¿Quieres acabar con tu matrimonio? Haz estas cosas con tu cónyuge

Un manual para la catástrofe marital que definitivamente no debes de seguir.

Arturo Leonardo

En Internet es muy sencillo encontrar respuestas a (casi) todo. Los llamados tutoriales llegaron para cambiar el mundo de quienes sabemos realmente poco. Entendemos por tutorial aquel manual, ya sea en video o escrito, que explica cómo armar, desarmar, hacer, conocer el funcionamiento de objetos, herramientas, procesos y actividades propias de todos los días.

De modo que si no sabes cambiar una llanta, basta con que escribas en el buscador “¿Cómo cambio una llanta?” para que, casi por arte de magia binaria, aparezcan varias respuestas —que por lo común abogan por la sencillez— con ejemplos que pudieron nacer desde Rusia hasta las Islas Marianas. Una de las características del ser humano es que, afortunadamente y por muy erudito que sea, no lo sabe todo. Así que ciertas respuestas que uno no tiene, las puede encontrar en la web.

Entre las preguntas a las cuales es difícil encontrarles una respuesta correcta está, por ejemplo, la de tener un matrimonio “normal”; es claro que en este tema, como en muchos otros, cada quien habla según le va en la feria, y por ello pueden existir opiniones o anécdotas que contribuyan a aclararla, mas no verdades absolutas.

Pero, ¿qué crees?, para lo que sí puedes encontrar una respuesta es al cuestionamiento “¿Cómo puedo echar a perder mi relación?”. De esta trascendental pregunta sí existe un manual que te voy a presentar en un afán de que lo tengas muy presente para, sin importar lo fuerte de la tormenta, NO lo sigas ni lo pongas en práctica. Ten, pues, las llaves del Purgatorio: el manual de lo que debes de hacer si pretendes acabar con tu matrimonio:

1. Insultar a tu pareja

Más que obvio, pero aun así, es lo que más se hace en las relaciones conyugales. Es claro que todos podemos enojarnos y tener un mal día; sin embargo, insultar o decir groserías a la pareja es prácticamente un boleto hacia el fin de todo respeto. ¿Qué sentido tiene entonces estar con alguien?

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2. Agrede físicamente

Es otro pecado capital de toda relación. Además, en el caso de los hombres resulta una bajeza golpear a una mujer. Sin embargo, las mujeres no están exentas de llegar a los golpes, lo cual también las lleva a perder todo derecho a las bondades de un diálogo. Si quieren pegar, ahí está el box, o la lucha libre, a ver si muy prendidos.

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3. Desconfía en todo momento

La verdad, no comparto la idea de quienes defienden los celos. Una cosa es extrañar a alguien, y otra es chantajearlo con el pretexto de los celos. Una relación es confianza y si no hay tal, entonces mejor cada quien que jale por su lado y todos felices y contentos.

4. Impón tu voluntad. Busca dominar

Para quienes no lo saben aún, ya estamos en el siglo XXI, y eso de imponer o dominar a otro ser humano por la fuerza es una actitud más cavernícola que las que tenía el mismísimo Pedro Picapiedra. Entre los individuos debe existir la libertad de decir y hacer lo que se desea, con respeto y consideración al otro, claro está. Si quieren que alguien haga todo lo que uno desea y sin chistar, mejor hay que comprarse uno de esos videojuegos noventeros en los que se tenía que cuidar a un monigote cibernético. Ahí sí se puede ser todo lo mandón que se quiera y nadie saldrá lastimado ni ofendido.

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Cómo puede ser, se trata apenas de algunos conceptos que si te son familiares en tu relación, más vale que pronto des un “volantazo” y cambies el rumbo, de lo contrario te estrellarás con algo más grande que la muralla China: el rompimiento de tu relación.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.