Ocho enseñanzas que da el deporte a niños y jóvenes

Practicar un deporte es igual de importante que tener educación. La disciplina deportiva creará en los niños una serie de hábitos que los ayudarán a convertirse en adultos responsables. Pero ¿cuál disciplina es la mejor opción para los niños?

Arturo Leonardo

Practicar un deporte es igual de importante que tener educación. La disciplina deportiva creará en los niños una serie de hábitos que los ayudarán a convertirse en adultos responsables. Pero, ¿cuál disciplina es la mejor opción para los niños? No existe una respuesta definitiva, ya que ello dependerá del entorno en el que se estén desarrollando los pequeños, el tipo de familia, el ingreso mensual de la misma, los gustos (casi siempre) del papá e incluso de la alimentación que reciban.

“El deporte, la diversión y los juegos constituyen una forma amena de aprender valores y lecciones que duran toda la vida. Promueven la amistad y el juego limpio, nos enseñan a trabajar en equipo y nos aportan disciplina, respeto y las habilidades necesarias que harán de los niños y niñas unos adultos comprometidos. Además, contribuyen a preparar a los jóvenes para hacer frente a los retos futuros y a adoptar posiciones de liderazgo en el seno de sus comunidades”, publica la UNICEF en el texto ¿Por qué los deportes y los juegos?, en el que reconoce además que el deporte es un derecho del menor.

“Los Estados reconocerán el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”, se puede leer en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño.

En algún momento cuando cursaba mis estudios universitarios, un profesor citó un ejemplo en torno a que no es lo mismo un ser humano que convive con sus semejantes desde sus primeros años de vida, respecto al que permanece encerrado, y muchos de ustedes lo pueden comprobar en el parque, ¿cómo juegan sus hijos? A veces los papás no queremos que a nuestros niños los toque ni el aire, pero pocas veces nos detenemos a pensar en las situaciones que forjaron nuestro carácter, y el deporte resulta un gran apoyo.

¿Patear pelotas? ¿Taclear rivales? Dar patadas o ser un pequeño Tritón son algunas de las actividades físicas que sus niños pueden practicar; ojo, también son válidas para los jóvenes y, en una de ésas, para los que ya cuentan tres decenas de años o más. Los deportes de conjunto, o en equipo, tienen en común una serie de enseñanzas que se desarrollan según las características propias del deporte: futbol, futbol americano, basquetbol, béisbol, voleibol, etcétera.

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¿Qué nos enseñan?

  • A tener un objetivo. El gol, el touchdown, el home run, los puntos. El gol, en sentido figurado, puede ser inscribirse en un curso, culminar la escuela, portarse bien con mamá; el gol es el lugar al que un ser humano exitoso aspira, un lugar que con seguridad se visualiza de manera complicada, pero al llegar ahí la satisfacción es única. “Un gol es un poema, porque es tan inesperado como imposible, al igual que un buen poema imposible de explicarse”, menciona el poeta Antonio Deltoro.
  • A seguir reglas. Los juegos tienen indicaciones, y la escuela, el trabajo y las relaciones personales también.
  • A trabajar en equipo. Tanto en el futbol como en la vida no puedes vencer los diversos problemas que se presenten en solitario, requieres el apoyo de tus compañeros, de papá, de mamá, de un hermano, de aquellas personas que están para cuidarte la espalda en forma de defensas, portero o línea ofensiva.
  • A tener responsabilidades y ser humilde. El jugador debe saberse talentoso y usar ese talento para el bien del equipo; mientras más hábil seas, más responsabilidad cargarás, pero al final el triunfo es de todos. Humildad.
  • A desarrollar la individualidad. ¿De qué juegas?, será la pregunta de rigor en la práctica o en el partido callejero. Hay que decidir. ¿Para qué soy bueno realmente?, es una de las preguntas que el futbolista debe saber responder; elegir el número es otro ritual, es la identificación que llevará de por vida, y que puede ser un homenaje a alguien o el recuerdo de un buen momento.
  • A no rendirse. Hay una máxima en el deporte que dice: “Hasta el último minuto tiene 60 segundos”. No hay que darse por vencido jamás.
  • A respetar al rival. No hay mejor vencedor que un buen perdedor. El deporte y la vida son una montaña rusa, a veces estarás arriba y otras tantas abajo, por tanto hay que celebrar la victoria con mesura, reconocer al oponente en la derrota. En el futbol americano, por ejemplo, existen reglas que no permiten golpes innecesarios. ¿Conoce usted a alguien fanfarrón, o que presume de lo que tiene?, quizá le faltó conocer la otra cara de la moneda.
  • A desarrollar mentalidad y carácter. Vince Lombardi, uno de los entrenadores históricos del deporte, es conocido por frases tales como: “Nunca he perdido un juego, solo no tuve la cantidad de tiempo necesario para lograr la victoria”, “Los líderes no nacen, se hacen. Y se hacen como cualquier otra cosa, con trabajo duro”, “La diferencia entre una persona exitosa y los demás no es la falta de fuerza, ni de conocimientos, sino más bien de voluntad”.

Un día tiene 24 horas, el tiempo que se le invierta al deporte será un tiempo que se le quite a cualquier manifestación de maldad, que va en detrimento de la persona y su dignidad.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.