Nuestro deber es el cuidado de otros

"Saber cuidar se constituye en el aprendizaje fundamental dentro de los desafíos de supervivencia de la especie humana porque el cuidado no es una opción; los seres humanos aprendemos a cuidar o pereceremos." L. Boff

Emma E. Sánchez

Con la escritura de este artículo cierro un capítulo maravilloso de mi vida. Estoy por cumplir 50 años y me encuentro en una etapa muy productiva y feliz de mi vida pero también una de profunda reflexión.

He terminado de criar a mis 3 hijas, las protagonistas de muchos de mis artículos pero sobre todo, mis guías y maestras en mi formación como madre y muero de emoción en pensar que seré pronto abuela y que vendrán nuevos maestros a mi vida para doctorarme en la vida familiar.

Mi esposo y yo ahora tenemos tiempo y algo de dinero extra para salir, comer juntos y disponemos de más tiempo solo para nosotros y nuestros proyectos personales.

Durante estos últimos años tras escribir y platicar con muchas madres, convivir diariamente con cientos de niños y sus docentes, pienso en el futuro y en todo el trabajo y cambios que debemos hacer los adultos para que estos pequeños puedan crecer seguros, sanos y llegar a ser adultos íntegros y felices.

3 ¿Qué podemos hacer? ¿Cuál es la clave?

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Te voy a hacer una propuesta, nada nuevo al contrario, algo tan viejo que hemos olvidado y que desde mi perspectiva, y la de muchos otros, podemos hacer un gran cambio a favor de nuestra sociedad, nuestro mundo y sobre todo, a favor de nuestros niños.

Nuestro deber es vivir y fomentar el cuidado

Si, así de sencillo.

Leonardo Boff dijo: “Cuando amamos cuidamos y cuando cuidamos amamos. El cuidado asume la doble función de prevención de daños futuros y la regeneración de daños pasados”

El cuidado se entiende en muchas formas y dimensiones:

Cuidar de sí mismo

Si partimos de la idea que el cuidado el inicio y el producto del amor, estaríamos hablando de primeramente de amar sinceramente a nuestros hijos cuidándolos y enseñándoles a amarse a sí mismo cuidándose. Los problemas de autoestima, abandono y rechazo infantil podrían resolverse y evitarse de raíz. Los niños débiles serían los menos y más aquellos que se ocupan de cuidar de otros. El acoso escolar igualmente bajaría sus índices y muchas cosas mejorarían drásticamente.

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Cuidar de los cercanos, los lejanos, los extraños

Vivimos en un mundo tan violento como nunca antes en la historia de la humanidad y el cuidado de unos por otros resolvería una gran cantidad de males y daños. Debemos enseñar a nuestros hijos por medio de nuestro ejemplo a cuidar de otros, de nuestros familiares, vecino y de los más vulnerables.

El cuido de los extraños ayudaría mucho a resolver el terrible problema de migración humana que estamos viendo en todo el mundo. Valores tan olvidados como la hospitalidad y la generosidad son urgentes de traerlos y vivirlos en el presente para solventar y dar cobijo a tantos necesitados.

El planeta

Nuestro planeta requiere urgentemente de nuestro cuidado. Me mociona tanto cuando enseñamos a los niños sobre la contaminación y el daño al medio ambiente y ver que ellos creen sinceramente y dejan de usar popotes o separan las basuras pero en tres minutos un adulto desconsiderado, puede romper su corazón y destrozar la pequeña semilla sembrada.

Los niños en verdad pueden cuidar del planeta mejor que nosotros, solo debemos enseñarles y después permitirles transformar su entorno.

El cuidado del espíritu

Otro aspecto olvidado y venido a menos, podría escribir sobre todas las implicaciones positivas de tener y desarrollar una vida espiritual. Este punto no es cosa de ignorantes, fanáticos o gente supersticiosa, por el contrario, se trata de gente que puede tener equilibrio y reconocer la felicidad en su vida con mucha más facilidad y frecuencia.

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Del intelecto

Imagina qué sería de cada uno de nosotros si cuidáramos conscientemente de nuestro intelecto y de nuestra mente. Estudiaríamos y aprenderíamos por gusto , evitaríamos las drogas y aquellas conductas que destruyen nuestro cerebro, estaríamos al pendiente de nuestra dieta y de todo aquello que llega a nuestra mente.

Del alimento

Tantas enfermedades y problemas podríamos atacar con tan solo cuidarnos y cuidar de otros al cuidar el mundo y lo que produce, cuidar nuestro alimento y los recursos que nos lo dan cambiaría mucho la forma de ver nuestra amanera de alimentación. Los niños aprenderían a producir sus alimentos y en cascada aparecerían tantos buenos cambios.

El lenguaje

¿Qué imaginas cuando decimos cuidar nuestro lenguaje? No solo se trata de hablar con propiedad o expresarnos de manera culta, es más que eso, se trata inclusive de trascender por medio de lo que decimos y de lo que escribimos de nosotros para el beneficio de otros. Nuestra experiencia regalada a los demás para que no cometan nuestros errores y puedan alcanzar la felicidad.

Tal vez se trata de “sueños guajiros” como decimos en México, de sueños que no se lograrán pero ¿sabes? Me estoy esforzando para que mis alumnos, mis profesores y las familias que tengo bajo mi responsabilidad puedan sentir y saberse que cuidamos de ellos.

Deseo para ti mi querida lectora una vida llena de cuidados amorosos y confío en que tú también cuidarás de otros de manera excelente.

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Recuerda: Los fuertes cuidan de sí mismos y los más fuertes, cuidan de otros.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.