No todas las mujeres nacen para ser madres y es una elección digna de respeto

La maternidad es una opción y no necesariamente es la única manera en la que se es una mujer plena y feliz.

Erika Patricia Otero

La mayoría de las mujeres nacemos con el don natural de dar vida a otros seres humanos; lógicamente, esto no lo logramos solas, pero sí gran parte del trabajo nos es delegado a nosotras.

El embarazo y el parto son labores titánicas y la crianza no se queda atrás. Estas labores fueron asignadas a las mujeres desde años inmemoriales; sin embargo, este rol poco a poco ha ido cambiando en muchas culturas.

Hoy es más común que muchas mujeres se “revelen” ante este rol asignado tácitamente por la sociedad. Muchas mujeres son las que hoy se sienten más libres de decidir no tener hijos.

Mujeres NoMo

Palabras más o menos, las mujeres NoMo son aquellas que decidieron no tener hijos.

NoMo viene del término en ingles No Mother. Ellas reivindican su derecho a elegir no ser madres porque simplemente no quieren serlo. Estas mujeres no sienten el llamado de la maternidad que muchas alegan sentir; tampoco se sienten incompletas ni están insatisfechas.

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Lo interesante de esto es que ellas saben que no desean ser madres. Reconocen este sentir desde que adquieren consciencia de su capacidad para poder criar un bebé en su cuerpo. No es que odien a los niños o la idea de la maternidad, para nada. Respetan la decisión de otras mujeres a ser madres; y a la vez desean que se les respete su deseo de no serlo.

Orígenes del movimiento

El término NoMo se hizo popular debido a la suma de una gran cantidad de mujeres que se esfuerzan para que la sociedad vea la maternidad como una opción, no como una obligación.

Siempre han existido mujeres que no desean ser madres. La diferencia era que por presión social callaban su deseo de no tener hijos. Debido a esto accedían a ir en contra de su deseo y ser madres por obligación.

Hoy día es más fácil expresar los deseos de no ser madres. Esto no resta la presión de la sociedad que cree que al ser un don, es una obligación ser madre. Pese a esto, el que cada día sean muchas más las mujeres que alzan la voz, hace que se sientan apoyadas y exijan con valentía sus derechos.

El movimiento se hizo popular gracias a asociaciones que actuaron como garantes de la libertad y del derecho de la mujer a no ser madre.

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Una de estas asociaciones mas representativa es Gateway Woman. Esta a través de un blog, comunidad virtual, libros, reuniones, invitan a que la mujer sea separada de la maternidad; es decir, al hecho de que por ser mujer deba ser madre.

Jody Day (fundadora), escribió el libro Living the life unexpected. En este expresa reflexiones sobre la no maternidad. Incluyen vivencias personales de cuando se dio cuenta que lo que le habían enseñado de la vida y para el tipo de existencia que estaba preparada desde niña, no existía.

Es gracias a estos movimientos se da visibilidad al derecho de la mujer a decidir libremente a no ser madre.

La sociedad y la maternidad

La sociedad no desliga a la mujer de la maternidad. Es como si uno fuera sinónimo del otro, cuando la realidad es distinta.

Partamos del hecho que la maternidad en muchos casos es forzada, no deseada; incluso un medio para ganarse la vida (maternidad subrogada).

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Ahora bien, como mujeres tenemos la capacidad de criar una vida, pero eso no lo logramos solas. Debido a esto, muchas veces se ejerce presión sobre nosotras bajo argumentos como:

-Los hijos dan sentido a la vida.

-Es la naturaleza de la mujer tener hijos.

-Eres egoísta al no querer ser madre.

-¿No has sentido el “llamado” de tu reloj biológico?

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-Vas a esperar hasta que sea demasiado tarde para tener hijos.

-¿Quién va a cuidar de ti cuando seas vieja?

Ninguno de los anteriores argumentos son ciertos

No, no solo los hijos dan sentido a la vida de una mujer. Podemos tener la capacidad de dar vida, pero no es lo único para lo que una mujer nace. No, no se es egoísta al no querer ser madre. Se es más egoísta al traer un hijo al mundo al que no podrás darle lo que merece y necesita.

Algunas mujeres no sienten “el llamado de la maternidad” y para ellas eso no representa un problema. La maternidad es una decisión.

Los hijos no tienen la obligación de cuidar a ningún anciano. Es nuestro deber dejar un patrimonio que nos beneficie a nosotros mismos para no ser una responsabilidad de nadie. Pensar que es deber de los hijos cuidarnos en la vejez es egoísta.

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La presión social y la mujer

En todos los anteriores conceptos se nota la inmensa presión social y familiar que viene de todas partes. Yo tuve que enfrentarme a esto hace un tiempo.

No soy madre, no porque no hubiera querido serlo nunca. No soy madre aún porque pienso que un hijo merece todo lo mejor que puedas darle, tanto económica como emocionalmente. Yo tenía que hacer un largo y tortuoso camino de sanación mental y emocional. Nunca he tenido la solvencia económica que me dé la libertad de decir: “es el momento de ser madre”. Quiero que un hijo mío tenga las cosas que no tuve, y no me refiero a cosas materiales. Por eso elegí no ser madre.

Hubo críticas de parte de un sector de mi familia, que argumentaban que un hijo me “motivaría” a salir adelante. No pienso igual, e hice sentir mi posición. Lidio con muchas dificultades emocionales y muchos traumas de infancia. No quiero que un hijo mío cargue con ese peso; sé lo que se siente ser criado bajo esa carga y no es agradable.

Ten en cuenta lo siguiente…

Al igual que yo, muchas mujeres pasan por lo mismo a diario y es agobiante.

No es tener hijos por callar las bocas de quienes desde afuera no son capaces de ver tu realidad. Es tener hijos porque quieres, no porque eres obligada. Ni tu pareja, suegros, padres o amigos tienen porque opinar en un tema que es solo tu incumbencia.

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Desde luego, bajo ese concepto de libertad, debes tener en cuenta conseguir una pareja que coincida con tus deseos. Tampoco es casarse con alguien que si desea tener hijos a la espera que cambie de opinión con el tiempo. Esto es un tema que se debe hablar antes de que la relación se vuelva seria. No se puede jugar con los deseos de alguien más así como no debes permitir que otros intervengan en tus elecciones.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.