Si tu hijo no sabe portarse bien, aquí te explico el por qué

Cuando nuestros hijos tienen conductas o hábitos desagradables buscamos dónde las pudieron aprender, y al no encontrar un origen concluimos que se trata de herencia. Si tu hijo no sabe portarse bien, aquí te explico el por qué

Emma E. Sánchez

Recientemente tuve la oportunidad de escuchar una conversación en la sala de espera de un consultorio médico, donde una señora le decía a otra: “Yo no sé por qué mi hijo es tan comelón, ya lo puse a dieta mil veces, no quiere hacer ejercicio y el doctor dice que si no baja de peso hasta diabético se va a volver, yo digo que ‘abueleó’ porque mi papá era igualito…” Esta mujer era incapaz de ver que ella misma tenía un peso exorbitante y que lo más probable era que en su propio hogar pervivieran malos hábitos alimenticios.

Para muchos resulta más fácil culpar a otros que aceptar su responsabilidad, y esto sucede con frecuencia al educar a los hijos y los resultados no nos gustan. A continuación te presento algunos malos hábitos y malas costumbres que dañan, y que nuestros hijos aprenden con suma facilidad:

1. Hablar mal de las personas…

…Juzgarlas y criticarlas. Para algunas familias es normal expresarse mal de otras personas, criticar su forma de ser, su vestimenta, su manera de hablar y todo cuanto les rodea. Cuando los hijos hacen lo mismo con otros y los padres lo permiten, e incluso lo fomentan, no deberá extrañarles si sus hijos los avergüenzan o se erigen como sus propios jueces.

2. Comer “comida chatarra”

Ya sea a diario o con mucha frecuencia, para que un hijo tenga sobrepeso —a menos que se deba a una enfermedad— debe existir un padre que le dé el alimento y no le proporcione límites. Los niños aprenden a comer lo que nosotros comemos, adquieren y repiten nuestras actitudes hacia la comida como por ejemplo: nuestro disgusto por las verduras, “picar la comida”, evitar probar alimentos nuevos, etcétera; y puede ser desde lo más sencillo como usar los cubiertos de forma adecuada hasta sentir culpa por lo que ingerimos de manera indiscriminada. Procurar fruta o tomar un refresco es cuestión de hábito.

3. El sedentarismo…

…O la poca actividad física se enseña, se aprende y se fomenta en casa. Así como hay familias sedentarias cuya máxima actividad es que sus miembros se reúnan a ver televisión, también las hay que gustan de salir a caminar, andar en bicicleta o buscar hacer cosas divertidas al aire libre. No es cuestión de dinero, se trata de hábitos.

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4. Agredir y maltratar física y verbalmente a otros

La prepotencia, la altanería, la arrogancia y la altivez se cultivan, fomentan y se transmiten entre padres e hijos. El padre o madre que humilla le enseña a su hijo dos cosas: a humillar a otros o a ser víctima y aceptar el abuso de otros.

5. El valor y uso del dinero, y su prioridad en la vida

Hay para quienes el dinero lo es todo y está por encima de cualquier cosa. La vida se trata de ganarlo, de acumularlo, de presumirlo, de ostentarlo y usarlo para someter a otros y lograr prestigio, y establecer que se vale por lo que se tiene. Si ya en sí es deplorable esta filosofía de vida, las cosas empeoran cuando no se le tiene. Los niños crecen deseando lo que no pueden tener, envidiando y buscando vivir de las apariencias; se crean vacíos y mucha frustración, se vive con resentimiento y decepción. Trabajar duro, ganar las cosas, ahorrar, vivir con menos de lo que se gana y ayudar a otros son hábitos que se aprenden de los padres.

No busques culpables de lo malo que sucede en tu vida o en la de tus hijos, cuanto más rápido aceptes que eres tú el único responsable, más rápido las cosas mejorarán y ese es el primer paso de un muy buen hábito en la vida de tus pequeños.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.