¿Pensando en el divorcio? ¡Detente! Este artículo te ayudará a tomar una mejor decisión

Si dudas entre seguir adelante o divorciarte de quién una vez amaste, por favor lee este artículo y toma la mejor decisión.

Erika Otero Romero

Al inicio de cualquier matrimonio, los cónyuges se llevan bien, procuran cuidar cada paso que dan para mantener la armonía de la relación como cuando eran novios y pocos altercados había entre ambos. Sin embargo, bastan unos pocos meses para que la lucha por tener el “poder” o la razón en ciertos temas, se haga presente. Empiezan a ver que son muchas las diferencias entre ellos, de a poco y con algo de sabiduría buscan la manera de mantener el equilibrio y que el desgaste por las discusiones sin sentido no mine la relación, terminando con el amor que se tienen.

Pero luego vienen las dificultades por la crianza de los hijos, la falta de tiempo y privacidad para prodigarse amor. La familia política también puede resultar un problema difícil con el cual lidiar, y hasta la rutina hace que por momentos sueñes con tu soltería y la paz que trae no luchar con esos problemas. En fin, lo único que desean es no luchar contra la corriente y darse por vencidos. Resultado: el sueño de amor se convirtió en su peor pesadilla. Aun así, hay algo que les lleva a seguir luchando: aún hay amor y deseos de estar juntos. Y es por ello que buscan un “plan” alternativo que les muestre que vale la pena la lucha.

De eso trata el libro manual: “Te quiero, luego insisto”, de Pilar Cebrián. En el mismo, ella propone un plan de acción para evitar el divorcio y así salvar la relación. El plan cosiste en 10 puntos estratégicos que pueden salvar los matrimonios al borde del divorcio. A continuación los encontrarás y los explicaré de manera breve.

1. Debe haber amor

El suficiente para sentir emoción o sufrimiento por el cónyuge; no importa que ya no sientan sudor en las manos o mariposas en el estómago al verse, esas mínimas emociones bastan para que se pueda empezar a luchar por la relación.

2. Sin imposiciones

Importantísimo que la búsqueda de reconciliación no venga por un sentimiento de obligación o compromiso con uno de estos 3 aspectos: los hijos y no verlos sufrir, por evitar los problemas económicos o por dependencia emocional.

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3. Perdón

Es imprescindible que el perdón tenga cabida en la reconciliación. Ambos deben estar dispuestos a perdonarse todo aquello que haya podido dolerles. Si no hay perdón verdadero como protagonista de la relación, no habrá cabida para el amor. Es importante olvidar todo lo que los lastimó y comenzar de nuevo, sin sacarse nada en cara.

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4. Adiós al orgullo

Un matrimonio que se haya dejado gobernar por la lucha de poderes y el orgullo, se hará tóxico. Esto a su vez hará que la reconciliación se haga imposible, ya que el “tire y afloje” por ver quién tiene la razón desgastará cualquier migaja de amor que quede entre ambos.

5. Cuidado con los “consejos de terceros”

Una relación es de a dos. Si cuando recién comenzaron los problemas se recurrió a buscar consuelo en otros (padres, amigos o hermanos), deben comprender que eso ya no es válido para la búsqueda de una segunda oportunidad. ¿Por qué? Porque va a llenar la cabeza de quien pida consejo de dudas y puntos de vista poco objetivos, gobernados por la dureza de quien no está en tus zapatos.

6. Cultivar la buena comunicación

Es necesario que dejen de hablarse con reproches o sarcasmo. El plan es que puedan manifestar de manera clara, honesta y prudente lo que piensan y sienten, sin que las frustraciones los dominen y cedan terreno a la incomunicación.

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7. Disfrutar de la compañía del otro

No es solo evitar los problemas, es saber pasar buenos momentos en pareja. Acá es relevante que sepas que es NECESARIO que haya independencia dentro de la pareja; es decir, que cada uno pueda disfrutar de sus propias experiencias y que al encontrarse puedan compartir lo que han vivido. De esa manera la relación se enriquecerá. Aun así es lógico que tengan límites sanos que ambos propongan.

8. Ceder no siempre es malo

No es que se tenga que tolerar todo sin chistar, es que ambos aprendan que si se renuncia a alguna pequeña manía que se sabe lastima al otro, no solo es una muestra de querer salvar la relación, sino que es una buena ocasión para crecer. Se deben hacer esos cambios, pues no se puede esperar que todo siga igual que siempre.

9. Usar el deseo de estar juntos

Esto con el fin de que ese estado de alerta los ayude a mantenerse en acción para aportar detalles que les ayuden a hacer la relación más interesante.

10. Hablar sobre las manifestaciones de afecto

Es necesario que se planteen las razones por las cuales las manifestaciones de afecto han disminuido entre los dos. Deben saber que lo que importa es que se amen y quieran hacerse sentir bien.

Para finalizar, es justo que sepan que hay relaciones insalvables y, como dice Pilar Cebrián: “A veces lo que no puede ser, no puede ser, y la solución será emprender caminos diferentes”. Por lo pronto yo te deseo éxito en tu lucha por salvar tu matrimonio.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.