Mi sobrino me ha enseñado a volver a ser niña de nuevo

Disfruta de tus sobrinos, son un maravilloso milagro de la vida.

Erika Patricia Otero

El 11 de Diciembre de 2006 mi hermana me dio el mejor regalo que podía darme: mi sobrino.

Después de dar a luz, mi hermana quedo muy delicada de salud; por causa de esto, yo me hice cargo de cuidar a mi sobrinito en cada oportunidad que tuviera.

Recuerdo que lo bañaba, lo arrullaba para que se durmiera, también lo sacaba a pasear y le daba baños de sol según lo recomendado por el pediatra; así fue hasta que mi hermana se mejoró y ella pudo asumir por completo sus responsabilidades maternas.

Desde que mi sobrino nació, debo reconocer que la vida me cambio por completo. Si, él no es mi hijo, pero es como si lo fuera porque he crecido con él, lo he cuidado, alimentado y jugado con él tal y como mi hermana lo ha hecho; y debo admitir que disfruto ser tía porque no tengo que hacer la parte “fea” de la crianza.

¿Por qué es bonito ser tía?

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En mi caso particular adoro ayudar a mi hermana con la crianza de mi sobrino. Seria una mentirosa si dijera que me libro de impartirle reglas; pero la verdad es que al vivir en la misma casa con ellos, debo esforzarme por apoyar a mi hermana en ese aspecto.

Sin embargo, yo no tomo partido en lo que se refiera a castigos por sus travesuras; si, de vez en cuando lo regaño y le digo que debe obedecer a su mamá, como para reafirmar la autoridad de ella y que no sienta que puede hacer lo que quiera.

Otra cosa que me gusta hacer por mi niño, como de cariño le digo, es llevarlo a pasear. Casi siempre que salgo con él le compro un helado y tonteamos por ahí viendo juguetes. Con él a mi lado, retrocedo a los 11 años y no hay nada más agradable que la sensación que puedo ser yo misma sin miedo a ser juzgada.

Otra cosa que me gusta hacer es jugar vídeo juegos con él. Mi hermana tiene menos tolerancia a eso, pero yo le doy la talla y me he dado la libertad de comprarle una que otra consola para que se divierta.

Algo que me colma de ternura es su manera de llamarme cuando me necesita; me dice “picachu”. ¿De donde salió con ese apodo?, en una ocasión, mi hermana me llamó así para que mis perros no se agitaran al escuchar mi nombre; en serio adoro que me llame así,

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En resumen, mientras mi hermana carga en su espalda la responsabilidad de hacer las más duras funciones de la crianza; a mi por ser la tía me toca lo más divertido, y eso ciertamente es fantástico.

Las responsabilidades de ser tía

Obviamente no todo es “miel sobre hojuelas”. Yo ayudo económicamente a mi hermana con la manutención de mi sobrino. Esta es algo costosa ya que él requiere tratamientos médicos, exámenes y terapias constantes y alimentación especial debido a que tiene el síndrome de Asperger.

Tenerlo a él en mi vida ha sido una bendición porque, pese a su condición, él me ha regalado la capacidad de ver el mundo a través de sus ojos; con una visión más humana, noble, y menos rígida; más inocente y con mucha más humildad y fortaleza que antes de tenerlo en mi existencia.

Si tienes la fortuna de ser tía o lo serás pronto, espero que disfrutes tanto de tus sobrinos como yo lo hago. Aprende de ellos todo lo que puedas y disfruta de tenerlo en tu vida; es un regalo invaluable que te da la vida.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.