¿Por qué decimos “sí”, cuando lo que queremos es decir “no”?

No hay mejor expresión de amor propio que el respetarte al saber poner límites, sin dejar de ser amable.

Erika Patricia Otero

¿Te ha ocurrido que alguien te pide hacer algo, y aunque no quieres hacerlo, accedes a sus deseos? No te preocupes, no eres la única.

La pregunta real es ¿Por qué accedemos a pesar de que no queremos hacerlo? Pues bien, la realidad es que en esto tiene mucho que ver la asertividad

¿Qué es la asertividad?

La asertividad es la habilidad para expresar nuestros sentimientos y defender nuestros derechos sin ser hostiles. Quien posee esta cualidad, expresa de manera directa y adecuada sus opiniones y sentimientos, tanto positivos como negativos. Básicamente, una persona asertiva será capaz de decir “no” cuando realmente quiere hacerlo.

Ahora bien, hay quienes son asertivos; sin embargo, hay ocasiones y personas ante las que no pueden negarse ¿Esto por qué sucede? A continuación hallarás la respuesta.

Decir sí cuando queremos decir no: ¿por qué ocurre?

Hay variadas razones por las cuales muchas veces accedemos a lo que no queremos.

Advertisement

Lo que debes saber es que aparte de carecer de asertividad, también puede tratarse de un problema de amor propio. Sí, no saber darte tu lugar puede hacer que caigas en un ciclo al que por salud propia debes ponerle un fin.

Pues bien, a continuación encontrarás algunas de las razones por las cuales dices sí cuando lo que deseas es decir no.

1 No sabes poner límites

Hay personas que son incapaces de establecer límites. Es como si tuvieran miedo a marcar “su territorio” y como consecuencia ser rechazadas. Esa actitud permisiva lo que hace es volverlas vulnerables a que los demás las usen a su gusto y placer.

El problema, es que cuando la persona despierta de esa incapacidad y comienza a negarse a hacer favores; entonces, a ojos de los que la usaban se vuelve la “mala persona”.

Es importante que aprendas a delimitar hasta dónde pueden o no llegar las personas contigo. Puedes amarlas mucho, pero ser tan accesible y permisivo lleva a que se aprovechen de manera injusta de ti.

Advertisement

2 Miedo a lo que digan o piensen los demás

Hay personas que le temen mucho a la opinión de los demás. Debido a esto, prefieren sacrificarse y estar disponibles para lo que los demás necesiten de ella. Por nada del mundo quiere saber que alguien piensa o habla mal de ella; por esto, siempre está disponible aunque no quiera.

Este miedo a que te critiquen tiene que ver con una baja autoestima. Mejorando tu amor propio, podrás darte el lugar que mereces y hacerte respetar sin ser grosero con los demás.

3 Quieres ser aceptado

Muchos de nosotros hemos terminado aceptando ir a un lugar que no queremos solo para ser aceptado. También terminamos haciendo cosas por otros que no queremos. Todo esto pasa cuando queremos aceptación.

Queremos encajar y hacer amigos. Es normal querer salir de nuestra zona de confort. El problema es que si no aprendemos a elegir las situaciones; terminaremos complaciendo a los demás por encima de nuestros propios intereses.

Si tu grupo de amigos te aprecia, entenderá que habrán momentos en los que querrás hacer cosas con ellos; otros en los que no, y lo aceptarán sin juzgarte. Ahora, si no lo aceptan, pues vale más es el respeto y amor que te tengas a ti mismo; ya llegarán personas que sepan respetar tus límites.

Advertisement

4 Temor a no poder justificar un “no”

Empezaremos por explicar que no tendrías porque justificar una negativa. Tienes todo el derecho a negarte como a acceder a hacer o no algo.

Ahora, no saber justificar tu negativa, no es igual a verte obligado a decir sí; no es así. Acá tienes que saber explicar el por qué de tu negativa sin ser grosero o actuar como un niño.

Debes aprender a escucharte y decir amablemente lo que de verdad piensas. Dilo como te gustaría que te lo dijeran a ti; con respeto.

5 Inseguridades y miedo a defraudar

Tu incapacidad para decir “no” puede deberse a tus inseguridades.

Cuando una persona no sabe lo que quiere, termina aceptando todo. Es entonces cuando comienza a dudar de sí mismo y a tener más inseguridades. Piensa en lo siguiente: “Quien no sabe lo que quiere, no entiende lo que encuentra”.

Advertisement

Por el contrario, cuando de verdad tienes claro lo que deseas, sabrás expresar tus ideas sin miedo a dudar. De nuevo, trata de expresarte de manera coherente, pero respetuosa. Piensa en que solo debes procurar ser gentil, pero determinante. No temas defraudar, y si alguien se siente mal, sabrás que no ha sido por tu culpa si no por las falsas expectativas de esa persona.

Recuerda lo siguiente: cuando una persona tiene un gran conocimiento sobre sí misma, tiene el control de su vida. Con esto en cuenta, sabrá hasta dónde permitirá llegar a los demás y hasta dónde puede dar de sí a los demás.

Ten presente que si sientes que no eres alguien asertivo, puedes aprender a serlo. Es cuestión de que aprendas a “no dejarte pisotear” de manera educada. Al principio va a costar; pese a eso, con el tiempo te sentirás menos culpable de negarte, y mejor contigo por ser coherente.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.