Para la mamá que se siente fracasada

¿Cuántas veces te has sentido un fracaso como madre? Acá te doy una serie de razones por las que no lo eres.

Camila Ignacia Gómez González

“Mamá, ¿estás llorando?”, pregunta Javier al notar que su madre se limpia los ojos rápidamente cuando lo ve aparecer. Tiernamente, Rosario le dice: “No hijo. Es que me ha entrado polvo a los ojos y me pican”.

¿Cuántas veces te ha entrado “suciedad” a los ojos desde que eres mamá? ¿Cuántas veces has sentido que estás fracasando en los quehaceres de una “buena” madre? Si me hiciera esas preguntas, te respondería que perdí la cuenta. Sí, perdí la cuenta cuando descubrí que después de todo, también tengo derecho a fracasar y seguir aprendiendo de este bello proceso.

Mi hijo no nació con un manual de instrucciones bajo el brazo. Tampoco fui a un lugar donde me enseñaran a ser madre, entonces ¿qué más puedo pedir? Lógicamente me he equivocado, pero cada día me doy una nueva oportunidad para hacerlo mejor. También he aprendido a olvidar todos aquellos pensamientos en que me culpo a mí misma por ser un fracaso, dándome el permiso de hacer las siguientes cosas y reconociendo que no tiene nada de malo, ni es signo de debilidad.

1. Cuando sea necesario, llora

Sí, llorar purifica el alma, ayuda a dejar los malos momentos atrás y nos calma. Nunca he entendido por qué las mujeres luchamos por demostrarles a nuestros hijos que debemos ser fuertes, sabemos todo y somos mágicas. ¡Lo estamos haciendo mal! No es posible que les hagamos saber que los adultos no tenemos derecho a equivocarnos, llorar y sacar una lección de ello.

Relee: Este video finalmente explica por qué toda madre es un héroe. ¡Vas a llorar!

Advertisement

2. Confía en tu instinto

Si hubiese contado los innumerables consejos absurdos que me dieron (y que por supuesto no pedí) para que mi hijo comiera, durmiera, creciera y aprendiera “mejor”, seguro tendría un Récord Guinness en mi currículum. He comenzado a escuchar mi instinto, dando paso a hacer lo que yo creo que es mejor para él y por supuesto, recurro a mi red de apoyo cuando siento que no sé cómo manejar una situación.

3. No compenses tus ausencias

Cuando recién comencé a trabajar, me sentía terriblemente culpable por tener que hacerlo, pero con el paso del tiempo me di cuenta que además de ser madre soy una persona, que al igual que mi hijo necesito crecimiento personal, profesional y además debo cubrir las necesidades de nuestra familia. Dejé de comprar cientos de juguetes, para dar paso a tiempo de calidad cuando estamos juntos. Salimos de fin de semana a algún lugar que a él le interese, lo ayudo en sus deberes escolares, lo acompaño a entrenar y un sinfín de cosas más, con una mamá 100% presente.

Relee: ¿Cómo asistir a las actividades de mis hijos, si trabajo todo el día?

4. Aprende a valorarte

No solo soy una “buena madre”, también tengo otras características positivas, virtudes y dones. Todas ellas también cuentan, y éstas no se hacen menos si cometo errores.

Relee: Una sana autoestima te ayudará a que te amen mejor.

Advertisement

Recuerda siempre que no solo eres la “mamá de”; ámate y deja los pensamientos negativos atrás, porque te puedo asegurar que eres una madre espectacular. No permitas que las culpas, consejos que no has pedido o cualquier otra cosa te hagan sentir fracasada, ya que no lo eres. Eres simplemente maravillosa.

Toma un momento para compartir ...

Camila Ignacia Gómez González

Camila, es Relacionadora Pública, con orientación en Marketing, actualmente reside en Villa Alemana, Chile. Es esposa y madre, y ama escribir para ayudar a fortalecer los lazos familiares.