Según él, fue golpeado por otros niños; pero la policía REVELA la verdadera causa de sus golpes

El niño tiene 6 años y sus golpes no fueron dados por otros niños haciéndole bully. La VERDAD desconcierta a muchos padres.

Mariel Reimann

Nadie lo golpeó; el pequeño de 6 años fabricó la historia.

La noticia recorrió Estados Unidos en cuestión de horas, y en en unos días las personas habían donado 45.000 dólares para ayudar a la familia con los gastos médicos. La misma familia volvió a recibir atención nacional, pero esta vez por motivos diferentes: la policía descubrió que se trataba de una mentira.

Según los medios, el pequeño 6 años, nunca fue golpeado por “otros niños”, como se dijo originalmente. Los golpes, según la investigación de la policía, se debieron a una caída que sufrió.

Según su madre, ella lo encontró golpeado, y al preguntar qué había sucedido, su hijo le contó una historia en la que acusaba a otros niños de haberlo golpeado y pegado con ramas al haberse enfrentado a ellos.

¿Por qué mienten los niños? Y, ¿cuándo es hora de preocuparnos en serio?

Escuchar que los medios ayuden a agrandar una historia que un tiempo atrás hubiera quedado en familia, causa un poco de temor y hace que como padres nos preguntemos cómo evitar estas situaciones o cómo ayudar a nuestros hijos a no usar la mentira como una alternativa en ninguna situación de la vida.

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Los motivos comunes a los que los padres atribuimos la “necesidad” de mentir que tienen algunos niños, es para salir librados de algo, la excusa para conseguir lo que desean, y una forma de evadir las consecuencias de una mala decisión. Casi igual que los adultos, ¿verdad?

Según el Dr. Rouse, “una de las razones por las que los niños mienten es porque descubrieron esta nueva técnica y la están probando, al igual que lo hacen con la mayoría de las conductas nuevas que descubren, para ver qué sucede. ‘Se preguntarán, ¿qué pasa si miento sobre esta situación?’, explica. “¿Qué provocará ésto en mí? ¿Qué sacaré con ésto? ¿A dónde me llevará?'”

Si descubrieron la mentira, ¿cómo hacemos para erradicarla?

De acuerdo a algunos expertos, la mentira “desde una perspectiva de desarrollo, en los niños pequeños, rara vez es motivo de preocupación. De hecho, la mentira es a menudo una de las primeras señales de que un niño ha desarrollado una “teoría mental”, que es la conciencia de que otros pueden tener diferentes deseos, sentimientos y creencias que las de uno mismo. Cuando un niño afirma de forma engañosa que “papá dijo que podría tomarme un helado”, está usando esta conciencia mental de los demás para plantar conocimientos falsos”.

Ahora, saber que “las primeras mentiras o engaños” son considerados parte del desarrollo de un niño, el enseñarles valores morales y corregir estas conductas es la labor de los adultos.

¿Qué es lo que falla en el rompecabezas de la mentira y la moral?

Si pensamos en nuestros niños como una esponja seca que está esperando que le agreguen agua para que la absorba, podemos entender mejor cómo todo funciona en su universo que está comenzando a formarse.

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Así como cuando vemos una serie en la TV, sin saber qué sucederá luego, o quién es el malo y quién es el bueno, así nos observan nuestros hijos, esperando que actuemos para absorber esa información. Si nosotros mentimos, aunque sea un poquito, estamos diciéndoles con nuestro ejemplo que, “a veces”, mentir está bien, que a veces, mentir está justificado.

Entonces, ¿qué podemos hacer?

Aparte de trabajar en erradicar la mentira de nuestras vidas y actuar con transparencia y honestidad, hay algunos consejos que los expertos dan:

  1. Define la honestidad: A veces nos olvidamos que es un mundo nuevo para ellos y asumimos que siempre saben de qué estamos hablando, sin embargo, no es así. Usa las técnicas que ya tienes para dialogar con ellos y explícales qué es la honestidad, usa esas historias que ama escuchar de ti para ilustrar qué es decir la verdad y las riquezas que trae al alma cuando la decimos.
  2. Separa la realidad de la fantasía: Recuerda que su mundo real y de fantasía casi no tiene fronteras. Recuérdale cómo cada mundo funciona diferente, cómo la realidad no se puede cambiar como la fantasía, y si mentimos en la realidad lastimamos y nos lastimamos.
  3. Descubre la verdadera razón que lo lleva a mentir: Si lo castigas por haber mentido, pero no sabes qué es lo que lo motiva, lo más probable es que vuelva a hacerlo. Descubre si necesita más atención, si hay algo que lo lastima que no se anima a contarte, si tiene una autoestima baja. Trata de llegar al origen del problema y, recuerda que puedes consultar a un profesional si crees que no entiendes los motivos.
  4. Explícale qué es una mentira: Parece obvio para nosotros, pero no asumas que lo es para ellos. Dale ejemplos, busca historias de la vida diaria de ustedes y explícale porque está mal.
  5. Sé su ejemplo a seguir: Mentir, según un artículo publicado en National Geographic es “algo en lo que la mayoría de nosotros somos muy expertos. Mentimos con facilidad, en formas grandes y pequeñas, a extraños, compañeros de trabajo, amigos y seres queridos”. Sin embargo, como todo mal hábito, erradicarlo lleva fuerza de voluntad, perseverancia y diligencia.

Nuestros hijos DEBEN ser la mayor motivación del mundo para erradicar la mentira de nuestras vidas y ser libres de verdad. No hay cadena más esclavizante que la mentira. Si nos esforzamos cada día por vivir en honestidad y mostrar ese ejemplo a nuestros hijos, para ellos será aún más fácil. Mentir lastima a más personas de las que muchas veces nos imaginamos, pero por sobre todo, mentir nos ata y nos impide vivir vidas plenas y llenas de libertad.

Sigue siendo la mamá asombrosa que eres y desafía a tu familia a una vida sin mentiras, a un ayuno total de mentiras y a una abundancia de verdad. Hazlo por ti y hazlo por ellos; al fin y al cabo, ellos son tu mundo.

 

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.