¿Propuesta de matrimonio a la vista, pero no quieres casarte? Esta es la mejor manera de decir “no”
El matrimonio es una relación de gran responsabilidad emocional. Llegar a esta decisión involucra a dos personas y ambos deben elegir lo que consideran mejor para su felicidad.
Erika Patricia Otero
Empezar una relación amorosa no siempre termina en una feliz propuesta de matrimonio.
La realidad es que durante la relación, en la pareja suceden una serie de eventos que revelan la verdadera cara de ambos. Esto lo que hace es que los enamorados se puedan ver o no proyectados como un potencial matrimonio.
La decisión de casarse es algo que concierne a dos personas. Por esto, cuando la relación se va volviendo más seria, las partes deben abarcar tan importante tema. Sin embargo, esto no pasa siempre, y a veces pareciera que uno de los dos quiere elegir por ambos.
Esto me lleva a recordar algunos videos que he visto en RRSS de propuestas de matrimonio que salen muy mal.
En estos, es habitual ver la planificación de una pedida de matrimonio en lugares llenos de personas. Hay tantos conocidos como desconocidos; el punto es que a quien le van a hacer la propuesta, no tiene idea de lo que va a suceder.
Esta bien que esto suceda cuando ambos ya han hablado de matrimonio; la sorpresa debe ser agradable. El problema surge cuando el tema matrimonio no ha entrado en la relación.
He visto varias propuestas de este tipo. Algunas personas aceptan de buena gana la propuesta; sin embargo, otras más la han rechazado y huido del lugar como quien escapa de un incendio.
En este caso, siempre tengo la sensación de que quien hace la propuesta sabe que puede ser rechazado. Por esta razón planifica una propuesta de matrimonio pública, con el fin de que su “víctima” no tenga escapatoria. Es como si quien quiere casarse hiciera algún tipo de “encerrona” para que su pareja se vea forzada a aceptar. Tristemente, eso no pasa y lo único que obtienen es una humillación pública que pudieron haberse evitado.
Propuesta de Matrimonio: una situación de dos
Como decíamos, decidir casarse es una situación de dos personas. No podemos pretender actuar como si conociéramos la voluntad de nuestra pareja. Es por lo anterior, que pasado un tiempo prudencial, se debe abarcar el tema con tranquilidad.
No se llega a la decisión de casarse de forma unilateral. Puede suceder que mientras él quiere conformar una familia, ella prefiera seguir en la relación, pero sin miras a matrimonio. Tampoco es actuar desesperadamente con tal de “atrapar a alguien” porque tienes miedo a la soledad o a quedarte soltero. Esa tampoco es manera de comprometerse en un matrimonio.
Soy fiel creyente de que antes de que la relación se vuelva seria, ambos deben poner sobre la mesa lo que esperan de esa relación. Esto lo que permite es saber si ambos tienen las mismas aspiraciones como pareja; además que ninguno de los dos se hará falsas ilusiones. Por supuesto, las cosas pueden ir cambiando por el camino; es justo por esto que deben estar abiertos a la comunicación constante.
¿Cómo decirle a tu pareja que no te quieres casar?
Supongamos que llevan un tiempo en una relación de pareja bastante seria. Han hablado del tema matrimonio en ocasiones, pero jamás han concretado nada. Esto lo que ha hecho es que una de las partes, la más ilusionada, tenga la sensación de que ambos van por el mismo camino y les hace hacer la propuesta.
Cuando esta llega, aunque te sientes halagada tu no quieres aceptar. La razón es que tienes otras metas en tu vida, al menos por ahora. Estás bien en la relación y quieres a tu pareja, pero sientes que no es el momento para asumir la responsabilidad de un matrimonio.
Sabes que si rechazas la propuesta de matrimonio, la relación tiene una buena posibilidad de llegar a su fin; sin embargo, tampoco quieres casarte forzada por un compromiso. Tu opción única y viable es decir no, pero sin lastimar a la persona que quieres. Bueno, esta es la mejor manera de proceder:
1 Esclarece lo que deseas para tu vida
Para hacer esto debes hacer acopio de tu sinceridad, y honestidad contigo. Esto porque debes preguntarte sobre lo que quieres de tu vida. También debes cuestionarte si es miedo al compromiso o en serio no lo ves como potencial cónyuge.
Todas esas preguntas darán luz a tus deseo y te ayudarán a tomar la decisión adecuada. Si llegas a la conclusión definitiva de que no vas a querer casarte, entonces la acción a tomar es la siguiente.
2 Elige el momento propicio
La intención es hacer el menor daño posible. No quieres lastimar a la persona con la que tienes la relación amorosa. La quieres y deseas estar en la relación, pero no quieres casarte.
Lo adecuado es que busques un lugar íntimo para hablar del asunto con calma y franqueza. Luego solo debes poner sobre la mesa todos los aspectos de tus deseos.
No esperes que reaccione de manera favorable. Probablemente te bombardee a preguntas y haya sentimientos de decepción y angustia. También existe la posibilidad de que tu pareja al sentirse rechazado decida dar por terminada la relación; si eso sucede, debes tener la mente abierta y optar la mejor opción posible para ti y para tu pareja.
3 Atención a las consecuencias
Debes saber proyectar las posibles reacciones de tu pareja a tu decisión. Pueden haber reclamos, pero nada agresivo; eso o puede ser todo lo contrarios. Sea como sea que se dé la situación, debes estar preparada para lo que suceda y optar por actuar de la manera propicia con el fin de evitar problemas mayores. Siempre tienes derecho a negarte a hacer algo que no deseas. Por esto, debes ser cuidadosa/o.
Puede ocurrir que decidan seguir adelante y dejar la propuesta de matrimonio para más adelante. Todo puede ser posible. Solo deben recordar que una relación es de a dos y son dos personas las que deben tomar las mejores decisiones para ambos.
4 Seguir adelante
Sea que la relación llegue a su fin o decidan seguir adelante sin compromisos matrimoniales; ambos deben liberarse de rencores y miedos y darse la oportunidad para seguir progresando.
Una negativa a casarse no es el fin de las oportunidades en el amor. Las personas tenemos derecho a elegir lo que creemos es lo mejor para nosotros y a casarnos solo cuando deseamos que eso suceda. Solo debes seguir tus deseos y esforzarte por ser feliz sin lastimar a nadie.