¿Qué moral tienes tú?

La moral se refleja en las decisiones que tomas en toda circunstancia, aún en ausencia de testigos, sean cuales sean los resultados, y aún si te diagnostiquen cáncer terminal.

Marta Martínez Aguirre

Hay gente que sigue creyendo que éticay moral son lo mismo.

Cada día crece más el estante de la biblioteca, con nuevos códigos de ética, y también crece el número de los que se ufanan de vivir bajo su amparo. Está la “ética” de las empresas que “generosamente” donan una vez al año algunos cientos de dólares para los niños con capacidades diferentes, pero diariamente sus desechos contaminantes van a parar al río de la zona. Hay “ética” para todos, desde los panaderos que deciden usar sólo harinas seleccionadas hasta los sicarios que no aceptan encargos de herir o matar a niños. La ética se mueve en las calles, pero la moral cada vez más se ausenta de los hogares.

La moral está perfectamente resumida en la regla de oro de Jesucristo (Mateo 7:12): “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”.

La moral tiene que ver con esas decisiones que tomas y voluntariamente llevas a cabo en toda circunstancia, aún en ausencia de testigos que te valoren o te juzguen, obtengas o no resultados, incluso si te diagnostican cáncer terminal. Ofrendar en tu iglesia para que otros vean que eres generoso y guardas esperanza en que Dios te recompensará; no cruzar en rojo porque vas con tu hijo en el auto; hacer un descuento en tu negocio para que el gobierno te rebaje un impuesto, no son actos muy morales que digamos. Más bien son acciones programadas de los cuales esperas un resultado.

Tu moral te distingue del resto de las personas, no necesitas usar ropa formal para reflejarla, porque sabes que eres capaz de vivir la regla de oro aún en malla de baño.

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¿Recuerdas que hablamos del consumo de fármacos en los estudiantes sin necesitarlos? Este tema tiene implicaciones éticas y morales que podemos aplicar en otros ámbitos de la vida:

1. Justicia distributiva y competición

Tomar fármacos para obtener mejores rendimientos sin necesitarlos, aumenta la brecha de desigualdad entre las personas. Aquellos estudiantes que consumen medicación para concentrarse y trabajar más horas aumentan las diferencias entre clases sociales, dado que son medicamentos muy costosos y no todos acceden a ellos. Pero incluso cuando se distribuyen en forma gratuita a todos, ¿cuál es el mensaje detrás de la píldora? ¿Es moralmente aceptable que tu hijo rinda a base de químicos, dejando de lado el esfuerzo constante y sus propias capacidades? ¿Es consciente de que sus acciones fomentan la inequidad social? ¿Puede percibir que sus actos le perjudican su salud y contamina la vida social? Si ahora es capaz de tomar un fármaco para rendir antes de obtener el título, ¿qué hará luego para mantenerse en carrera? Si en un futuro su jefe le pide que consuma otras sustancias para rendir mejor, ¿cederá, para asegurarse un puesto de trabajo?

2. Noción de progreso

Tomar medicación alegando que es tan sólo para rendir mejor y obtener buenos resultados, es tener una visión raquítica de lo que es progresar en la vida, es dejarse influenciar por una ética capitalista que mide todo en estadísticas y resultados. Mientras esa noción de progreso incluye pisar el acelerador para vender otra pizza, sostener una guerra para obtener uranio, ser infiel para lograr un ascenso, la noción de progreso moral decrece cada día. El progresivo deterioro de la moral se incrusta en la piel de la violencia urbana, late en la caducidad de los vínculos personales, se deleita en las adicciones y duerme en la indolencia afectiva de los adultos ausentes en la vida de sus hijos.

Afortunadamente la moral no se compra en cuotas razonables, no se encuentra en un documento PDF para descargar, ni se obtiene los domingos en la iglesia, es una responsabilidad personal para vivir y construir. Son decisiones, acciones, actitudes que tomas en tu vida, dentro y fuera de las paredes de tu casa, tu iglesia y tu trabajo. Como madre o padre, ayuda a que tus hijos también las vivan.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: