¿Por qué a mi? ¿Por qué amar a otros a pesar de sus malas elecciones?

¿Alguna vez te has hecho esas preguntas, sin hallar consuelo? Entonces tal vez estas palabras puedan ayudarte.

Isis Lugo

Muchas veces, al caminar por lugares llenos de gente, me he detenido, sorprendida ante la diversidad. ¡Cuántas personas hay en el mundo! y ¡Qué diferentes somos! Hay hombres, mujeres, niños, todos de diferentes razas, culturas, estratos sociales y países. Algunos estudian, otros trabajan, unos no hacen ninguna de las dos cosas. Otros más, se esfuerzan por ser buenos ciudadanos y otros, incluso por burlar la ley. Sin embargo, todos son habitantes de este planeta tierra, y todos están aquí con un propósito. Siempre que hago este ejercicio no deja de impactarme la magnitud del amor de Dios hacia sus hijos. Mi mente mortal no logra comprender cómo es que siendo tan diferentes, nos conoce y nos ama a cada uno.

En mi trabajo como maestra he acompañado a varias familias a través de desafíos que indirectamente estaban afectando el proceso educativo de mis alumnos. He visto a muchas madres llorar amargamente por el sufrimiento que les causa que su esposo no esté llevando una vida apegada a la ley o que alguno de sus hijos se encuentre desviado del camino del bien, que ellas les han enseñado con tanto esfuerzo y las he escuchado preguntarse una y otra vez: ¿Por qué a mí?

Admito que muchas veces no he sabido cómo consolarlas, porque no encontraba la respuesta a esa pregunta e incluso yo me la había hecho varias veces. ¿Por qué a mí? ¿Por qué tengo que sufrir por las malas decisiones que han tomado otros? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? así que decidí buscar por mí misma para poder ayudarme y ayudar a las personas que pudieran necesitarlo en algún momento.

Pasado un tiempo de reflexión, investigación y conversación con varias personas con mucha experiencia en la vida, pude descubrir que:

Todos merecemos que nos amen

No importa si nos portamos bien o no, somos humanos, hijos de Dios y merecemos ser amados. Creo que esta premisa es el centro de todo, ayudamos, luego apoyamos, cuidamos y conversamos con las personas porque, en menor o mayor medida, las amamos. Todos tenemos cualidades hermosas que nos hacen únicos y que aportan algo al mundo, no obstante todos los defectos que podamos acumular. Ese algo que nos hace diferentes es lo que nos ayudará a cumplir el propósito para el cual estamos en esta tierra.

Advertisement

Todos somos capaces de superar las pruebas que se nos pongan

Las experiencias por las cuales pasamos nos hacen más fuertes, porque tenemos la capacidad de salir adelante de ellas. No importa cuán difíciles sean, el hecho de que una prueba le toque a una persona y no a mí, me indica que él o ella están preparados para superarlas, yo no. Y una vez más me indica que Dios nos ama tanto, que nos da a cada uno según nuestras capacidades.

Cada uno merece tener a alguien que lo ame

Es en este punto donde encontré la respuesta al ¿por qué a mí?, después de escuchar la historia de una abuela que contó una vez el doctor Henry B. Eyring: esta abuela había vivido una vida buena, llena de servicio y amor por sus semejantes, no obstante uno de sus nietos eligió una vida de delito que siguió hasta que finalmente fue sentenciado a ir a la cárcel. Durante un viaje para ir a visitar a su nieto, lloró amargamente y se preguntaba ¿Por qué tengo que vivir esta tragedia de un nieto que parece haber destrozado su vida? Entonces, unas palabras vinieron a su mente como respuesta a esa pregunta: “Te lo di a ti porque sabría que podrías amarlo y lo harías sin importar lo que hiciera”.

Fue entonces que lo comprendí: no hay una sola persona en el mundo a la que Dios no le haya mandado ángeles para que lo cuiden, y esos ángeles no son por fuerza seres alados y celestiales. Todos necesitamos esa seguridad de que alguien estará ahí para nosotros. Dios ha puesto los medios para salvar a cada uno de sus hijos, para muchos de ellos significa que se les ha puesto con un padre, una madre, un hermano, una hermana, un abuelo o una abuela que los ame, no importa lo que hagan. Seguramente más de uno se sentirá identificado con esta historia como yo, pues lo ha vivido en carne propia y es mi deseo ayudar a comprender este tipo de situaciones.

El camino es difícil, pero es justo, puede tener muchos obstáculos, pero también encontraremos verdes praderas. He comprendido que es necesario que alguien nos ame por sobre todas las cosas, para saber a dónde tenemos que regresar cuando desviemos el camino. Así que no perdamos la esperanza en la humanidad cuando algún ser querido tome malas decisiones que nos afecten: pensemos que es parte de la vida, que algún día nosotros necesitaremos que algún ángel esté ahí siempre para apoyarnos y que cada día experimentaremos más el modo en que Dios nos ama, seamos como seamos.

Toma un momento para compartir ...

Isis Lugo

Isis Anabey Lugo Enciso es madre y maestra de Educación Especial en México, escribe sobre actividades para niños y materiales educativos en su blog www.maestrosdeapoyo.com y comparte sus experiencias de maternidad en www.mamaymaestra.com