Secretos que duelen: esto es lo que callamos los hijos de padres divorciados

El divorcio de los padres marca para siempre la vida de los hijos y deja una herida en el corazón difícil de sanar.

Erika Patricia Otero

Hoy que soy adulta admito que me hubiera gustado crecer en un hogar donde mis padres hubieran estado juntos. La situación no fue así, ellos se separaron cuando yo tenía 11 años y mi hermana 7.

Fue difícil para ambas. Recuerdo que con cada Navidad mi hermana se llenaba de una tristeza imposible de frenar. Era natural, sus amigas tenían a sus padres compartiendo con ellas y sus familias; en cambio, nosotras siempre estábamos solas. Esto es algo que un adulto puede entender, pero no un niño.

Un divorcio o separación duele. Es difícil para la persona que deja de ser amada, tanto como para los hijos que ven cómo su familia se destroza en mil pedazos.

Duele porque los hijos nos encontramos entre la espada y la pared. Sabemos que si nuestros padres siguen juntos, continuarán haciéndose daño; y aun así, tampoco queremos que se distancien. A pesar de eso, muchas veces es lo mejor que le puede suceder a una familia. Vivir en constante caos destruye el amor propio y le enseña a tus hijos un aspecto del matrimonio que no se supone que deba existir.

Un divorcio no es lo ideal, pero a veces no hay más remedio que el distanciamiento para recobrar la paz que tanto se merecen lo miembros de una familia.

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Después de todo lo anterior quiero señalar los siguientes puntos que todos los hijos de divorciados queremos que tu sepas.

1 No es un juego

Siempre se ha dicho que los niños son “esponjas” que absorben toda la información que les llegue. Pues bien, el divorcio no se queda atrás.

Tengo que ser muy franca ya que nunca lo vi de esta manera, pero para muchos es cierto lo que diré a continuación: el divorcio puede ser una buena opción si el matrimonio no funcionaba bien.

Es como decir: “¡Ah! pues si no resulta bien, me divorcio y adiós drama”. La realidad es que el divorcio, aunque es una opción, debe ser la última en la lista.

Debemos aprender a esforzarnos porque el matrimonio se mantenga firme y por superar los inconvenientes. Un matrimonio no debe ser descartable, aunque eso es lo que se le “enseña” a un hijo que ve a sus padres divorciarse.

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2 El divorcio no es lo mismo para todos

Ninguna persona reacciona de la misma manera ante una situación similar. Para algunos niños el hecho de que sus padres se divorcien puede ser muy doloroso; sin embargo, para algunos otros puede resultar un alivio a la constante tensión que se vive en casa.

Es más, los hijos de una misma familia pueden vivir esa situación. Fue el caso de mi hermana y el mío. A mi hermana, que estaba muy apegada a mi padre, le costó mucho aceptar la separación; por el contrario, yo deseaba que ya no pelearan más. Admito que fue un alivio cuando todo terminó, pero a mi hermana ese episodio la dejó muy marcada.

3 Habla claro con tus hijos

Veamos, muchos padres quieren que sus hijos estén lo más aislados posibles de los problemas de pareja. La situación es que por más que traten de ocultar los problemas, los hijos siempre terminamos dándonos cuenta de lo que ocurre.

Lo mejor es hablar claro con los hijos; como quien dice “poner todas las cartas sobre la mesa”.

Es cuestión de sentar a los hijos y decirles lo que va a pasar (divorcio), y aclararles que aunque este ocurra ustedes siempre van a estar para ellos. Créeme, esto es algo que todos los hijos necesitamos escuchar.

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Este es un punto muy importante porque muchas personas cuando se divorcian parece que también se hubieran separado de sus hijos. Esto no es así, los hijos son una responsabilidad para toda la vida.

4 El padre y la madre son irremplazables

Tras la llegada del divorcio es posible que con el tiempo se abra la posibilidad de la llegada de una nueva pareja.

Tu nueva pareja puede llegar a ser vista por tu hijo como un intruso, y no quieres eso. Para evitar que esto pase, debes asegurarle a tu hijo debe tener claro que aunque tengas un nuevo compañero/a, su padre o madre son irremplazables.

Es claro que tampoco deseas que tu hijo pase los límites y le trate mal; tampoco del lado contrario. Tu pareja, por muy unido que esté contigo, debe respetar a tu hijo; y por supuesto, recibir el mismo trato.

Una cosa es cierta, jamás debes darle poder como padre o madre; es tu pareja, no el padre de reemplazo de tus hijos.

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5 Mantén una buena relación con tu ex pareja

Las cosas pudieron haber estado muy malas entre ustedes, pero los hijos no tienen la culpa. Por lo anterior, jamás le hables mal a tus hijos de su padre a o madre.

La realidad tras esto, es que si por rabia cedes a la tentación y le hablas mal a tus hijos de su progenitor, puede suceder que tus hijos en un principio lo vean como el “malo”; pese a esto, con el tiempo se darán cuenta de la realidad y la situación se pondrá en tu contra.

Lo que puedes hacer es evitar todo tipo de malos comentarios en su contra. Trata de que luego del divorcio la calma regrese a sus vidas y que sanen las heridas; esto es algo que pronto te agradecerás y tus hijos valorarán mucho.

Debo decir por último que aunque el divorcio puede ser la opción más a la mano, procura salvar tu relación porque aunque parezca terco e inverosímil, tus hijos siempre necesitarán de ustedes.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.