¿Qué hay detrás de los niños que no valoran lo sus padres les dan?

¿Tus hijos están fuera de control? ¿Quieres que sean personas de bien, pero no sabes cómo lograrlo? Entonces debes leer este artículo.

Erika Otero Romero

Como padre o madre sé que tu mayor deseo es brindar a tus hijos todo lo mejor. Desde los juguetes más bonitos, hasta la mejor escuela. Eso no tiene nada de malo o censurable, lo que sí puede llegar a ser muy malo para el bienestar de tu hijo y el de tu familia, es que a la larga no midas los límites sobre la cantidad de dones que les otorgues a tus hijos, porque todo, sí, incluso los mejores regalos, en exceso es malo. Y todavía más si les concedes todo lo que quieren, sin que si quiera se lo hayan ganado.

Lo más triste de la situación es que muchos son los padres que ahora recurren a llenar a sus hijos de cosas materiales, para cubrir carencias y vacíos en la crianza. Incluso lo hacen para mitigar sentimientos de culpa por algún error cometido. Si supieran el mal que les hacen, lo pesarían dos veces.

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¿Qué ocurre con los niños que tienen fácil acceso a todo lo que quieren?

Para empezar, se vuelven caprichosos y malcriados, y no desarrollan amor por lo que sus padres les dan. Es probable que además lleguen a un punto donde no estimen lo que no es de índole material, ya que para ellos los sentimientos y emociones de las personas que los aman son fácilmente desestimables.

Algo más que ocurre con este tipo de niños, es que desarrollan un interés desmedido por tener todo lo mejor y nada llega a satisfacerlos por completo. Desde luego, puedes imaginar el tipo de adultos que serán: egoístas, ambiciosos (de mala manera), posiblemente despreciarán a las personas porque no tienen dinero o una imagen que ellos consideren “valiosa”.

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Lastimosamente debo decirte que mucho de la culpa sobre esa conducta del niño recae en quien le suministra todos sus caprichos. La situación tiende a ponerse peor, ya que si ese comportamiento no es corregido a temprana edad, después será demasiado tarde. Dado lo antes expuesto, a continuación te dejó los siguientes consejos que te pueden ayudar a educar mejor a tu hijo, para que aprenda a valorar lo que tiene así como a quienes lo aman.

1. Nunca es tarde para corregir el camino

Mientras estén bajo tu guía y tutela siempre podrás negarle un obsequio que no se ha ganado o por el cual no ha hecho méritos. Es solo cuestión de hablar de manera clara sobre la razón por la cual has dejado de concederle todos sus deseos. De la misma manera, procura cumplir tus promesas o podrás hacer que surta el mismo resultado que si les dieras regalos sin control.

Algo que también puedes hacer es cambiar esos obsequios de índole material por detalles que sean representativos y que estimulen sus vivencias, afecto y emociones. Un ejemplo de ese tipo de “obsequios” puede ser un campamento en familia, ver una película a solas con él, besos, abrazos. Estos actos afianzan el surgimiento de sentimientos positivos que remplazarán el placer de poseer algo material.

2. Centra la educación que les das en casa, en valores y principios

No esperes que en la escuela le enseñen a tu hijo valores, por más que dentro del círculo estudiantil existan cursos de religión o ética. Los principios, los valores y la urbanidad se enseñan en casa desde que son pequeños, ya que es el primer contacto social que tienen con personas de diferentes edades.

Al aprender a relacionarse con otras personas bajo el vínculo del respecto, amor, generosidad, compañerismo, servicio (entre otros), tu hijo desarrollará poco a poco esos valores y principios. Éstos le ayudarán a agradar a los demás tanto como a sí mismo, a la vez le enseñarán a apreciar a los demás por quienes son y no por lo que tienen.

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3. Enséñale que trabajar por algo que se desea es más reconfortante

Si tu hijo quiere algo, lo más lógico es que trabaje por conseguirlo. Haz que se lo gane, impúlsalo para que lo haga y enséñale sobre las recompensas y bendiciones del trabajo y del esfuerzo. De esa manera le otorgará el verdadero valor a las cosas que tiene o que le “regalan”.

Lee: Por qué tus hijos deben trabajar mientras estudian

Tu mayor regalo en la vida es ver a tus hijos felices y preparados como persona integras y de bien. Por eso, la labor de formarlos es tuya y sobre ti recae esa responsabilidad, no descuides tu camino.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.