Si tu hijo terminó la universidad y no encuentra empleo, este artículo es para ti

Si estas por salir de la universidad y no sabes que camino tomar, éste artículo te ayudará a encontrar una respuesta a tus dudas. Sácale la vuelta a ese gran problema del desempleo después de la universidad.

Erika Otero Romero

Muchos iniciamos una carrera profesional con la esperanza de que tras graduarnos pudiéramos dar un cambio radical a nuestras vidas. Soñamos con volvernos independientes de manera económica y ser un apoyo para los nuestros. Sin embargo, establecerse laboralmente no resulta tan simple como uno se imagina; acá mi historia:

Yo estaba dispuesta a trabajar después de graduarme, bien fuera en lo que había estudiado o en un oficio similar; de lo que se tratara mientras el empleo fuera honrado. Transcurrieron seis meses hasta que pude encontrar mi primer empleo pos-universidad: de secretaria, con un horario de siete de la mañana a siete de la noche; ganaba poco en relación con todo lo que debía hacer, mi jefe tenía mal carácter y siempre estaba gritando; no había día en que no llegara a casa llorando y me sintiera frustrada por la situación. Allí permanecí solo siete meses, fui despedida y para ser franca, resultó eso un alivio. Al año siguiente encontré otro empleo; esta vez, una de mis compañeras de la universidad me ayudó a ubicarlo: trabajé por otros siete meses en una Organización No Gubernamental –como ahora se le llama a la sociedad civil organizada– que hacía trabajo comunitario para personas de bajos recursos; fue una experiencia gratificante.

La búsqueda de empleo comenzó otra vez, pero por más que busqué y acudí a entrevistas, parecía que mi experiencia y mis estudios no eran suficientes, porque cada trabajo tenía un requerimiento diferente y exigencias a veces inverosímiles. Pasó el tiempo y simplemente no pude volver a conseguir empleo, ni fijo ni temporal. Aunque la carrera que estudié me daba la oportunidad de desempeñarme de manera independiente, la ocupación no era constante y el dinero no era mucho; luego, simplemente, me desanimé, decidí irme de mi país y probar suerte en otro lugar; lo demás es otra historia.

Este no es solo mi caso, y no solo ocurre en mi país natal, Colombia; a muchas personas les sucede y en el afán de evitar que tú o tus hijos pasen algo similar, dejo aquí algunos consejos que a mí me hubieran ayudado mucho sí hubiera tenido ese conocimiento antes de terminar mis estudios:

Elige con calma la carrera a estudiar

No importa el oficio o lo que decidas hacer con tu vida, el punto es que te guste y te apasione, si no, vas a ser una persona fracasada en un mundo lleno de oportunidades que no vas a saber aprovechar o no son para ti.

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Ten en cuenta que en la actualidad una carrera profesional no es suficiente

Hoy las empresas para contratar requieren del aspirante por lo menos un año de experiencia y especializaciones o posgrados, de modo que si el estudio de la profesión que se ha elegido dura cinco años busca empleo mientras cursas tu último año, esto de manera preventiva, dado que terminarás tu carrera junto con otras personas al mismo tiempo y no querrás quedarte vacante; mientras tanto, piensa en hacer una especialización que en el futuro te provea de más oportunidades.

Empieza a trabajar en tu currículum u hoja de vida, con el fin de buscar siempre un empleo mejor

Pide al asesor de carrera de la universidad, o a alguien de tu confianza y con experiencia, que te ayude en la elaboración de tu currículum, con objeto de que se vea lo más profesional posible.

Crea una rutina regular que no te obligue a trasnochar y que no te deje “noqueado” hasta el mediodía

Esto para que cuando tengas un empleo de un horario más “normal” el cambio no sea tan brusco.

Resuelve dónde vivirás después de graduarte

Si has tenido suerte con la búsqueda de empleo y con este ganas lo suficiente para hacerte independiente, busca un departamento que cubra tus necesidades y prepara la mudanza; pero si lo que planeas es permanecer en casa de tus padres, mentalízate para ajustarte y vivir a su modo otra vez.

Ahorra

Aunque tengas un buen empleo no sabes en qué momento tu situación podría cambiar; así que lo más prudente es que tengas una reserva monetaria para emergencias o tiempos difíciles.

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Planifica tus gastos

Ya tienes empleo y de una u otra manera solvencia económica, por eso, aunque vivas con tu familia, deberás asumir algunos gastos y aportar dinero en casa: planea por anticipado tus gastos para que ningún egreso te tome por sorpresa; recuerda incluir el dinero para tus ahorros en ese presupuesto.

El fin de la vida académica no representa el término de nuestra existencia como miembros de una familia. Antes bien, es el inicio de una serie de cambios en la vida que te prepararán de una forma u otra para asumir responsabilidades mayores, como el establecimiento de nuestra propia familia o empresa. Estos consejos no solo se aplican a jóvenes recién egresados, sino que pueden ser utilizados por las personas que buscan un futuro más seguro y lleno de mejores posibilidades de vida.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.