Mi pareja ¿es mi propiedad?

Si los celos hacia tu pareja llegan a tal punto que sientes que él o ella te pertenece, entonces debes leer éste artículo

Erika Otero Romero

Sara conoció a Julián cuando ambos tenían 19 años, fue amor a primera vista. Se casaron al año de conocerse y todo marchó bien hasta que Sara quedó embarazada de gemelos. Su embarazo fue complicado e hizo que Sara se volviera una mujer muy dependiente de su esposo; pese a eso, el parto no representó ningún riesgo para ella o las criaturas, la vida en el hogar volvió a la normalidad y la casa se colmó de alegría.

Pasados los años, Julián fue escalando posiciones en su trabajo y tenía que asistir a un sin número de reuniones y realizar viajes fuera de la ciudad acompañado de sus compañeros de trabajo; mientras que Sara estaba en casa cuidando de la familia y el hogar. Sara admite que se siente insegura de su esposo ya que ella piensa que es insignificante para Julián, a pesar de que él en reiteradas ocasiones le ha demostrado que su afecto por ella y sus hijos es imperecedero.

La inseguridad de Sara es tal que llama a Julián de manera constante al trabajo, le reclama de forma incesante el porqué de sus silencios o de sus inusuales llegadas tarde a casa (tardanzas de 15 minutos o media hora por el tráfico). Si la secretaria le contesta el teléfono, Sara arma un show de celos increíble y declaró abiertamente en una fiesta con compañeros de trabajo a la él que la había llevado, que cualquier mujer que se atreviera a poner los ojos en SU ESPOSO, la iba a pasar muy mal.

Julián ama a Sara, aprecia la dedicación que ella tiene por él y la familia, pero le está empezando a resultar agobiante la actitud de Sara respecto a las personas con las que habla o a quien mira o incluso en lo que piensa, tanto que para no llegar a divorcio ha pensado en que lo mejor que puede hacer por salvar su familia es buscar un consejero matrimonial.

Mi compañero ¿Es mi propiedad?

Un rotundo NO en respuesta a la anterior pregunta. Si alguien está contigo es porque así lo quiere, es su voluntad compartir su vida contigo o viceversa, en cualquiera de los casos es el amor lo que une a las partes no el deber o la obligación.

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Una de las vías más rápidas para llegar al término de la relación o al divorcio, es considerar que tu pareja es un objeto que te pertenece, y no hay algo que lleve más al hastió que la persecución constante en busca de infidelidades o el intento insaciable por sentirse amado por el compañero de vida.

¿Qué hace que una persona sienta que su compañero sea “algo” de su propiedad?

La falta de autoestima es la generadora de esa falta de seguridad en sí misma(o), que lleva a pensar a la persona afectada en que en cualquier momento podría llegar a ser remplazada por alguien mejor o superior a ella o el casi cualquier aspecto. Es algo difícil de afrontar para la persona receptora de tanta atención, que no importa que haga para hacer sentir al otro seguro de sí mismo y por lo tanto seguro de su pareja.

Soluciones

En el caso de lidiar con un compañero controlador e inseguro, lo recomendable es una terapia psicológica que le ayude a cimentar un nuevo concepto de sí mismo, a la vez que una terapia de pareja que les ayude a superar los problemas provocados por esa situación.

Y en el caso de los hijos, lo primero y principal es enseñar amor propio desde el mismo hogar. Los padres son los primeros maestros que un ser humano tiene, por lo tanto de ellos se aprende lo bueno, lo malo y lo feo de la vida.

¿Cómo?

Haciendo que el hijo se sienta seguro consigo mismo, con lo que hace, por la forma en como luce. Incentivándolo para que sea mejor y siempre de lo mejor de sí mismo. Haciéndole sentir que es capaz de todas las metas que se proponga y estimulándolo para que sea bueno en lo que hace. Una buena autoestima es la base para ser exitoso en todas las áreas de la vida de una persona.

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Lo que debemos retener es que los celos incontrolables no siempre son fomentados, que las personas que sufren de celos tienen que trabajar en su propia autoestima y que el ser acusado de infidelidad sin razón puede destruir el matrimonio. No esperes a que sea muy tarde para mejorar tu relación. Busca ayuda y ámate a ti mismo. Todos estamos llenos de cualidades, no dejes que estas caigan en la sombra de celos malsanos y posesivos.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.