Sencillas maneras de generar hábitos y mejorar tu vida

Hacer propósitos es fácil, lo difícil es cumplirlos. ¿Hay alguna manera infalible de instalar hábitos en nuestra vida?

Marilú Ochoa Méndez

Bajar de peso, hacer ejercicio, mejorar la vida familiar, son algunos de los propósitos que tal vez has anotado en tu lista año con año. Hacer propósitos es fácil, lo difícil es cumplirlos. ¿Hay alguna manera infalible de instalar hábitos en nuestra vida que nos muevan por fin a donde anhelamos?

¡Ay! Si tu vida cambiara. Si al fin lograras bajar ese sobrepeso, o leer aquel libro, o aprender un idioma (piensas), seguro tu vida sería otra. Nos parece complicado movernos de lugar y cambiar de una vez por todas, algunas personas iniciamos cada año con casi los mismos propósitos, y nos apesadumbramos.

Sin embargo, estás aquí, porque deseas avanzar. ¡Excelente! Se requiere valor para anhelar y buscar cambios significativos, para replantearse las prioridades y movernos de lugar y posición. Y contrario a lo que muchos se imaginan, mantener esos buenos propósitos y convertirlos en hábitos, es posible y factible.

Lo que está vivo crece, ¡a vivir!

El escritor estadounidense James C. Hunter, coach y experto en liderazgo, nos invita a vivir una actitud kaizen: palabra japonesa que significa “mejora continua”, con frases como esta: “La mejora continua es crucial tanto para las personas como para las organizaciones, porque nada en esta vida es permanente. La naturaleza nos muestra con claridad que solo si estás creciendo estás vivo, si no, estás muriéndote, estás muerto o te estás pudriendo” (La Paradoja, 1998).

Pero además, es preciso crecer con sentido. Cada día aprendemos algo, pero solo si lo capitalizamos, si lo tomamos como escalón para seguir ascendiendo, se consigue esa mejora continua. Tengamos presente esta premisa mientras aprendemos juntos a instalar hábitos en nuestra vida.

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¿Otra vez las mismas metas?

La sicóloga española Olga Fernández Velilla Lapuerta, en entrevista para el L.A Times, dice que entre las metas que más personas se proponen se encuentran dos grandes áreas, la de salud: bajar de peso, hacer ejercicio; o potenciar nuestra vida: realizar viajes, aprender algo nuevo. La experta explica que estas metas a menudo no se cumplen o fracasan “por ser muy ambiciosas, inespecíficas y poco realistas. En general, (los propósitos) no son demasiado meditados, sino que se toma como propósito aquello que no se ha cumplido o se lleva procrastinando tiempo“.

La ilusión que nos hace registrar en el papel el cambio necesitado o anhelado, se esfuma cuando vemos que “es inútil” lograr esos cambios significativos.

¿Ya miraste tu anhelo desde esta perspectiva?

¿Y si no podemos cambiar?, ¿y si debemos mejor resignarnos a ser así?, nos preguntamos a veces ante la frustración de los años que llevamos con los kilos extra, o nuestra incapacidad para mantener un diálogo ecuánime con la pareja o los hijos. Casi siempre nos saturamos en este sentido, cayendo en el derrotismo.

Una visión diferente, una perspectiva nueva, puede cambiarnos el panorama e impulsarnos hoy y en adelante, a ser personas kaizen.

La cantante, escritora y activista estadounidense Maya Angelou, decía que solo necesitamos hacer las cosas hoy: “lo mejor que puedas hasta que sepas más. Cuando sepas más, hazlo mejor“.

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Para empezar prioricemos las metas

Esta actitud de mejora continua que aprende de los errores, justo debe atacar primero el qué: el planteamiento de las metas. El coach chileno Fernando Cabezas, nos sugiere detenernos en aquello que anhelamos, por qué lo anhelamos, y priorizar nuestros objetivos e ideales.

