¿Padres de un niño diferente? ¡Asúmelo!

Aunque sea políticamente incorrecto admitirlo, es una prueba que sí se pudiera, pocos elegirían experimentar.

Yordy Giraldo

Hay dos situaciones por las que ninguna madre en el mundo quiere pasar: la primera es perder un hijo. La segunda, que alguno de sus hijos nazca enfermo, especialmente si el padecimiento lo limita en su integración social y en su desarrollo como persona. Aunque sea políticamente incorrecto admitirlo, es una prueba que, de ser posible, pocos elegirían experimentar.

No me refiero a decidir ya en el proceso de gestación, me refiero, más bien, a poseer una bola de cristal que les adelantara el futuro y evitar pruebas cruciales. Y es que, aunque con frecuencia escucho decir que los niños con capacidades especiales son ángeles que Dios manda —como si no lo fueran todos— muchas veces la enfermedad los condena a una vida de sufrimiento que excede toda proporción.

Aun así hay quien juzga a las madres a quienes el dolor las dobla, mujeres que más allá del amor reconocen el futuro de incertidumbre que acecha una vez que ellas ya no estén y esos amados hijos se encuentren solos. Soy de la idea que los problemas no son para quejarse de ellos, sino para buscarles remedio, pero ¿cómo lidiar con esa realidad?

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El proceso para aceptar que tenemos un hijo con capacidades diferentes en seis pasos

1. Vivir el duelo

Aunque no lo creas, enfrentarse a la realidad de un niño con discapacidad también supone llevar a cabo el proceso de duelo. Muchas de las ilusiones y planes que se tienen antes del nacimiento deben replantearse, y aceptar que lo que habíamos imaginado ya no será. No te juzgues por tener sentimientos encontrados.

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2. Descubrir las implicaciones de su afección

Antes de dejarnos llevar por el miedo, es importante informarnos sobre lo que supone vivir en la situación por la que se esté pasando. De allí dependerá tener la capacidad para hacerle frente.

3. Explicar a familiares y amigos

Es abrumador asumir que se tiene un hijo discapacitado. Sobre todo porque nos sentimos responsables de que naciera así. De allí que la vergüenza y el miedo al rechazo hagan que nos aislemos para no dar pie a feas reacciones. La recomendación es no hacerlo. Por tu bien y el del niño, no lo trates como si te abochornara.

4. Interiorizar que tu hijo te necesita

Es normal afligirse. Sin embargo, es vital que dejes de lado tu dolor y te concientices en lo mucho que te necesita. No pidió nacer y no tiene culpa de su estado. Hacerlo a un lado porque no sabes lidiar con la situación sólo hará más grande su pesar. Tu indiferencia también lo lastima.

5. Relacionarse con personas en la misma situación

De la unión nace la fuerza, y nadie sabrá entenderte mejor que personas que estén en la misma situación. Con ellas no tendrás que ocultar tus emociones, ni justificar tus sentimientos. Sus experiencias serán semejantes a las tuyas y podrán aprender unos de otros. Además de que la interacción con niños con iguales necesidades les harán sentir cómodos y aceptados.

6. Apostarle al amor

El amor es el mejor aliado para superar las pruebas más difíciles. Si algo necesitan los niños con capacidades diferentes es sentirse amados, porque, por lo general, son dependientes y están limitados en sus opciones, o tienen dificultades para comunicarse o expresar su sentir. Ámalos como si su vida dependiera de eso, porque lo más seguro es que así sea.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.