Mi secreto: cómo dividirse entre los hijos

¿Cómo divides tu tiempo entre tus hijos? Tú, como padre, quieres dar a tus hijos lo mejor y pasar tiempo con cada uno de ellos, pero ¿cómo lograrlo? Mira este artículo.

Edith Kingore

Con la llegada de tu primer hijo toda tu atención se centra en él. Pero no solo la tuya, también la de tu pareja. Y, de ser afortunada, los abuelos y los tíos del niño también estarán al pendiente, dando de su tiempo. Mas la historia comienza a cambiar con la llegada del segundo, tercero y demás hijos. Con seguridad te preguntarás, “¿Cómo divido mi tiempo entre todos ellos?”. Lo bueno es saber que cada uno requiere diferentes tipos de atención y cantidades de tiempo, y no necesitan que lo dividas con exactitud para sentirse amados por igual.

1. Cada hijo es único, con diferencias individuales

Por esa razón, cada uo tiene necesidades específicas propias. Entonces, la clave es reconocer que cada hijo es distinto. Al dar a cada uno lo que necesita, en vez de enfocarte en dividir tu tiempo a partes iguales, extirparás ese sentimiento de culpa por no poder atender a todos en tiempos iguales.

2. Reconocer las necesidades individuales

¿Cómo aprender a reconocer las necesidades individuales de tus hijos? Al tomarte un tiempo a solas con cada hijo aprenderás sobre ellos, ya que cambian constantemente, maduran, aprenden, tienen nuevos desafíos, etcétera. Aunque no todos necesitarán la misma cantidad de tiempo para esto, el simple hecho de que estés enfocado, sin distracciones, con ese hijo en particular, te ayudará a conocerlo mejor e identificar sus necesidades. Por ejemplo, con mis hijas sé que tengo que actuar diferente cuando les pido una asignación. A una solo necesito decirle o pedirle algo que tiene que hacer y confiar plenamente que lo hará sin ningún problema; en cambio, con otra, es preciso darle instrucciones específicas cada vez que tiene que hacer algo, estar con ella un poco de tiempo haciéndolo juntas y revisar cómo quedó la tarea asignada.

3. Es importante que cada niño sepa reconocer que cada uno es distinto del otro, y especial en su propia manera

Cuando tus hijos aprenden que son únicos no necesitan ser tratados de manera idéntica para saberse felices. Vuelvo con mis hijas: la que solo requirió un par de palabras no se sentirá ofendida, o de menos valor, al compararse con su hermana, a quien por media hora le ayudo a cumplir con la tarea asignada.

4. Empatía

Al enseñar a tus hijos a reconocer que cada uno es diferente y con distintas necesidades, ellos aprenderán empatía; esto es, tendrán la capacidad de ponerse en el lugar del otro y de saber lo que siente; lo que los va a ayudar a sentirse que no están en una competencia y a no sentir celos de sus hermanos, o a actuar de una manera especial para llamar tu atención.

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5. Amor

Por último, quiero agregar que aunque las cantidades de tiempo varían con cada uno de los hijos, la cantidad de amor debe ser igual para todos: la manera de demostrarlo puede ser diferente, pero la cantidad no debe diferir. Otro ejemplo con mis hijas: una de ellas requiere que la abracen de forma constante, lo que implica bastante tiempo varias veces al día; sin embargo, las otras no lo necesitan tanto, incluso una de ellas se escapa si quiero abrazarla. De modo que busco otras maneras de demostrarles mi amor y mi interés sincero, como sentarme a su lado y disfrutar juntas cuando alguna, por ejemplo, quiere leerme la tira cómica que encontró; y ese amor y cariño por ellas es el mismo.

El dividir tu tiempo parecería no tan sencillo, ya que no quieres caer en favoritismos, pero tomando en cuenta todos estos puntos y enseñando a tus hijos a que aprendan la empatía, ellos se darán cuenta de las necesidades de los demás, lo que permitirá que se ayuden entre ellos. Esto, además, te va a ayudar a ti a obtener más tiempo para todos y a sentirte una madre y un padre satisfecho de dar a cada hijo la atención y amor que necesitan y ellos, a su vez, se sentirán tranquilos porque sus necesidades se ven satisfechas.

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Edith Kingore

Edith Kingore es originaria de Argentina. Estudió Psicología en México. Se ha dedicado muchos años a la educación y trabajos con infantes y niños de edad preescolar. Actualmente reside en Estados Unidos con su esposo y tres hijas.