Solo existen dos tipos de berrinches, aprende cómo manejar cada uno de ellos

Es de vital importancia que tengas claro el origen del berrinche de tus hijos, pues de ello dependerá si tu reacción fortalece conductas negativas o contribuye a una buena educación de los niños.

Yordy Giraldo

Básicamente existen dos tipos de berrinches, el que controla al niño y el que el niño controla, ambos surgen de una única base, y es el enojo. Sin embargo requieren de tratamientos distintos, y antes de tomar una decisión sobre cómo reaccionar es importante que identifiques cuál es el tipo de berrinche que tu hijo está haciendo. Si solo está tratando de manipularte o realmente sus emociones lo están dominando a él.

¿Cómo identificar cuál es cuál? La respuesta es más simple de lo que podrías imaginar. Si cuando le das gusto o él ve que se va a salir con la suya se calma, eso es prueba de que tu pequeño sabe muy bien lo que está haciendo. Si, por el contrario, hagas lo que hagas no puede dejar de tener la rabieta, entonces es que realmente no tiene el control.

Es de vital importancia que tengas clara la diferencia porque de ello dependerá si lo que hagas servirá para reforzar conductas negativas o si estás facilitando la comunicación y el manejo de habilidades emocionales. En cualquier caso debes tomar una decisión, ignorar sus comportamientos bajo el argumento de que es una etapa hará que crezca sin saber qué es lo que está sintiendo, si es normal, si es correcto, incluso si es querido. ¿Cómo actuar ante cada caso?

1. Berrinche tipo “plan con maña”

Los berrinches son parte de crecer, son su manera de obtener atención o beneficios como juguetes, tiempo viendo televisión o postre en lugar de comida. Es importante que los arrebatos con propósito no logren su cometido, permitirlo es como darles la fórmula para manejarte a su antojo. Además es sano que aprenda a lidiar con la frustración, y que sepa que no siempre puede salirse con la suya.

Este tipo de berrinches necesita público, sabe perfectamente que con su comportamiento creará una atmósfera de tensión insostenible que le garantizará éxito, quítale ese poder sacándolo de ese escenario que quiere controlar, que quede claro que el adulto no es él y que no tiene el control. No necesitas usar la fuerza, solo tu autoridad y la inteligencia emocional para lidiar con la situación.

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2. Berrinche tipo “no puedo controlar mis emociones”

Una vez que estás en situación de ponerle nombre, ve a la siguiente parte del plan, ¡consolarlo! Traten juntos de descubrir el porqué se está sintiendo de esa manera, ayúdalo a identificar y guiar sus emociones, y dale alternativas para llegar a ti y recibir la atención que necesita sin necesidad de perder el control. No le hagas pensar que está mal o lo culpes por lo que siente, recuerda que aún no tiene la madurez para lidiar con sus emociones y necesita de ti.

Cómo te decía al inicio este enojo continuará contigo, sin ti y a pesar de ti, es la manera en que te das cuenta de que realmente es auténtico. Aunque a lo largo de toda la vida vamos a enojarnos y frustrarnos, los comportamientos denominados berrinches no deben ir más allá de los cinco años como mucho, o por lo menos no como una manera de que nuestros hijos obtengan nuestra atención.

La comunicación es importante, pero no solo se trata de hablar con tu hijo y decirle lo que está bien o mal de acuerdo a tu percepción de adulto, tus palabras deben ir acompañadas de empatía para que sienta que eres capaz de entenderlo, de ponerte en su lugar, y de esa manera sepa que no solo se trata de lo que él siente, sino que también se vale ponerse en el lugar del otro.

Un último consejo: los berrinches no se combaten con otro berrinche, así que por complicado que pueda resultarte haz lo necesario para que la situación no se te vaya de las manos. Así como tú, tu hijo merece respeto, él no sabe aún de qué trata, es por eso que tú debes ser el ejemplo.

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Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.