¿Qué piensas hacer hoy por Dios?

Creer en Dios, de verdad creer, implica compromiso y acción. ¿Quieres saber cómo? Aquí te lo explico.

Erika Otero Romero

¿Crees en Dios? Es una pregunta que tal vez te han hecho muchas veces. Es probable que tu respuesta haya sido: “Sí, creo en Dios”. Ahora bien, te invito a reflexionar en lo siguiente: si crees en Dios, ¿qué has hecho por Él?

La pregunta anterior puede sonar algo extraña, pero en realidad no lo es. Uno puede tener una creencia ligera o superficial, pero estoy segura que coincidirás conmigo en que cuando uno cree con convicción, entonces uno deja de pensar solo en sí misma, y está dispuesta a dar siempre de sí a su prójimo. Como está escrito: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros”. (Juan 13: 35). Lo cual tiene mucho sentido: nadie podría amar a Dios, sin hacer nada por su prójimo, ¿no lo crees? Por lo mismo, es mi deseo que conozcas cinco maneras de hacer algo por tus semejantes, y a la vez manifiestes tu fe y deseos de servir a Dios.

Al respecto la Biblia dice lo siguiente, en Mateo 25:40-43: “Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui extranjero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis”. Nuestras creencias, si no van acompañadas de la acción, en realidad no sirven de mucho. Entonces, ¿qué puedes hacer por mostrar amor a Dios y a tus semejantes?

1. Únete en algún grupo de voluntariado

En algunas ciudades vincularte resulta cuestión de disponer de tiempo para prepararte con algunos conocimientos básicos sobre primeros auxilios, entre otras actividades, que te ayuden a prestar un servicio integral a quien lo necesite.

Por otra parte algunas congregaciones religiosas tienen grupos de servicio social donde no solo tienen ayudan a las personas sino que además colaboran en el mejoramiento del medio ambiente y embellecimiento de la localidad que lo requiera, súmale que también hacen labores de caridad, así que por campos de acción no te preocupes.

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2. Presta servicio en algún ancianato (geriátrico)

Hay muchos ancianitos olvidados en hospicios que necesitan de alguien amable que esté dispuesto a compartir algo de tiempo y compañía con ellos. Recuerda que en algún momento de tu vida pasarás por la vejez y —si no cuentas con la compañía de los tuyos— es probable que alguien de corazón generoso dé un poco de su cariño y tiempo para ti.

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3. Dona alimentos o prendas de vestir en buen estado

Hoy día la situación económica en muchos lugares del mundo es complicada. Pese a ello, siempre existe algo de alimentos no perecederos y ropa que puedes donar. La verdad, siempre he creído que lo que se da de manera desinteresada, se recibirá con creces en el momento que se pueda necesitar.

4. Cuida tu entorno

Procura no arrojar basura a la calle, arreglar el jardín de tu casa y ten cuidado de —cuando vayas de paseo— dejar limpio el lugar que visitaste. Si tienes en cuenta que lo que haces en la calle es el reflejo de tu hogar, entonces te será más simple cuidar de la naturaleza. Además es responsabilidad de todos, pues este planeta nos fue dado para que lo cuidáramos y para que lo disfrutáramos, pero no para que lo dañáramos.

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5. Ayuda espontanea a quién lo necesite

Es tan simple como el hecho de ayudar a quien se le ha caído un paquete o su cartera, o —si va muy cargado con la compra— procura ayudarlo sin pretender nada a cambio; solo por solidaridad.

Procura en adelante no olvidar que lo que hagas por los demás, lo estás haciendo por Dios. De hecho, aunque no tengas una fuerte creencia en Él, ten presente que lo que hagas hoy por los demás, mañana alguien puede hacerlo por ti. Eso se llama solidaridad.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.