Saca provecho de los errores que cometes, es la mejor opción que tienes

Aprender de los errores es el camino para hacernos más sabios. No dejes de leer este artículo que puede ayudarte en este propósito.

Erika Patricia Otero

La vida entera de todo ser humano es una sucesión sin descanso de subidas y bajadas; pocos son los momentos de reposo.

Es natural y parte de la vida que todos cometamos errores debido a decisiones poco meditadas. También es normal que luego de esa situación suframos las consecuencias de esa acción.

Lo interesantes es que siempre tendremos dos opciones en donde podremos poner en acción nuestro libre albedrío. Puedes elegir sumergirte en el dolor de tus malas decisiones o aprender, levantarte y seguir adelante.

Si eliges la primera vas a sufrir de manera interminable; además, es probable que ese error inicial te haga tomar más malas decisiones y caer más y más bajo. Ahora bien, si eliges la segunda opción, jamás volverás a “tropezar con las mismas piedras”; en lugar de eso, vas a usarlas para formar una escalera que te sacará de la ignorancia.

Los errores son maestros de la vida

Los errores deben ser vistos como fuente de sabiduría. Piénsalo un poco con este ejemplo. Imagina que tienes un niño pequeño que está empezando a conocer el mundo. Un día hay un apagón y prendes varias velas en tu casa para iluminar. Pones una sobre la mesa, y el pequeño encantado por ese extraño elemento se encandelilla con la luz atrayente de la llama.

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Adviertes que el niño está tentado a tocar la llama, pero tú como madre quieres evitar que se lastime. Por tu propia piel aprendiste lo que puede hacer el fuego; sin embargo, el niño no lo sabe y sigue insistente en su propósito. Entonces, y sin que te des cuenta el niño da un grito y sale llorando para que lo consueles; sabes lo que ocurrió, era inevitable. Es doloroso y no querías que pasará, pero ocurrió y ahora él sabe que si toca la llama se quema; no lo volverá a hacer.

Así es todo en la vida; hay lecciones que se aprenden por cuenta propia, quizás las más duras, y otras que se aprenden por ejemplo de lo ajeno.

Los errores no son fracasos

Mi madre usa una frase muy seguido que dice lo siguiente: “Perder por conocer, no es perder”; yo estoy de acuerdo con ella.

Nada sacamos con quedarnos enfrascados en las cosas que no salieron bien o en lo que nos lastimó. Cuando los pensamientos respecto a estas se hacen obsesivos, nos estancamos; esto si vendría a ser un fracaso. Sin embargo, cuando te ocurren eventos desastrosos, aprendes la lección y no te dejas torturar por ellos, ganas la partida.

No considero que un error sea un fracaso. Pienso más bien que si no sabemos procesarlo sí puede conducirnos a un fracaso.

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No culpes a otros, el responsable directo eres tú

Hay personas que siempre culpan a otros de las cosas que les pasan. Este tipo de actitud puede pasársele por alto a un niño o a un adolescente, pero no a un adulto.

Cuando un adulto asume este tipo de actitud es alguien irresponsable. Nadie tiene la culpa de lo que te ocurre. Puede ser que alguien que no siente agrado hacia ti, use un error tuyo para dañarte; eso será culpa de esa persona, su propio error. Sin embargo, piensa que de alguna forma propiciaste que eso te ocurriera. Ante esto, solo te queda asumir la parte que te corresponde y corregir tu camino. Habiéndolo logrado, puedes seguir adelante sin remordimientos.

Cuando te haces una persona responsable de tus actos, demuestras que maduraste; esa es la gran diferencia en tener un pensamiento infantil a uno adulto.

Asume tus errores con positivismo

Hacer esto es complicado porque nadie se siente feliz ante un error. Sin embargo, elegir ver el lado amable de tus errores, permitirá que tu camino en la vida sea más sabio.

La vida siempre es más simple cuando tienes una visión positiva de las cosas que pasan cada día. Cuando optas por ver el lado oscuro de tus errores, vas a ver la situación complicada y difícil de superar. Por esto, lo más apropiado es esforzarse por cambiar esa visión dañina de lo que vivimos.

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Cambiar de actitud ante lo que nos ocurre o propiciamos es lo que cambia la visión de lo que aprendes.

Por ejemplo; si fallaste en elegir pareja y luego del rompimiento sucumbes al dolor y la venganza, tu vida se volverá dolorosa. En cambio, si decides que lo que te ocurrió aunque fue terrible, te dejó una enseñanza, el camino a la felicidad es más simple.

Empeñarse en sufrir luego de un error te llevará indudablemente al fracaso. Debes aprender todo lo que te sea posible de cada tropiezo porque esto te llena de experiencias y sabiduría. Obviamente no todas las enseñanzas llegan en el “caballo del error”; pese a eso, cuando así ocurre solo queda, aprender, superar y seguir adelante.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.