeño regrese a la cama, inclusive acompañarlo, pero te sugiero que seas prudente si lo admites en tu cama, ya que en algunas ocasiones “la pesadilla” se convierte únicamente en el pretexto para dormir con papá y mamá.

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Si las pesadillas comienzan a ser frecuentes y están relacionas con sentimientos de angustia, miedo o ansiedad deben atenderse con prontitud, pues pueden ser producto de una agresión recibida o presenciada durante ese día o algunos previos. Sabiendo esto, podemos trabajar de la siguiente forma y llevando a cabo las siguientes actividades:

Acostumbra una rutina para llevar a los niños a dormir

Esto significa que debes hacer diariamente más o menos lo mismo: realizar la tarea, jugar, bañarse, preparar las cosas del día siguiente, ir a la cama, leer un cuento, platicar, orar, despedirse con un abrazo y un beso, acurrucarlo en la cama y apagar la luz.

Evitar actividades que lo exalten

Nada de juegos rudos o demasiado animosos, incluyendo programas de televisión, música estridente o cuentos de espanto.

Relee: Consejos para que los niños no tengan miedo a la oscuridad.

Incluye actividades de relajación

Una historia inspiradora, orar en familia o soñar con los ojos abiertos, son actividades que sin duda lo ayudarán a sentirse relajado y tranquilo.

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El ambiente de su habitación debe ser acogedor

Piensa en algo agradable, una luz tenue, música ligera, colchas suavecitas con colores agradables y sin grandes estampados.

Cuando las pesadillas se presentan y el niño llora, sigue los siguientes pasos:

  1. No dudes en consolarlo y confortarlo.

  2. Cuando se calme, pídele que te diga qué sucedió en el sueño.

  3. Recuérdale que es un sueño, que lo que vio no existe, que no es real. Si es necesario muéstrale la casa, las personas o las cosas que haya soñado para que se asegure que todo está bien.

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  4. Usa una pequeña lamparita o luz nocturna, esto puede ayudar a calmarlo.

  5. Ayúdalo a que se vuelva a dormir.

Anota en una libretita la fecha y el sueño, esto con el fin de llevar una memoria. Cuando las pesadillas no paran, son recurrentes y ya intentaste todo lo anterior, es tiempo de ir con un especialista y entonces presentarle la memoria que has documentado previamente.

Debes estar atenta a lo que el niño está soñando, pues puede revelarte el origen de la pesadilla: problemas familiares, discusiones entre los padres, cambios, programas o caricaturas demasiado violentas, en fin, hay muchas cosas en su medio ambiente que pueden estar afectándolo. ¡Te deseo mucho éxito y lindos sueños para todos!

Finalmente, te invito a releer: Pesadillas y terrores nocturnos.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.