Nunca estás sola en las tribulaciones de la vida

Eres una hija especial de Dios, Él te ama y siempre está velando por ti. Su amor siempre está al alcance de tu mano, no importan las decisiones que hayas tomado en tu vida. Nunca estás sola, Él te acompaña.

Miriam Aguirre

Todas tenemos que enfrentar la adversidad en esta vida, sin importar cuál sea nuestra situación, o el rol familiar que tengamos que representar: seas esposa, madre soltera, abuela, hija o hermana: cada papel tiene sus propias pruebas, las cuales muchas veces son mayores de lo creemos poder soportar. A pesar de esto, hay algo que debes saber y tener siempre presente en tu mente: eres una hija especial de Dios, Él te ama y siempre está velando por ti. Su amor siempre está al alcance de tu mano, sin importar las decisiones que hayas tomado en tu vida: tu nivel económico, o tu apariencia; si estás triste, feliz o desanimada. Nunca estás sola. Él te acompaña.

Tal vez estés pasando por un momento muy difícil y a pesar de que hayas hecho todo lo posible por resolverlo o encontrar una solución, pareces no encontrar descanso. Este es un momento perfecto para recordar orar y para buscar el consuelo, la luz y la paz que solo un Salvador amoroso puede proporcionar. Como Él ha dicho: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo.” (Juan 14:27).

Estas son algunas de las maneras en las podemos sentir la presencia de Dios al tratar de seguir adelante, a fin de vencer las dificultades de nuestra vida:

Apóyate en tu familia

Tu familia son los seres más cercanos que tienes. Ellos te quieren y se preocupan por ti. A veces damos por sentado ese hecho y lo obviamos. Pide su consejo y encuentra consuelo en su compañía y la ayuda que puedan brindarte. Piensa en cada miembro de tu familia como una bendición especial que Dios puso en tu vida. Y cuando tu madre o tu hermana te den un abrazo sincero, recuerda que Dios también te está abrazando.

Ora siempre

El orar frecuentemente nos acerca más a Dios. Nos impulsa a reconocer su omnipotencia, a ser más agradecidos y también nos hace meditar y reflexionar sobre nuestras acciones. Si la oración es nuestra manera de comunicarnos directamente con Nuestro Padre Celestial, ¿Por qué no consultarlo en todas nuestras decisiones importantes?

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Lee las escrituras

El leer las palabras inspiradas de profetas nos puede guiar en momentos de necesidad. También nos dan consuelo, nos edifican y nos hacen sentir el Espíritu Santo. Cuando las leas en tu hogar, aplica cada consejo y cada promesa en tu vida, ya que en verdad están dirigidos para ti.

Persevera

Sigue adelante, sigue intentando. Busca todas las alternativas posibles para resolver tu problema. No te desanimes y haz tu máximo esfuerzo. Como dice en Josué 1:9: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.”

Confía

Ten fe. Dios está presente en cada momento de tu vida. Está en ti aceptar ese hecho y en reconocer su presencia o ignorarla. Confía en Dios, sí, pero también confía en ti, en la vida, en el futuro. Ese tipo de confianza le llamamos esperanza, y es lo que hace que tengamos fe en que el futuro va a ser mejor.

No tengas miedo

Tu padre en los cielos conoce tus pensamientos, sabe por todo lo que estás pasando. Sé valiente. “Jehová es mi fortaleza y mi escudo en él confía mi corazón, y me ayuda, por lo que se regocija mi corazón, y con mi cántico le alabaré”. Salmos 28:7

Acepta la voluntad de Dios

Tener fe también significa confiar en los tiempos y en la voluntad de Dios. Nuestro Padre Celestial es un Dios justo, no dejará pasar ningún sacrificio o dolor que hayas padecido en vano.

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Veamos las pruebas de nuestras vidas como un escalón más que, al conquistarlo, nos hará mejores personas. Dios no nos da pruebas para ver si podemos sobrellevarlas, nos las da sabiendo que somos capaces de superarlas y seguir adelante a pesar de ellas, para aprender de ellas y para que, a través de ellas, crezcamos. Además de esto no nos deja solos a enfrentarlas: nos ha proporcionado una familia, y herramientas claves para comunicarnos con él y edificarnos, como lo son la oración, las escrituras, fortaleza interna, así como la fe en que, con Él de nuestro lado, todo es posible.

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Miriam Aguirre

Miriam Aguirre nació en México D.F. y actualmente vive en Argentina. Tiene un título en Educación Infantil. En su tiempo libre disfruta de leer novelas románticas, caminatas con su esposo y jugar con sus dos hermosas hijas.