Otra mamá que no entregó un buen ejemplo a su hijo

En Argentina, una madre utilizó la violencia para tratar de burlar una regla que solo buscaba proteger a su hija adolescente.

Arturo Leonardo

Madre, padre, éstas entregas mías no persiguen el objetivo de hacerte enojar. O bueno, sí. Pero la cuestión es que analices si las actitudes y ejemplos que aplicas con tus hijos verdaderamente se pueden traducir en crear seres humanos de bien.

Y bueno, no me quiero meter en demasiados problemas, o como decimos por acá en México, “en camisa de once varas”. Yo entiendo —y eso que llevo muy poco de esto de ser papá— que los errores siempre estarán presentes, más aún cuando se trata de enseñar buenas lecciones con malos ejemplos. Pero cuando la lección para el menor es francamente con la intención de violar alguna regla, o peor aún, de incurrir en actos vandálicos, entonces estamos todos locos si no aceptamos un jalón de orejas.

Y no estoy hablando por hablar. En una entrega pasada te platiqué de la historia donde, sin el menor descaro o vergüenza, una madre le enseñó a su hija a robar. Si no recuerdas, o no sabes de qué te estoy hablando puedes revisar el siguiente texto: El pésimo ejemplo que esta madre le dio a su hija.

El mal ejemplo de una madre

Ahora bien, como si se tratara de una horrenda segunda parte o de una racha negativa que parece volverse una moda, otra madre con acciones nefastas volvió a atacar ¡y de qué forma!

Resulta que en Argentina, una trabajadora de un cine estaba realizando tranquilamente sus labores. Ahí se estaba exhibiendo el filme La Horca (algo así como una “Bruja de Blair”, o sea, un documental-no documental de terror/suspenso/donde ya todos sabemos que pasará). Esta película cuenta la historia de unos muchachos alumnos de teatro que volverán a hacer una obra, misma que hace 20 años terminó en una tragedia. La dichosa película fue clasificada en Argentina apta para mayores de 16 años.

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Si bien cada padre puede educar a sus hijos como le venga en gana, eso de poner a los niños a ver películas o series para personas mayores, terminará de alguna forma alojando en sus mentes elementos y mensajes que todavía no están listos para dimensionar.

Esto último, sin embargo, no le importó mucho a esta madre que estalló en cólera cuando a su hija y a sus amigas —de entre 12 y 14 años de edad— no se les permitió la entrada para ver La Horca. Peor aún: la boletera únicamente les había pedido una identificación, y ante ello la mejor respuesta para esta madre fue reaccionar como si fuera Floyd Mayweather Jr., es decir, a puñetazo limpio.

Así es, encima de que las chiquillas no cumplían con una regla que las protegería, la madre optó por canalizar su enojo dándole un tremendo golpe a la vendedora, quien terminó con el tabique nasal roto.

Así que, ¡cuidado, papás! El ejemplo es la forma más eficaz de enseñanza, y recuerda que no es sabio darle a los jóvenes todo lo que piden, y menos si ello implica dar una función de box en el cine.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.