Porqué la creatividad no sólo es cosa de artistas

La creatividad es una herramienta importantísima en la construcción de una vida plena y de crecimiento. Aplicando estos sencillos consejos abrirás un nuevo camino para transformar tu vida y la de tu familia.

Carolina Mejia

Frecuentemente pensamos que la creatividad es una capacidad exclusiva de las personas dedicadas a actividades artísticas. La realidad es que la creatividad tiene poco que ver con tu actividad profesional: está relacionada con la forma en la cual te apropias del mundo y participas en él. Creatividad es la capacidad que tiene cada ser humano de crear.

La infancia es la etapa en que estuvimos más conectados con el pensamiento creativo. Sin importar el lugar o condiciones en que ésta haya transcurrido, seguramente gran parte de tu tiempo estaba ocupado en construir castillos con cajas de cartón o arena; imaginando que serías astronauta, médico, piloto o estrella de cine. Como sucede con todo niño, cada uno de los acontecimientos eran sorprendentes: jamás te aburrías o desanimabas antes de hacer algo, ningún sueño era inalcanzable, eras invencible. Gran parte de tu personalidad y deseos tuvieron su origen allí, y de hecho algunos de ellos quizá continúan determinando tu camino.

Lo curioso es que conforme pasa el tiempo y uno se adentra en la edad adulta, es muy fácil perder de vista esta capacidad. Las responsabilidades, compromisos, el poco tiempo disponible y la rutina se convierten en un callejón a simple vista inevitable y una de las razones por las cuales en algún momento de la vida nos sentimos estancados o infelices, es precisamente porque olvidamos que poseemos la increíble capacidad de crear.

Hacer tuya esa creatividad es una herramienta invaluable para tu crecimiento personal y el de tu familia. Estos son algunos puntos con los que devolverás chispas de pensamiento creativo a tu vida cotidiana.

1. Prueba algo nuevo cada día

¿Te has sentido agotado, deprimido o irritable? Estos estados de ánimo son una señal de alerta que nos indica cuando algo debe cambiar. El cambio puede asustar, así que comienza con pequeños pasos: desayuna algo distinto cada día, toma un camino diferente a la escuela de los niños, organiza un picnic en el parque más cercano con tu familia. Cualquier modificación respecto a lo que hiciste el día anterior hará la diferencia.

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2. Juega con tus hijos todos los días

Quizá estés pensando: “Con tantas cosas por hacer, ¡no tengo tiempo para juegos!” Aun así, toma un momento del día para divertirte con ellos dejando de lado al adulto: usa un disfraz, sé el paciente del médico o toca una guitarra imaginaria. Esto no sólo aumentará tu energía y te pondrá de buen ánimo, sino que fortalecerá tu relación con ellos, que es lo que en realidad le da sabor a la vida.

3. Impúlsate a hacer lo que no quieres hacer, arriésgate

Con esto no te aconsejo ir más allá de tus valores o que te lances en paracaídas (en mi lista de riesgos personales), sino a que abandones la zona de confort que está construida en torno a lo que haces normalmente. Si asistes pocas veces a la reunión de padres o no acostumbras socializar, anímate a hacerlo. Nuevamente, a veces es sorprendente cómo el convivir con la familia alimenta nuestra vida, porque nos devuelve a nuestras raíces.

4. Recupera tus sueños

Haz un viaje en el tiempo para redescubrir esa actividad favorita de tu infancia o adolescencia y llévala a cabo. Sea en casa, en un club, solo o en grupo, al realizar una actividad que nos satisface, estamos concentrados en el presente, la mente descansa del ajetreo cotidiano, y eso nos ayuda a “rehacernos”, a encontrarnos a nosotros mismos de nuevo.

5. Elimina de tu vocabulario las preguntas “¿qué obtengo de esto ?” y “¿por qué a mí? ”

Mejor cámbialas por ¿qué aprendo de esto y qué puedo hacer? Elige pensamientos constructivos que te permitan tomar el control de tus actos y decisiones, antes de los que te llevan a emociones negativas o sentirte acorralado. Ante el conflicto observa cuál es la lección y cuál de las soluciones beneficia a todos los involucrados.

6. ¡Relájate y diviértete!

No te tomes tan en serio los acontecimientos negativos o las críticas y mejor concéntrate en lo bueno y agradable que te ofrece la vida.

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Aunque en principio te parezca difícil, con estos sencillos consejos y la constancia, notarás una transformación en cómo sientes y piensas, porque al vivir la vida te llenas de vida. Pronto te encontrarás haciendo cambios en aspectos más significativos de tu vida ya que tu mente estará abierta al cambio.

Además, tendrás la capacidad de abordar los acontecimientos diarios con una nueva perspectiva y resolverás los conflictos o imprevistos más efectivamente pues eres capaz de ver todas las posibilidades disponibles.

Tal vez una de las mayores recompensas de adoptar el pensamiento creativo es la satisfacción constante al reconocerte capaz de salir de los límites que hasta hoy te habías marcado, de aprender y construir-contribuir a la felicidad de tu familia, sintiéndote pleno.

Espero que encuentres aplicables estos consejos, me interesa saber tu experiencia y, por supuesto, si piensas que esta información puede ser útil para alguien más, por favor compártela.

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Carolina Mejia

Carolina Mejía vive actualmente en el Distrito Federal, estudia Historia del Arte y es Coordinadora de Social Media en Fujifilm de México.