1 Sueña, pero con prisa

Fernando Cabezas, experto en planteamiento de metas, nos sugiere sentarnos frente al papel o computadora y tratar de escribir nuestros sueños uno a uno. La casa de campo que deseas, aprender baile de salón, desempolvar ese segundo idioma que antes dominabas. Nos recomienda dejar volar la mente y el corazón.

Así que: ¡manos a la obra! Escribe una lista gigante con todos tus sueños, anhelos y metas. Sueña, pero por favor, ten prisa. Imagina que para cumplir tus anhelos, tienes solo dos o tres años. Anota frente a ti la fecha exacta de tu posible muerte. Piensa en lo dramático que será que no tengas ya ninguna mañana, ni otra oportunidad para hacer la diferencia, o amar a los tuyos. ¿Tienes ya la lista de metas? (espero que sean muchas).

2 Prioriza

De las metas que anotaste, coloca una letra A a las que son más importantes para ti conseguir, una letra B a las que siguen, y una letra C a las que podrías dejar al final, o no son tan trascendentes. Deberías llegar a una lista de varias metas importantes, urgentes y muy valiosas para ti. Tan valiosas, que no querrías morir sin lograrlas.

¡Manos a la obra!

Ya tienes las metas que anhelas, ahora, inicia despacio, y apóyate en los expertos, como James Clear, especialista en formación de hábitos de larga duración, escritor y coach de millones de personas que con su libro Hábitos Atómicos y sus cursos, les ha mostrado la vía para avanzar hacia sus sueños.

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Atender las cuatro leyes del cambio de conducta es el mejor propedéutico para conseguir un cambio verdadero. Ellas blindan nuestro proceso para impulsarnos eficientemente hacia un avance sostenido y exponencial y nos invitan a concentrarnos en el proceso y a cambiar nuestra identidad.

Lo importante es pensar qué tipo de persona debemos ser para conseguir esas metas. Te cuento: es preciso mover nuestro objetivo. No te concentres en la meta como un pequeñito mira el helado desde el cristal del restaurante. Mira hacia dentro.

Quieres triunfar. ¡Bien! ¿Cómo actuaría hoy, ante esta encrucijada, tu “yo” triunfador?. Ese marco cotidiano, te ayudará enormemente: “Si te conviertes en quien quieres ser, acabarás teniendo lo que quieres lograr“, dice Clear.

Este autor nos invita también a “no infravalorar el valor de las pequeñas acciones”. Una acción pequeña, sostenida en el tiempo, provoca cambios inmensos.

Las cuatro reglas del cambio de conducta

1 Hacerlo obvio

Ayúdate al máximo. Mira tu meta A1, la que registraste como la más importante. Piensa qué necesitas para lograrla. Crea el ambiente para que sea sencillo lograrla. Recuerda que buscarás ser ese “triunfador”, “madre amorosa”, “lector ávido”. ¿Qué cosas obvias debes dejar a tu alcance para conseguir ese ideal, esa meta?

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2 Hacerlo atractivo

Si tu objetivo es caminar todos los días, te comparto una idea: amas la música clásica. Entonces, coloca una playlist maravillosa en tu dispositivo, para que al caminar, puedas disfrutarla. Decide caminar por lugares bellos, en una hora agradable. Camina con alguien más, cuya compañía disfrutes.

3 Hacerlo sencillo

Esta meta se refiere a automatizar el hábito, crear un ambiente que ayude a cumplirla. Preparar con anticipación la ropa del ejercicio, ponerla en la silla cuando salgo de la habitación, por ejemplo.

4 Hacerlo satisfactorio

Lo que se premia se mantiene, lo que se sanciona se reprime. ¿Qué consecuencia habrá para ti cuando llegues de caminar? Además de lo satisfactorio que habrá sido para ti escuchar tu música favorita y conseguir -ese día- cumplir tu objetivo, puedes agregar incentivos: un desayuno nutritivo, llegar a leer esa novela adictiva durante 15 minutos al terminar, caminar hacia casa de tu mejor amigo.

Cambiar es posible. Es cosa de replantearnos lo que anhelamos, aprender de los expertos y ayudarnos un poco con estas estrategias prácticas. ¡Cuéntanos si te son útiles!

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Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.