Si te dejas maltratar, eres tú el que te estás maltratando

Como te ven, te tratan. Y si te ven mal, te maltratan. ¿Te suena?

Danitza Covarrubias

Uno de los grandes motivos por los cuales acuden algunas personas a consulta es por sus relaciones. Generalmente, ganan los problemas de pareja. No es exclusivo a este tipo de relación; muchas de las veces son por relaciones con uno de los padres, o con alguna amiga importante.

La característica que tienen todas estas consultas es que las personas se viven como víctimas de los malos tratos de las personas. Con malos tratos me refiero a críticas constantes de su comportamiento, exigencias y reclamos donde expresan que lo que hace nunca es ni será suficiente. A veces incluso usan adjetivos calificativos despectivos.

Lo que sucede cuando les cuentan a amigos cercanos o familiares es que se alían con la supuesta víctima y juzgan de malo al supuesto maltratador.

Aquí te planteo otra posibilidad para este tipo de situaciones.

1 El maltratador es un maltratado

En prácticamente todos los casos, la persona que suele tratar así a los demás, es porque así fue tratado en su historia. Un maltratador está profundamente lastimado y herido. No sabe amar a las personas, puesto que nunca fue amado.

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Su manera de tratar a los demás lastima, porque es la manera en que lo trataron, y es la única que conoce.  Esto no significa que se justifique lo que hace. En su gran mayoría, las personas continúan en la relación porque miran ese corazón herido detrás de los malos tratos.

Pero no te corresponde salvar a esta persona, no puedes hacer nada por ella. Esta persona tiene en sus manos el poder de hacer algo por sí mismo. Que tú te quedes a su lado no hará la diferencia, al contrario; tal vez que te vayas logrará hacer que toque fondo y decida modificar su conducta. Tal vez que te retires le permita atreverse a pedir ayuda.

2 Cuando estás con un maltratador, eres un maltratado

En general, cuando atraes relaciones de este tipo, es porque ya son conocidas para ti. Podría casi asegurar que alguno de tus padres, o ambos, tienen este mismo perfil. Y que así como buscaste de muchas maneras tratar de salvarles, o de alegrarles la vida y no lo lograste, buscas hacer lo mismo en este tipo de relación.

Si fue así, podría asegurarte que tú también sufriste maltrato en tu niñez. Tal vez con abandono emocional, y hasta con esas mismas ofensas y palabras que te brinda la persona con la que te relaciones actualmente.

Por lo tanto, es muy posible que tú también, sin darte cuenta, maltrates a la persona. No de la misma manera frontal y ofensiva, si no de otra más sutil. Es importante que también tomes conciencia de tu propia historia, y de tus propias maneras de mal trato.

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3 Si te maltratan y eres maltratado en tu historia, tú te maltratas

Las personas que viven estas relaciones y tienen esta historia, suelen ser las que peor se tratan a sí mismas. Se critican, se autoexigen muchísimo. Nada de lo que hacen les parece suficiente. Es por este motivo que cuando el otro les dice lo mismo, les duele, porque les creen. Y les creen por que lo creen de sí mismos.

Entonces no se trata de que el otro lo crea y lo diga. Se trata de que dentro de sí, la persona ya lo cree y ya se lo dijo. Mientras tú te trates de esta manera seguirás teniendo relaciones donde te traten mal. Tú eres el parámetro del trato a darte, como te tratas te tratan los demás. Por lo tanto, el primer paso a dar es contigo mismo.

4 Tu proceso personal

Generalmente se busca que los maltratadores cambien, vayan a algún proceso, pidan ayuda para que puedan crear relaciones interpersonales mejores. Sin embargo, no sienten necesitarlo.

Las personas “víctimas” de estas relaciones son las que necesitan su proceso personal. Necesitan saber, y creer, que no merecen ese trato. Revisar su historia personal donde comenzaron a creer todo eso que les dice el maltratador, y que ya se decían a sí mismos antes. Necesitan empezar a amarse y tratarse de manera tal que no toleren el maltrato.

El cambio está en ellos, no en los maltratadores. Ellos, tendrán su momento -si les llega- de necesitar ayuda.

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5 Somos espejos

Cuando las relaciones chocan, es porque ambos son espejo. Un espejo que se refleja en lo que tendrían que transformar en sí mismas. La frase tan sonada de “lo que te choca te checa” tiene que ver con esto.

Solemos arrojar al otro el deber del cambio. La invitación es tomar esa responsabilidad propia de crecer, revisarse así mismo. Lo que odio de ti, lo corrijo en mí para poder tener mejores relaciones con los otros, pero, sobre todo, consigo mismo. Una relación de amor en primera persona reflejado hacia los demás.

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Danitza Covarrubias

Danitza es originaria de Guadalajara, Jalisco, en México. Licenciada en psicología y maestra en desarrollo transgeneracional sistémico, con certificación en psicología positiva, así como estudios en desarrollo humano, transpersonal y relacional. Psicoterapeuta, docente, escritora y madre de 3. Firme creyente que esta profesión es un estilo de vida.