¿Sabes cuánto saben de ti los extraños debido a tus redes sociales?

Eres dueño de tu vida y privacidad, pero cuando le permites acceso a desconocidos a tu intimidad, ellos se adueñan de tu vida.

Erika Patricia Otero

Hace pocos días vi un video en instagram donde había una gran cantidad de personas en un teatro. Acto seguido, llamaron a una chica de entre el público. Ella subió temerosa al escenario y se paró al frente de alrededor de unas 100 personas.

Alguien al azar dijo: “Ella es Fulana de tal. ¿Alguien sabe cuánto mide?. Entonces, un hombre joven se levantó de entre el público y dijo: “mide 1.75cm”. Luego alguien más dijo : “Sí, y suele ir a tal parte a patinar, pero hace mucho tiempo no va”. Así fue a lo largo de unos 4 minutos.

Todas las personas que estaban en el público eran desconocidos para ella. Sin embargo, todas sabían cosas tan personales de ella que la chica estaba pasmada en la tarima. Ella, con los ojos abiertos como platos solo optó por preguntar: “¿Y cómo saben todo eso de mí? Y la persona que hizo que se subiera al escenario le dijo: “Por lo que compartes en tus redes sociales“.

La verdad, para ser completamente honesta, yo me quedé igual de pasmada que la chica del experimento. Es aterrador que tantas personas que no conoces, sepan tanto de ti; todo esto, porque les das acceso a tu vida privada a través de las redes sociales.

Si un adulto se asusta por lo que desconocidos saben de su vida por lo que voluntariamente postea en sus redes sociales, imagina lo que puede pasar a esos niños a los que sus padres exponen a diario en distintas plataformas. Simplemente aterrador.

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De lo bizarro a lo aterrador

Bizarro significa valiente o arriesgado. Esto, según el diccionario de la lengua española. Y sí, se tiene que ser muy arriesgado y muy valiente para compartir “obras, misterios y milagros” en las redes sin temor a la burla o al acoso.

Seamos completamente francos, no todas las personas que seguimos y nos siguen en las redes sociales están sanas mentalmente. Es peor aún ¿Cuantas veces no les hemos permitido a completos desconocidos que sean parte de nuestra red social virtual? Muchas veces.

No es que sea malo tratar de hacer amigos por las redes sociales, puedes si quieres, pero nunca sabemos quién se encuentra detrás de un perfil en la redes sociales.

En mi caso, una vez hace ya muchos años cuando era más arriesgada, agregué a algunas personas en una red social que ya no uso. Llegué a recibir todo tipo de mensajes, desde simples saludos hasta propuestas ridículas. Un día simplemente me harté y cerré la posibilidad de aceptar a cualquier desconocido.

¿Por qué decidí hacer eso? Porque descubrí que gente que no conocía, podía tener acceso a información mía que no necesitaba que ellos superan. No tenía interés en que supieran dónde vivo o quiénes eran mis familiares. Tampoco deseaba que supieran sobre mis creencias, gustos y mucho menos cómo soy. Peor aún, hay personas que creen saber todo de ti por solo unos cuantos datos que ven en tu perfil de red social.

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Estás a cargo de tu vida y eres responsable de la de tus seres amados

Hay un fenómeno social que se está presentando desde hace varios años: padres que exponen a sus hijos en redes sociales. Este fenómeno recibe el nombre de sharenting.

¿De qué se trata esto? Empecemos por señalar que la palabra es la unión de dos palabras en ingles: share (compartir) y parenting (paternidad). Básicamente consiste en documentar y exponer en redes sociales hasta el más mínimo detalle del crecimiento de los hijos. Esto no tiene nada de malo cuando compartes fotos y videos de tus hijos con un reducido número de personas: amigos y familiares. La situación cambia cuando quienes acceden a fotos y datos de tus hijos son desconocidos de internet.

Youtube y varias RRSS más están llenos de perfiles de padres que al hacer “vlogs diarios de su vida familiar” dan acceso a todo tipo de personas a su “vida íntima”; por supuesto, esto incluye a sus hijos.

¿Quiénes ven esto y qué documentan esos vlogs?

Cuando decimos “todo tipo de personas”, en ellas se incluyen los pervertidos sexuales. Personas que toman fotos y videos de estos niños y los usan para llenar foros enteros con información de estos menores. Todos esos datos son compartidos hasta en sitios para pedófilos.

De la misma manera que existen este tipo de sitios en internet, también cada día son más las personas que tratan de concientizar a estos padres que exponen a sus hijos en RRSS. Estas personas se han dado a la tarea de cazar y denunciar este tipo de páginas de información.

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El gran problema es que muchos de esos “padres” ven rentable -económicamente- hablando, exponer a sus hijos en youtube, por ejemplo. Sí, ganan dinero y viven de esto. Sé de algunos canales que los padres han dejado de trabajar en su profesión y ahora viven de exponer su vida privada con hijos incluidos. Son canales de video colmados desde hace años de videos del nacimiento y crecimiento de sus hijos. Documentan operaciones, citas al odontólogo, primer día de estudio: todo.

No es restringirse, es saber compartir

Cada persona es libre de hacer con sus vidas lo que les parezca conveniente. Hay mujeres y hombres a los que poco les importa mostrar fotos personales, lo que comen y dónde viven. Sin embargo, hay otros más que saben compartir sin mostrar de más. Exponen pequeños detalles de sus rostros y de sus mascotas. Muestran fotos particulares de lugares que visitan o hasta dónde compran, pero jamás sabremos la ruta o lugar de residencia. Puedes ver partes de sus casas, pero no detalles específicos. Básicamente, ves datos de la vida de ellos, pero nada que sea revelador y que los ponga en riesgo. Ese tipo de videos son relajantes y agradables.

La invitación es que sepas cuánto riesgo corren tu y tu familia al permitirle acceso libre a otros a tu vida privada. Elige bien qué compartes, con quien lo compartes y por favor, cuida de tus hijos. Ellos están a tu cargo y deberían tener derecho a elegir si quieren salir o no en un video o foto. Solo elige bien.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.